terça-feira, 6 de novembro de 2012

RECONOCIMIENTO DE LEPIOTAS TÓXICAS EN LA DEHESA DEL JUNQUILLO


Macrolepiota phaeodisca.
      En nuestra últimas visitas estamos acumulando tal cantidad de información de setas que el GP tiene que decidirse por alguna. Como parece que alguna entrada sobre las lepiotas tóxicas ha tenido cierto interés últimamente, vamos a hablar algo más sobre el asunto. En estas semanas pasadas la Lepiota cristata o lepiota maloliente ha invadido con profusión las dehesas de los alrededores, mientras que las macrolepiotas apenas han hecho acto de presencia. La diferencia fundamental entre ellas parte del tamaño, que permite distinguir bien una de otra. Si las pequeñas lepiotas apenas se levantan unos centímentros del suelo y su diámetro cabe perfectamente en la palma de la mano, las macrolepiotas se alzan con aspecto de falos casi diez centímetros antes de abrir su espléndido sombrero. Sin embargo, sí encontramos en la dehesa del Junquillo gran cantidad de champiñones silvestres, a priori comestibles aunque sin detenernos demasiado en averiguar su especie particular. Así que hemos decidido hacer una comparación entre el champiñón silvestre y esta pequeña y peligrosa lepiota (aunque igualmente hermosa y agradable de encontrar en el campo, todo hay que decirlo). La confusión entre ambas especies es bastante difícil, pero siempre es buena tenerla presente...   

       Las lepiotas pequeñas (entre ellas la cristata, helveola) son algunas de las setas más comunes de encontrar en Cáceres y abunda en todas las dehesas y pastizales de los alrededores, como en la zona del Junquillo, el Olivar de los frailes, en la Sierrilla o las zonas adehesadas de la Sierra de la Mosca. No es la más peligrosa de las lepiotas pequeñas: algunas de ellas pueden provocar intoxicaciones mortales y se han registrado casos en nuestra provincia sin ir más lejos. El consumo tradicional de las macrolepiotas ha conducido en ocasiones a equivocaciones fatales con especies como la lepiota helveola, algo más grande y alta que la lepiota que estamos comentando. En cualquier caso, se recomienda abstenerse a recolectar cualquier lepiota que no supere los diez centímetros de altura.
Macrolepiota phaleodisca frente a champiñón silvestre. El sombrero de la macrolepiota tiende a hacerse mamelonado y abierto, frente al del champiñón, que en muchos casos se mantiene levemente convexo. Por otro lado, el mamelón de la lepiota siempre se mantiene oscuro, frente a las escamas claras del champiñón silvestre. 

 Champiñón silvestre vs. lepiotas. La esporada del champiñón silvestre tiende a oscurecerse cuando se hace más adulto y mantiene un reborde claro en muchas ocasiones. En cambio, las lepiotas mantienen la esporada blanca siempre.
Champiñones y lepiotas, creciendo bastante cerca, en las dehesas de las  Capellanías. 

4 comentários:

  1. Buen artículo, solo que las fotos no son de Lepiota cristata, son Macrolepiota phaeodisca, el anillo enfundado y persistente, el tamaño y esas escamas en forma de disco en el centro del sombrero, son propias de esta especie, la Lepiota cristata es más pequeña, el anillo es flocoso y fugaz, y las escamas del sombrero están dispuestas de forma distinta

    ResponderEliminar
  2. Gracias por el comentario!!! Revisaré los post donde aparece esto...
    De todos modos, recuerdo que estas lepiotas eran bastante diminutas, como las que suelen encontrarse por los prados ahora. Y siempre suele aconsejarse no recoger lepiotas de menos de 10 cm., por si las moscas.

    ResponderEliminar
  3. Totalmente de acuerdo con José,, las fotos son de Macrolepiota phaeodisca y no de Lepiotas helveolas... el mamelón del centro es las phaeodiscas es puntiagudo color mas oscuro o marrón y duro..salud

    ResponderEliminar
  4. Gracias otra vez por la revisión de las fotos.

    ResponderEliminar