segunda-feira, 22 de outubro de 2012

BRAQUIÓPODOS BAJO LA RONDA NORTE



    Desde hacía mucho tiempo teníamos ganas de publicar algo relacionado con los fósiles de la Ronda Norte y el parque del Príncipe, pero siempre se nos adelantaba alguna novedad de temporada. Es lo que tiene escribir sobre fósiles: son testigos inmutables del paso del tiempo y las estaciones no cuentan para ellos. Pero estas piedrecillas ya llevan esperando muchos meses y es hora de ir terminando esta humilde tarea paleontológica. 
Partes de un braquiópodo, según wikipedia.
     Como ya hemos comentado, los terrenos que ocupan las laderas de la sierrilla (ronda norte y parque del Príncipe), están ocupados por estratos de pizarras, cuarcitas y rocas areniscosas del silúrico, y algunos de ellos son especialmente ricos en fósiles y restos orgánicos. Saltan a la vista las ampelitas graptolíticas, en una banda negruzca que atraviesa la carretera de circunvalación, se adentra en el parque y reaparece un par de kilómetros hacia el este en los estratos de la ribera del Marco. Pero aparte de estas ampelitas, de las que ya hablamos en las primeras entradas de este blog (hace ya tres largos años), otros restos fósiles han ido llamando nuestra atención, especialmente conchas de braquiópodos que podrían pertenecer al género lingula o lingulella. Este género es un útil indicador paleontológico, suele aparecer en forma de individuos aislados en las pizarras, y además es un superviviente nato y se mantiene desde el ordovícico hasta nuestros días sin apenas cambios. Es lo que se conoce como un verdadero fósil viviente: del imperio de los braquiópodos del Paleozoico, apenas se mantienen 300 especies en nuestros días. Los fósiles que disponemos no son espectaculares, y aparte de su aspecto ovalado, apenas queda nada identificativo del mismo, excepto restos del foramen (el lugar donde entran en contacto las dos valvas, y de donde sale ese músculo que fija al braquiópodo con el lecho marino). Muchos podrían pensar que son pequeños cantos rodados en mitad de las pizarras y hay que mirar bien las pizarras para identificarlos. Los podemos encontrar en pizarras micáceas blancuzcas fácilmente identificables en los cortes del terreno de la Ronda Norte y alrededores de Fuente Hinche, aunque los ejemplares fotografiados aparecieron en pizarras azuladas recogidas en el lecho seco del arroyo de Aguas Vivas a su paso por el parque.

Linguelas actuales.
     Estos no son los únicos fósiles que afloran en esta zona. Aparte de graptolites y braquiópodos, tenemos restos orgánicos en pizarras más antiguas, cercanos ya a las laderas del Paseo Alto y fósiles con apariencia de crinoideos en algunos estratos areniscosos. Mención aparte merece un extraño cono o cilindro que apareció en el Olivar de los Frailes y que el GP reconoce que no tiene ni remota idea de qué puede ser. Quizás algún resto de cefalópodo o algo parecido. Otro día seguiremos hablando sobre el asunto.    

Fósil de aspecto cilíndrico o cónico encontrado en las cercanías del Olivar de los Frailes. Su aspecto se asemeja externamente a las puntas de cefalópodos.El GP apunta que podría ser el sifón interno de endocerátidos, que constituyen la parte más fácil de mineralizar de estos animales. Necesitaremos investigar más el tema...

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