Este es un post algo anticuado ya: se remonta a principios de abril, pero la avalancha de salidas camperas hizo que esto lo fuéramos dejando y dejando... hasta pensar que podríamos esperar a otra primavera para mostrarlo. Pero de alguna manera el G.P. se ha resistido a la idea, cuando se ha percatado de la singularidad de las orquídeas. Quizás no hayamos buscado con demasiado encono o hayamos dado demasiados palos de ciego por otras partes de la ciudad, pero la ladera norte del cerro Otero ha sido este año un buen descubrimiento primaveral, desde la perspectiva de setas, flores y rocas.
Si pocos días antes nos encontramos con las Orphys en las laderas más bajas, esta vez veíamos esta otra orquídea en lo más alto del cerro. Y lo peculiar de la historia es que no encontramos ninguna más laderas abajo, ni en ningún otro lugar de la sierra de Aguas Vivas. Tan solo unos pocos ejemplares se acercaban al sendero y nos mostraban sus generosas flores. En este caso, una Orchiis Champagneuxii, un ejemplar que según el proyecto orquídea está bastante bien distribuida por la región, especialmente en Badajoz. Este ejemplar lo podemos encontrar sobre todo tipo de suelos y suele conformar poblaciones bastante numerosas, aunque nosotros no podamos decir lo mismo de los pocos ejemplares que encontramos en el Cerro Otero.
Si pocos días antes nos encontramos con las Orphys en las laderas más bajas, esta vez veíamos esta otra orquídea en lo más alto del cerro. Y lo peculiar de la historia es que no encontramos ninguna más laderas abajo, ni en ningún otro lugar de la sierra de Aguas Vivas. Tan solo unos pocos ejemplares se acercaban al sendero y nos mostraban sus generosas flores. En este caso, una Orchiis Champagneuxii, un ejemplar que según el proyecto orquídea está bastante bien distribuida por la región, especialmente en Badajoz. Este ejemplar lo podemos encontrar sobre todo tipo de suelos y suele conformar poblaciones bastante numerosas, aunque nosotros no podamos decir lo mismo de los pocos ejemplares que encontramos en el Cerro Otero.
El linde del camino donde nos encontramos con estas hermosas orquídeas: lado norte de la sierra de Aguas Vivas, con un suelo arcilloso síliceo y con vegetación arbustiva mediterránea.
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