segunda-feira, 18 de junho de 2012

BASURA EN FUENTE HINCHE


 Las salidas de agua están anegadas y provocan su estancamiento.
Residuo de botellones y demás gente sin civilizar.
Las ranas son las únicas que están panchas en mitad de la basura.

     Parece que en esta ciudad, cuanto menos se tiene de una cosa, menos se aprecia. Y así parece que ocurre con nuestros recursos naturales del agua. Si el aspecto del Marco a veces resulta indignante, el otro grupo de fuentes de Cáceres, bordeando la sierra de la Madrila, tampoco está mucho mejor. Este es el actual aspecto que tiene Fuente Hinche, una de las fuentes más antiguas y tradicionales de Cáceres, en el día de hoy. Hace unos años hubo voluntad política de arreglar todo esto, pero la voluntad de los políticos se la llevan los vendavales electorales con mucha facilidad. Parece ser que el mantenimiento de lo restaurado no da voto alguno o no interesa, y lo único que se encuentra el visitante ocasional sobre esta fuente son la basura de los botellones. Las ranas parecen ser las únicas a las que no les preocupa lo más mínimo latas, plásticos y botellas. Sin enemigos algunos, proliferan como nadie en el lugar. 

    Fuente Hinche forma parte de un conjunto de fuentes que recorren la parte más baja del valle de la sierra de la Madrila. Su origen es muy similar al de otras afloraciones como las de Fuente Fría o Fuente Concejo (que habitualmente consideramos érroneamente como aguas calizas). La alternancia de distintos estratos de rocas de diferente permeabilidad en esta parte del sinclinal de Cáceres (pizarras, cuarcitas y areniscas) permite la filtración y el posterior afloramiento de aguas. Su cantidad es muy inferior al acuífero del Calerizo, pero no es despreciable: La Madrila, Aguas Vivas, Fuente Bárbara y Fuente Hinche son las cuatro principales en esta zona de la ciudad, y hay emanaciones naturales en otros muchos puntos. Este conjunto de fuentes es lo que permitió desde antiguo la existencia de un pequeño cauce, el arroyo de Aguas Vivas, sometido a un fuerte estiaje, y cuyo recorrido todavía se puede seguir desde su nacimiento en el Olivar de los Frailes hasta la urbanización Montesol. A su paso por Aguas Vivas, su degradación es enorme y suele arrastrar basuras y aguas residuales a su paso. Por otra parte, su caudal puede aumentar considerablemente con lluvias torrenciales, como ocurrió en el otoño del 2010, inundando casas y provocando daños en la parte baja del barrio.  

 Un ranoncio tomaba el sol en la rampa.

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