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sexta-feira, 17 de setembro de 2010

TRAS LA TORMENTA

Tras la tormenta llegó por fin la calma. Esta vez, una calma triste para muchas personas de la ciudad y muy mediática (nunca vi hablar tanto sobre Cáceres en un telediario). La tormenta la sentí tras las persianas: había que distraer al pobre Juan del ruido del granizo y me perdí el terrible espectáculo. Quizás si en los telediarios en lugar de decir DANA hubieran dicho que una "gota fría" se acercaba por el atlántico, tal vez los cacereños nos hubiéramos tomado más en serio la tormentilla que cayó hace un par de días. Y es que las DANA (depresión aislada en niveles altos) acostumbramos a verlas caer por las costas de Levante, y no por la penillanura extremeña. Recuerdo que la primera DANA que cayó desde el atlántico hace cinco años sobre Galicia fue considerada, como no, una evidencia del cambio climático. Ignoro cómo denominaremos esto, si una tormenta más fuerte de lo habitual o el signo de los nuevos tiempos.

El caso es que Juan y yo nos fuimos al día siguiente  a comprobar los destrozos al parque del Príncipe y el espectáculo era dantesco. Como en el resto de la ciudad, la parte alta de los árboles había sido barrida de hojas. Muchas grandes ramas yacían en el suelo todavía. El paseo central del parque se convirtió en un gran torrente que dejó las fuentes centrales transformadas en cenagales. Grandes sedimentos de arcilla y pizarras atravesaban los acerados y no me dejaban pasar con el carrito. No era difícil ver pájaros muertos que no pudieron encontrar refugio con el granizo. Reconozco que no podía dejar de contemplar aquel inmenso destrozo con mucha mística y sorpresa (ese horrible delightful de los ingleses), realmente anonanado ante el poder de los elementos de la naturaleza, contemplando los impresionantes surcos y boquetes en la tierra, las curiosas formas dejadas por los sedimentos, las ramas y hojas aplastadas contra cualquier obstáculo que impedía su marcha en la corriente. Una muestra más de nuestra insignificancia y poca cosa. El hombre de hoy, que llegó a la luna, que consulta internet, que mira arrogante el mundo conquistado, se asusta ante el granizo, como hacían nuestros antepasados.
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Las fuentes, completamente anegadas de los materiales arrastrados por la corriente.
Los sedimentos dejaban un visible rastro en el acerado.

Un otoño algo prematuro: ramas y hojas cubren toda la ciudad.
La charca cercana a Aguas Vivas, convertida en un barrizal.

Si están interesados en averiguar qué rábanos son las DANAS, este es un excelente documento que ofrece la agencia de metereología: http://www.aemet.es/documentos/es/divulgacion/estudios/dana_ext.pdf

2 comentários:

  1. menuda tromba en tan poco tiempo... aqui tienes algunas imagenes justo despues del granizo. lástima de no haber bajado hasta san blas, no me di cuenta. para la próxima...

    http://quienestalocoyquiencuerdo.blogspot.com/2010/09/caos-natural-en-caceres.html

    si pinchas encima las verás en las dimensiones buenas

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  2. Ya veo que tienes un blog!!!
    Esto pica bastante.
    Te contesto en el tuyo...

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