sábado, 11 de junho de 2011

PESCANDO CANGREJOS EN EL MARCO... CON CHORIZO


          Como soy un catastrofista de los que creen que el mundo que hoy conocemos acabará en un par de telediarios, estoy empeñado en enseñar a Juan a toda prisa pequeños lugares que conocer antes de que el imprevisible progreso acabe con ellos. Así que nos fuímos a Fuente Fría, para que Juan aprendiera a tirar piedras a los ríos (dado el tamaño de Juan, hablar del Marco es como hablar del Missisipi, si solamente nos quedáramos con la cara de sorpresa que puso al ver el regato). Al poco de estar allí, nos encontramos con unos cuantos cangrejos americanos congregados por los alrededores. Estando debajo del agua, Juan solo los vio cuando sacaban las cabezas coloradas a la superficie. Yo hacía rato que los esperaba con la cámara. 
      En esas llegaron un grupo de chavales con cajas, hilos y chorizo, y empezaron un interesantísimo debate en torno al arte de la pesca del cangrejo. Cómo colocar la caja de plástico con su respectivo cebo para  los suculentos crustáceos, cuántas piedras poner encima para que se hundiera sin romper la cuerda, quién iba a ser el decidido valiente que cogiera al cangrejo de marras, cuidado con las ratas de agua, no muevas la piedra esa, so tonto, etc, etc... 
      "¿Y se comen el chorizo?", preguntó el G.P. escéptico.   
      "¡Vaya si se lo comen! ¡Y la carne de pollo! todo lo que sea carne les encanta... Y cuanto más podrida, mejor.
     Ya había oído hablar del carácter voraz del cangrejo americano, destructor de toda fauna autóctona de anfibios y peces. Pero lo del chorizo nos parecía surrealista. ¡Pobres bichos! En su glotonería no saben que otros glotones les esperan, y con un buen cazo de arroz. Pero la cuestión culinaria se la dejo mejor a Valentín, que en eso es el experto... 

Un valiente se decidió a remover las piedras e ir directamente con la mano.

Tomando el fresquito junto a la umbría de Fuente fría, en la Ribera del Marco, nuestra gran desconocida cacereña y la que en un lejano tiempo permitió que Cáceres se alce donde está... En esta época, un lugar ideal para ver las crías de verderones y jilgueros parando a beber agua.

1 comentário:

  1. Los americanos son bastante insípidos. Hay que ser generosos con la guindilla. Una salsa armoricana les viene muy bien.
    Juan está guapísimo. Supongo que estará hecho un charlatán.
    Un abrazo.

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