sábado, 4 de dezembro de 2010

FLORES DEL INVIERNO: CANDILES



Existen marcas biológicas que actúan de verdadero reloj estacional. Creo que ya hemos comentado aquí que una de las aficciones siendo más pequeño era buscar la primera campanilla del campo después de las tormentas de septiembre. La otra era buscar los candiles con los primeros fríos del otoño. Y es que el candil es sinónimo de días pálidos y fríos, de amaneceres blancos y praderas verdes, invernales, calladas, estáticas. Así estaba el día de hoy cuando iba de nuevo a los cerros de las minas, con el objetivo de fotografiar estas plantas curiosas que había olvidado en la anterior visita. Esta especie crece por cientos en las laderas quebradas que descienden en dirección sur. Aquí les basta un poco de tierra para prosperar bien, pero se aclimatan bien a otros lugares: son una especie común en las dehesas, a la sombra de las encinas y alcornoques.
Con razón podemos hablar aquí de flores de invierno: los candiles florecen entre noviembre y abril. estas plantas, por lo demás, tienen propiedades medicinales: se pueden utilizar como emplastos para heridas, pero no es recomendable su consumo interno.


El edificio abandonado de las minas hace de fondo de los candiles: una zona como decimos donde abunda mucho esta especie.

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