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sexta-feira, 17 de outubro de 2014

NARCISOS EN TIEMPO DE COMETAS


"Vamos a volar la cometa", le decía el GP a Juan, una y otra vez, como un ser cansino. El pequeño prefería al principio la comodidad del sillón de casa viendo dibujos a tener que estar corriendo en un descampado. Pero como uno nunca llega a crecer del todo y le encanta jugar con una cosa tan simple como puede ser un trozo de tela atado a un hilo zarandeado por el aire, acabé convenciéndolo. Así que el hijo sacó a pasear al padre, como está mandado.       
    Podríamos haber ido a un montón de buenos lugares para volar la cometa, pero orientamos el coche en dirección Casar de Cáceres, y nos detuvimos a la altura de la entrada a la cañada de ganado, a unos tres kilómetros. Allí habíamos observado apenas unos días antes un gran pradera cubierta por florecillas blancas que no aparecían en las laderas de la sierra, al menos en tan gran número. Así, que entre un vuelo y otro de la cometa, nos dedicamos a sacar unas pocas fotos apresuradas a estas florecillas que apenas se levantaban escasos centímetros del suelo, sin otro adorno que la propia flor, azotadas por el viento y tan humildes que solo su gran número levantaba la atención. 

     Intuitivamente el GP supuso que se trataría de una especie de narciso otoñal (Narcissus serotinus), algo más pequeño y discreto que el narciso pálido de finales de invierno. En realidad, de las plantas bulbáceas de la zona (familia de crocus, iris, amarillis y compañía) la más sencilla hasta la fecha. Pero el hecho de que crezca en una época como el otoño ya es algo digno de mérito. 
       Parece ser que este pequeño narciso es bastante típico en la costa mediterránea, y que posteriormente ha ido colonizando el interior de la península, especialmente en Extremadura. La presencia del narciso de otoño puede cambiar sustancialmente de un año para otro. Es precisamente en estos años con un comienzo de otoño muy húmedo, cuando sus poblaciones se hacen más visibles; en los años más secos puede pasar esta temporada sin dar la flor y echar las hojas más adelante en la primavera. Como se ve, no solo las setas son las beneficiadas de las lluvias de septiembre. También lo son estas flores y sus compañeras de temporada, los crocus y las snowdrops

 Los narcisos iluminan con sus tenues flores el campo otoñal, todavía marcado por las plantas secas del verano. El contraste las hacía más visibles.
 Juan haciendo volar su cometa con bastante soltura, para ser la primera vez.
 Una sola flor por planta, sencilla (no atrompetada) y ausencia de hojas. 

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