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sábado, 24 de abril de 2010

CÁCERES OLVIDADO...

La tarde de ayer cambié de entorno para hacer alguna foto: el pequeño Juan obliga a fijarse en cosas más cercanas y cotidianas de lo que permiten mis pequeñas andanzas con la bicicleta. Y otra vez se cumple que los problemas del mundo de hoy son de tiempo y espacio: hay poco tiempo y mucho espacio que recorrer, y nuestra mirada se adapta a una velocidad creciente. Hemos dejado de tener ojos profundos sobre las cosas peculiares que nos rodean. Y he aquí que, gracias a que el llevar un carrito de un niño te induce a pararte más en sitios donde nunca te detendrías, salían a la luz pequeños detalles de un Cáceres  olvidado y perdido, conocido solo por los más viejos del lugar. Un Cáceres de los años encantados del siglo XX, que fue borrado casi entero del mapa en mis primeros años de vida en nombre del desarrollo y que hoy solo puedo consultar en fotos antiguas de libros.



Y dejo esta última como curiosidad: un San Sebastián herido o un irreverente angelote. Al principio pensé que alguien había puesto un palo para simular un buen falo. Pero luego me di cuenta que no: que formaba parte del material de la construcción. En fin, ya no hace falta irse a las platerescas cresterías de la universidad de Salamanca para ver simpáticas irreverencias. Nuestro angelote ha estado mofándose de nosotros todos estos años y yo ni había caído en la cuenta de su mirada lasciva sobre los cacereños... Quizás sea un añadido de las reformas modernas sobre el edificio: si algún lector con más experiencia supiese algo sobre esta imagen, hágalo saber... (Maese Víctor, días después, parece haber dado con la solución: es un efecto óptico de la luz. Para auténticos falos, váyase a las gárgolas del palacio de la Isla)

5 comentários:

  1. Hoy a la mañana te felicité por las fotos y la capacidad de adaptación... ¿se habrá borrado?
    Salud

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  2. (A ver si ahora me deja)
    Cáceres olvidado... pero con encanto.
    Esto me recuerda que tengo que callejear más por mi ciudad, que con esto de trabajar fuera pronto me considerais inmigrante. Tiempo y espacio, esa es la cuestión, muy cierto.

    Un abrazo, Angel y cia.

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  3. no sé si hay algún problema con el blog, qué desastre... Y sí, no me queda otra que adaptarme a la nueva realidad, y con gusto...

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  4. A mi también me gusta pasear por ese Cáceres modernista que poco a poco estamos perdiendo, y que es poco conocido. La calle que, partiendo de las cuatro esquinas llega a la Plaza de Toros es mi favorita.

    De todas formas me parece que ese angelito no es que tenga un falo, sino un ala que intenta cubrirle, aunque la luz le juegue una mala pasada.

    Esta foto sí es más explícita

    http://4.bp.blogspot.com/_vIz4sDtzZlM/SwFEwvMS9vI/AAAAAAAAAys/Rf27pxxnB6I/s1600/IMG_0117_2.JPG

    Es una gárgola del Palacio de la Isla, en la Plaza de la Concepción.

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  5. Repámpanos! Debe ser un efecto óptico de la luz, efectivamente... Y lo más curioso es que lo miré cuarenta veces y cuarenta ángulos, y no caí en ese efecto.

    Y tienes razón, la antigua "calle grande" de Cáceres, es la que une la plaza de toros con la de la concepción. Tiempos perdidos, y escaso interés también, cuando centramos toda nuestra atención en la parte antigua...

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