Bancos de cantos rodados en una de las zonas cubiertas con el desembalse de agua del pantano., Los cantos provienen habitualmente de cuarzos, pizarras y grauwacas de los alrededores. |
Estratificación de las pizarras ligeramente plegadas. En ocasiones, estas estructuras de apariencia metamórfica pueden estar causadas por las propias características de sedimentación. |
A principios de diciembre, presenciamos sufrimos en nuestro cuerpo) la primera helada de la temporada, visitando el embalse del Guadiloba. Y aunque el GP no iba con la ropa adecuada para enfrentarse al grado bajo cero que imperaba bajo la alargada sombra del embalse, la visita fue sumamente agradable. El G.P. nunca había estado paseando por aquel lugar adehesado y se sorprendin con la abundante vegetación de ribera que aparecía en el mismo comienzo del valle del ríachuelo. Y a pesar de no encontramos ya con casi ninguna seta (salvo Amanita vaginata), sí pudimos observar lechuzas, carboneros y colirrojos, junto con alguna zancuda que no pudimos reconocer entre los juncos del río. Desgraciadamente nuestra cámara no está para dar cuenta de los descubrimientos ornitológicos. Pero sin duda en lo que más nos recreamos fueron en las curiosas pizarras que quedaban al descubierto en el cauce del río, como nos ha pasado en otras ocasiones.
Como ya hemos mencionado aquí más de una vez, toda esta zona está geológicamente hablando vinculada con el Alodomo extremeño o CEG, o el antiguo conjunto esquisto-grauváquico. Esto hace que toda esta zona sea una sucesión interminable de pizarras y grauwacas que solo quedan al descubierto en los riberos de los ríos o en las trincheras de las carreteras. La peculiaridad del lugar es la posibilidad de observar diversos plegamientos sobre las pizarras, que habitualmente no han sido afectadas por un metamorfismo excesivamente riguroso. Esto hace que las pizarras tengan curiosos aspectos de concha de ostra, provocado por los continuos pliegues sobre los primitivos sedimentos. Junto a estas fotogénicas pizarras, también nos encontramos filones de cuarzo desgarrados de la roca originaria pero en los que se observa perfectamente el encaje antiguo sobre la pizarra. Esto hace que los cuarzos tengan formas llamativas de enrejado o forjado, que no tienen nada que ver con su cristalización típica, sino con el mencionado encaje sobre la pizarra. Comparado con otros lugares del Guadialoba, merece la pena desplazarse hasta aquí y contemplar estas pequeñas delicias geológicas.
Dientes de perro típicos en las cercanías del cauce.
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