quinta-feira, 27 de outubro de 2016

HELECHOS EN LA CARRETERA AL PANTANO DE VALDESALOR

Helechos entre las zarzas. La humedad y la umbría ayuda a estos helechos
a sobrevivir por estos parajes. 
Detalle de las frondes, apreciadas desde siempre para determinadas
actividades del campo: abono, cama de ganado, fruta...
   Nadie perdería una sola línea en el norte de España escribiendo sobre este precioso y popular helecho, el Pteridium aquilinum. El GP pasó muchos veranos de su infancia acarreando fentos  del bosque a los campos de patatas, para servir de abono. En las sierras del norte de Cáceres, el helecho era muy usado como lecho del ganado, y después, con las boñigas de las vacas, era reutilizado también como abono. Incluso los helechos se utilizaban para recoger la fruta y que no se mazase. Auténtica maleza en buena parte del norte de España, pasa desapercibido en esos paisajes. En cambio, los helechos constituyen una rarísima aparición en la llanura cacereña. En contados lugares podremos encontrarnos con estos helechos. 
Acueducto que rodea la zona de regadío, junto a la carretera. Originariamente
destinado para tabaco y maíz, el regadío se mantiene hoy para explotaciones
ganaderas. 
Como auténtico helechal, tan solo lo hemos visto en los Barruecos de arriba, cuando bajo la presa, y aprovechando la angosta garganta granítica que atraviesa el arroyo Tocón, los helechos prosperan al amparo 
de la humedad de la zona. 
Pizarras mosqueadas en la zona del embalse. Cuanto más hacia Torreorgaz,
más pizarras se observan de este tipo, producto de la aureola de contacto
con el batolito granítico.
También los hemos visto ocasionalmente y de forma esporádica en algunas trincheras del tren, también sobre terreno granítico. Y por último, nuestro último avistamiento ha sido en una excursion con la bicicleta hasta el pantano de Valdesalor. La carretera que atraviesa toda esta zona de regadío zigzagea interminablemente, y aparece rodeada de una vegetación atípicamente umbría provocada precisamente por el regadío. Chopos, olmos, higueras, zarzales rodean los dos lados del camino, acompañando los canales de riego. Solo por esa razón nos encontramos, junto al acueducto de la fotografía, un grupito de
Estado del agua del embalse, en avanzadas condiciones
de eutrofización, por el final del verano.
fabulosos helechos, bien rodeados de zarzales, y que han conseguido sortear el verano y mostrarse ahora en su plenitud. Aunque el helecho no es raro en el clima y bosque mediterráneo si tienen la humedad necesaria -las sierras de Cañaveral tienen buenos helechares, por ejemplo- esto es algo raro para la zona, y que tiene que ver más con el impacto involuntario del hombre que con la propia naturaleza. En cualquier caso, disfrutemos de los fentos

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