Estas orejillas están marcadas por un sombrero endeble y flexible, con ausencia de pie.
Más que de Judas, las orejas parecen de Mr. Potato, especialmente alineadas así.
Aspecto
de las orejas de Judas por debajo del sombrero, con las rugosidades
típicas por las que se ha ganado su nombre con justicia...
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Iniciamos abril con una nueva reseña
micológica, y que viene al pego con las fechas que se acaban de
celebrar: la oreja de Judas (Auricularia auricula-judae). Si la
primera palabra guarda una relación directa con la forma peculiar de la
seta, el que sea propiedad de Judas (sin especificar si es el Tadeo o el
Iscariote), constituye un misterio para el G.P. Sea lo que sea,
al pobre Judas le caen todos los muertos, buenos o malos. Este
interesante hongo crece habitualmente sobre tocones o ramas muertas que
guardan mucha humedad, y que están vinculados a determinadas familias de
árboles. Lo hemos observado sobre ramas de olmos y en tocones de
eucaliptos, para ser más exactos, aunque los entendidos dicen que
también fructifica sobre la madera viva. En el caso que estamos viendo,
los ejemplares proviene de Sierra de Fuentes. Las ramas estaban en el
campo de la familia del G.P., fruto de la poda del otoño pasado y muy
humedecidas por la continua lluvia que ha caído desde entonces. El otro
caso que avistamos durante el pasado noviembre fue en el Olivar de los
frailes, lugar muy generoso durante esa época en setas y hongos de todo
tipo.
La oreja de Judas es fácilmente reconocible por su forma -de oreja, si
invertimos la seta-, su peculiar textura -gelatinosa, flexible- y su
lugar de aparición. Aunque en la cultura occidental no se suele recoger
con frecuencia, esta seta hace las delicias de la cocina oriental, y los
amantes de los restaurantes chinos o tailandeses más de una vez la han
degustado, aunque no hayan caído en la cuenta de ello...
Las Orejas de Judas estaban junto al estanque del campo. Este año,
rebosante de las tres especies más abundantes de la zona: sapo de
espuelas, ranas comunes y gallipatos. Faltan a la cita las ranas
meridionales, que no se suelen dejar ver dentro del agua.
¡No sabía que fuesen comestibles!
ResponderEliminarHola Valentín! Eso parece en la comida oriental, por supuesto... Al parecer se dejan secar y luego se rehidratan con un poco de agua.
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