domingo, 27 de dezembro de 2009

EL TRASQUILÓN... EN INVIERNO.

El trasquilón y los llanos de Valdesalor desde el puerto de las Camellas.

La lluvia nos ha concedido una tregua para poder esparraguear un rato con la bicicleta y perdernos por los senderos de Cáceres. En esta ocasión, la bici me llevó hasta el Trasquilón: con martillo y cámara, ibamos a ver si probábamos suerte en los montículos de la antigua explotación minera. Entretanto, se podía disfrutar de los caminos embarrados, el agua fluyendo por todas partes y las colinas verdes del invierno. Cuesta creer que todo esto se convierte en un yermo polvoriento y reseco durante el verano... Hemos comprobado con alegría que el edificio antiguo está por fin en reformas: un patrimonio histórico que no debe caer en el olvido.

Arroyuelos en el puerto de las Camellas ocasionados por la lluvia. Este es un lugar fantástico después de un día de agua para ejercitarse un rato con la bicicleta siguiendo el rastro de los regatos. Las lluvias fuertes y el uso de quarks y otros trastos semejantes, sin embargo, aceleran la erosión del terreno. Naturalmente uno acaba destrozado y con barro hasta las orejas.

Los asfódelos comienzan su ciclo, como buena parte de los bulbos, en esta época. Todavía les queda sin embargo, unos cuantos meses para florecer. Encontramos a estas interesantes plantas en las partes más soleadas de las dehesas y los prados.

Las lavanderas, pájaros omnipresentes en los llanos y la ciudad durante el invierno. Aquí nos encontramos con un ejemplar macho. Además de las lavanderas, nos encontramos avefrías y también una buena liebre, que obviamente, eran bastante más rápido que nosotros desenfundando la cámara.
Puntas de cuarzo extraídas en la cercanía del edificio del Trasquilón. No son difíciles de encontrar hermosos ejemplares: presentan los cristales más grandes que he podido observar en las cercanías de Cáceres. Además, tienen como característica peculiar el estar muchos de ellos recubiertos de finas capas de apatito o de sílice. Hemos encontrado también cuarzos con intrusiones de turquesa y ambligonita. Habríamos estado vagabundeando más tiempo de no ser por los perrazos que custodiaban el edificio y las ovejas. Qué le vamos a hacer.

2 comentários:

  1. ¡Qué belleza de fotos!
    Dan ganas de ir ahí a "vagabundear" como decís, y hasta llenarse de barro de pura diversión

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  2. Gracias por el comentario... Supongo que por aquellos lares también tendréis cosas que disfrutar.

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