quarta-feira, 13 de março de 2013

"SETAS BOÑIGA": PISOLITHUS ARHIZUS


Ejemplares en la sierra de Señorina (prolongación del Risco de Sierra de Fuentes), en su fase de crecimiento hacia el exterior.

Últimos clatos rojos del Príncipe.
Reconozco que este tiempo de perros no desmotiva al G.P. para salir al campo y ponerse de barro hasta las orejas. Es tal nuestro "mono" y son tan pocas las veces que podemos romper nuestra burbuja urbana, que ya puede llover o hacer frío que por ahí andaremos. Pero ciertamente te limita los movimientos, como me ocurrió el otro día. Quería investigar la zona de fósiles de lo que llaman la sierra de la Señorina, en las cercanías de Sierra de Fuentes, y que no es otra cosa que la prolongación al sureste del Risco, cerrando el sinclinal. Pero no hubo forma de dar un par de pasos por el campo sin que el barro se untara en tus botas o se pegara a los pantalones, o sintieses el agua encharcándote los calcetines. Y como uno se hace viejo y tiene muchas responsabilidades (es tan aburrido ser adulto) decidí no seguir haciendo el burro y contentarme con lo que teníamos en nuestros alrededores, que no eran otra cosa que una antigua escombrera provocada por las obras de la carretera al atravesar la sierra de Señorina. Y allí nos encontramos con este hongo de aspecto feucho y desagradable, pero que tiene sus cosas, como veremos ahora. Después, como suele ocurrir, se ven por todas partes: pocos días después los encontramos a patadas en los terrenos más pobres de la sierra de Aguas Vivas, muy cerca de la Ronda norte en su salida hacia Casar de Cáceres. Pero realmente se pueden encontrar por todas partes.
Pisolithus en forma de torre. Cercanías Ronda norte.
    El Pisolithus arhizus es definitivamente, un hongo poco atrayente. A nadie se le ocurriría comerselo -aunque aseguran que cuando es joven y está todavía bajo tierra, puede consumirse- y todo el mundo lo evitaría pensando que es la boñiga de un animal. Y sin embargo, este particular hongo tuvo y tiene usos bastante curiosos. Ha sido usado como tinte para la lana -el G.P. asegura que si lo tocamos y lo abrimos, nos podemos manchar bien los dedos-, y hoy en día se usa en reforestaciones o plantaciones de eucaliptos, como organismos de colonización en el primero y como micorrizas en el segundo. Si echamos un vistazo al lugar donde suele aparecer profusamente el Pisolithus, nos daremos cuenta que son sitios extremadamente pobres. Lugares en contacto con la roca madre -como los que encontramos en el monte Abuela, cerca de la Ronda Norte- o en terrenos arcillosos removidos y sin apenas suelo órganico, como el paraje de la Señorina-. Esta característica de los colonizadores todoterreno los hace fácilmente reconocibles desde lejos. Los encontraremos casi sin vegetación a su alrededor, como enormes huevos amarronados de tamaño mediano o incluso grande. Ese es aspecto maduro del hongo, globoso o redondeado, como los típicos pedos de lobo. En un primer momento es de carácter hipogeo, y solo después emerge a la superficie del terreno. En último lugar, evoluciona hacia formas más extrañas, como torreones semejantes a hormigueros verticales -es llamativo lo bien que mimetiza con el paisaje siguiendo distintos perfiles-, y finalmente al abrirse lo veremos llenos de pepitas amarillentas recubiertas de polvillo pardo, que son las esporas. Aunque las guías usualmente recogen su aparición en el otoño, este hongo se deja ver sobre todo desde diciembre hasta la primavera. En definitiva, un hongo curioso digno de ser tenido en cuenta.

 Hongo doble, en la Sierra de Aguas Vivas.
Lugares extremadamente pobres, donde abundan estos hongos. En este caso, en la sierra Señorina (cercanías de Sierra de Fuentes), en compañía de retamas, jaras y un puñado de compuestas.

1 comentário:

  1. Un blog bastante curioso, haré alguna referencia aquí más adelante...
    Un saludo

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