Su reputación del mal olor no es algo inventado, pero hay que entenderlo como un mecanismo de defensa contra posibles depredadores de sus nidos, que construye en agujeros de paredes y hoquedades. Desgraciadamente no siempre funcionan, y los gatos dan buena cuenta de tales nidos en las cercanías de la ciudad.
segunda-feira, 9 de novembro de 2009
ABUBILLAS EN EL PARQUE DEL PRÍNCIPE
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