terça-feira, 27 de junho de 2017

CODESOS EN FLOR EN LOS BARRUECOS


Hace un par de semanas, el GP y Lola Ballesta visitamos los Barruecos para una posible salida arqueológica con nuestros chicos de la ESO. El GP esperaba encontrarse un enorme secarral a esta altura del año, y más todavía sufriendo la prematura ola de calor que nos asoló hace tan solo unos días. Pero para nuestra sorpresa, al menos había un arbusto que soportaba esos calores y exhibía su vistosa floración amarilla: el codeso (Adenocarpus complicatus). Este arbusto de las papilionáceas es quizás el más extendido y representativo del berrocal malpartideño. Solo cuando está en flor es cuando nos damos cuenta de su extensión por la zona. Las peñas de los Barruecos se rodeaban de amarillo en el momento menos esperado de la estación, cuando el calor empieza a apretar de verdad...
     Los codesos son un poco caprichosos y por nuestra zona solo se dan en un entorno granítico (les gustan los suelos ácidos y pobres), cuanto más accidentado mejor. Así aprovechan muy bien las diaclasas amplias del berrocal y sus huecos para hacerse un espacio frente a otras especies más comunes, como la retama blanca. En la comarca de Cáceres y Malpartida es fácil verlos limitados a las zonas más rocosas, y habitualmente están desaparecidos o eliminados de las zonas más abiertas y adehesadas. Pero en los Barruecos, zona accidentada y sin demasiada presión de ganado, se extienden por muchos lugares. 
    Esta limitación espacial no tiene nada que ver con la experiencia del GP con los codesos en su aldea de Ourense. Allí aparecen por todas partes, colonizan con rapidez cualquier erial abandonado o zonas incendiadas. El GP tenía que luchar desde pequeño con este arbusto robusto y más peleón que las xestas o retamas normales a la hora de cortarlos. Aunque no es espinoso, sus ramas son mucho más duras que las retamas blancas y atravesar una zona de codesos implica que te llevarás más de un rozón desagadable en las piernas o brazos. Así acabamos nosotros ese día... aunque como se dice vulgarmente, sarna con gusto no pica, y lo pasamos fenomenal en nuestras investigaciones arqueológicas.
    




Codesos en flor asomando entre las peñas, desde la roca de la cueva. Llegan a una altura de tres metros.




















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Un buen ejemplar de codeso, con las nudosas y enredadas ramas de la base que te dejan bien rozado. Al otro lado, la compañera Lola. Al final, no pudimos hacer la excursión con nuestros chicos, por el calor y los exámenes: una auténtica lástima.

domingo, 25 de junho de 2017

PROYECTO EDUCATIVO DE GEOLOGÍA: CÁCERES HACE 450 MILLONES DE AÑOS

        Hemos estado bastante tiempo ausentes de nuestro blog favorito. Como siempre, los proyectos se acumulan y no nos permiten hablar de lo realmente importante. Pero esta vez, la ausencia ha merecido la pena. Aunque este es un trabajo de aula de Ángel Muñoz Álvarez, ¿quién si no el Granito Parlanchín el que está detrás de todo esto? Aquí dejamos constancia de uno que nos ha llevado bastante tiempo desarrollar, y del que nos sentimos orgullosos, gracias al trabajo conjunto con Lola Ballesta y los fantásticos murales del Maestro Iconos, Francisco Aguilera.


1.              Cómo encontrar el fondo del mar en Cáceres.
Desde los departamentos de geografía e historia de 1º de la ESO y de ciencias naturales nos hacemos desde hace tiempo una pregunta: ¿Cómo acercar a los alumnos una materia tan ardua como es la geología, en las distintas variantes que aparecen en el primer curso de la ESO?  Tanto desde la geografía (los distintos elementos del relieve, la geomorfología e ideas básicas como la tectónica de placas o la historia de la tierra), como desde las ciencias naturales (petrología y mineralogía) nos encontramos con unos contenidos que se hacen alejados de la vida cotidiana de los chicos y por lo tanto terriblemente aburridos.
Podríamos hablar de distintos puntos de vista pedagógicos modernos, pero mentiríamos si no confesamos que desde Aristóteles existe un principio básico en toda investigación científica, que ningún pedagogo por atrevido que sea ha conseguido desplazar: la admiración que suscita contemplar el mundo que nos rodea, su belleza y el deseo intrínseco en el hombre de encontrar un orden –un logos, una ley- bajo ese mundo natural. Es en definitiva una pedagogía motivada en la admiración, lo que suscita el deseo de conocer más. Desear conocer por el mero placer del conocimiento. El problema parte de saber qué es lo que puede suscitar interés por la geología en chicos de primero de la ESO. Añadamos al deseo aristotélico los problemas del siglo XXI: una realidad artificial que separa a los chicos de cualquier encuentro con la naturaleza, incluso en una ciudad pequeña como Cáceres. En la fiebre Pokemon del verano pasado los parques de Cáceres estaban llenos de alumnos que luego descubriríamos que nunca habían observado de cerca esa naturaleza tan cercana a ellos. Era preciso buscar entornos educativos alternativos para hacer estimulante una nueva mirada sobre la geología, la geografía o la biología. Dicho de otra forma, debíamos romper el aula para entrar en contacto con esa realidad oculta que, bien transmitida, podría resultar fascinante.
 Tenemos la suerte que la ciudad de Cáceres cuenta con un patrimonio geológico casi desconocido, mucho más atractivo de lo que aparenta a simple vista y que ofrece muchísimos materiales casi sin necesidad de salir de la ciudad: diversidad de rocas, algunos minerales relativamente fáciles de encontrar, restos fósiles en el entorno más cercano, estratigrafía, fallas, fuentes naturales. El pequeño sinclinal paleozoico sobre el que descansa la ciudad, de más de 450 millones de años de antigüedad, y similar en formación y petrología al geoparque de las Villuercas, permite tener suficiente material para un excelente trabajo de campo por parte de nuestros alumnos. Añadamos a esto que los cerros cercanos a la ciudad permiten reconocer numerosos elementos del relieve y de la geografía regional, y tenemos una ecuación perfecta para aunar contenidos de las dos áreas del currículo. 
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2.              Objetivos
Ø     Estimular el contacto con la naturaleza más cercana de la ciudad, potenciando su conocimiento, el respeto hacia la misma y la necesidad de preservarla.
Ø     Favorecer prácticas saludables para la actividad física como el senderismo.
Ø     Desarrollar habilidades sociales fundamentales cooperativas: reparto de las tareas, coordinación de los esfuerzos, 
Ø     Comprender la importancia del legado geológico de la ciudad y los recursos geológicos de la misma y lo que ha supuesto esto para su desarrollo.
Ø     Identificar los elementos del paisaje más relevantes del entorno de Cáceres y su explicación en términos geomorfológicos y geográficos.
Ø     Reconocer in situ algunos elementos geológicos básicos, como las fallas, restos paleontológicos (graptolites, braquiópodos), bioturbación y ripples marinos, que den explicación de fenómenos tan abstractos como la tectónica de placas.
Ø     Distinguir distintos tipos de rocas del entorno de Cáceres: granitos, cuarcitas, pizarras, areniscas, calizas, tanto usadas como elementos de construcción como en su ubicación original. 
Ø     Utilizar mapas de distinto tipo (topográficos, temáticos, planos de ciudad) que permiten al alumno orientarse u obtener información sobre alguna cuestión relevante de interés geográfico o geológico.
Ø     Identificar elementos propios del entorno paisajístico cacereño propios del otoño, especialmente frutos silvestres y hongos, haciendo distinción entre hongos venenosos  y hongos comestibles desde el mismo parque del Príncipe.
Ø     Desarrollar la autonomía personal a través de la comunicación de ideas y transmisión de conocimientos hacia alumnos de otros niveles educativos.

3.              Desarrollo del proyecto.
El proyecto se desarrolló en cuatro etapas, sin contar una etapa preparatoria, independiente del proyecto pero necesaria para su desarrollo, y que partió del curso anterior como una actividad de la biblioteca escolar, por la que se clasificó y etiquetó adecuadamente todo el material geológico del laboratorio escolar.
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a)             Un fósil marino en Cáceres.
Decidimos seleccionar la pregunta que permite estimular la curiosidad de nuestros estudiantes. Llevamos a clase unos ejemplares de skolithos (galerías de gusanos cavadores de hace 450 millones de años), conservados en cuarcita armoricana, relativamente común en el sinclinal de Cáceres. La siguiente pregunta era sencilla: Si han existido gusanos marinos en Cáceres, ¿dónde está el mar en Cáceres? ¿Cómo ha llegado hasta aquí? ¿Qué hipótesis tenemos disponibles desde la ciencia geológica contemporánea para explicar semejante cosa? ¿Cómo puede ser corroborada esta hipótesis en última instancia? Esta es una pregunta que después comprobaríamos que suscita la misma curiosidad para los adultos, y que actúa de detonante para que los alumnos investiguen lo que supone la tectónica de placas. 

Para poder ir más allá de las explicaciones de aula, decidimos iniciar nuestro trabajo movilizando la amplia colección de geología que tiene a disposición el centro, unido a muchos ejemplares propios de la comarca de Cáceres traídos por profesores y alumnos. Los preparativos para esta exposición se remontan a los comienzos del curso, cuando alumnos voluntarios de la biblioteca clasificaron y colocaron los letreros pertinentes para cada roca y mineral durante los recreos. 
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b)              Exposición de partida.
El ciclo de las rocas para los más pequeños.
Todos estos materiales fueron agrupados en varias secciones: petrología y el ciclo de las rocas, mineralogía atendiendo a sus características básicas y su composición química, paleontología (con una breve historia de la vida, atendiendo al registro fósil de Cáceres), y por último, elementos de geomorfología de interés (sedimentación, estratificación, diaclasas, pliegues y fallas). Nuestra exposición incidía con más fuerza en los dos últimos puntos (el registro paleontológico y las fallas y pliegues), ya que era el punto de partida de la lección teórica, con el fin de justificar la presencia del océano en el suelo de Cáceres y la idea de que la tierra no es una masa estática, a pesar de que no percibamos su dinamismo en nuestra propia ciudad y en un singular momento de la historia.  
Con estos distintos apartados también intentábamos establecer vínculos entre las

materias de geología y biología con los contenidos de geografía e historia. Las explicaciones alternaban entre el español y el inglés, puesto que la asignatura de ciencias sociales se imparte desde la sección bilingüe. Igualmente los carteles explicativos y paneles fueron realizados por los alumnos en ambos idiomas y durante los recreos en la biblioteca del centro.
Echando fotos a una drusa de calcita.
Los alumnos quedaron repartidos en varios grupos para una buena comprensión de los contenidos. Igualmente, las explicaciones garantizaban también el uso de las mismas rocas y minerales. Se fomentaba su manipulación, se comprobaba su dureza, el peso, su raya, texturas, organización cristalina etc… para intentar hacer lo más interactivo posible el aprendizaje.
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c)              Trabajo de campo.
Descendiendo de la Sierrilla.
Alicia en la ronda norte.
Una vez que estaba montada la exposición del centro, iniciamos una ruta que nos permita alcanzar el punto geodésico de La Sierrilla, en el que atravesábamos determinados referentes geológicos y geográficos de la ciudad. La ruta cubre una distancia de unos 5.7 kilómetros, atravesando el parque del Príncipe, fuente de Aguas Vivas, rotonda del Casar, Ronda norte, depósito de la Sierrilla hasta llegar al punto geodésico, y descenso hasta Fuentehinche. El trayecto estaba jalonado por distintas actividades y recogidas de muestras y evidencias, ya fuesen físicas o en forma de fotografías: a) reconocimiento de materiales ornamentales (granito y caliza) en construcciones urbanas en el Parque del Príncipe, b) recogida de hongos silvestres, y distinción entre hongos comestibles y venenosos, c) reconocimiento de la ubicación de fuentes y manantiales en la vaguada de Aguas Vivas, d) Avistamiento de la falla de la Rotonda del Casar, y análisis geológico del terreno –dendritas, cuarcitas y pizarras, bioturbación, ripples, estratigrafía, falla inversa…), e) subida al depósito y recogida de muestras de minerales y rocas f) Análisis de mapas y ubicación de los elementos del relieve visibles desde el alto de la Sierrilla y g) Análisis de la estratigrafía, plegamientos en las cercanías de Fuentehinche.  
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d)             Presentación de “Cáceres, hace 450 millones de años”.
Carteles de la exposición, de Francisco Aguilera.
Cada grupo de tres alumnos trajo consigo materiales diversos (rocas, minerales, hongos…) así como todas las evidencias fotográficas requeridas en sus fichas, de carácter geográfico y geológico. Después de una clasificación básica en el laboratorio de ciencias y de visualizar el material fotográfico, seleccionamos las mejores muestras y las presentamos complementando el resto de materiales ya clasificados previamente. Así quedó completa la exposición, y la última fase del proyecto era la presentación de todo el trabajo en conjunto por parte de los alumnos de 1º de ESO a sus compañeros más pequeños, de 3º y 4º de primaria. Eso les convertiría en profesores y guías por un día. Cada grupo seleccionó a un responsable para esta tarea, y posteriormente se coordinaron en la biblioteca y el laboratorio para repartirse las distintas partes de la exposición: taller fotográfico, materiales de Cáceres y de la zona de la Sierrilla, evidencias geomorfológicas, el ciclo de las rocas, la clasificación de minerales y por último la historia de la vida en Cáceres. El apoyo de los profesores de primaria resultó imprescindible para el adecuado desarrollo de la activdad. Los niños de primaria se repartieron en pequeños grupos que irían pasando por los distintos apartados de la exposición, sin que prácticamente los profesores interviniesen lo más mínimo y convertidos en meros espectadores de las explicaciones de los alumnos de la ESO. El proyecto concluyó con una valoración de la actividad en conjunto y lo que supuso para el conjunto de la clase. 

4.              Metodología empleada.
Más careles de Francisco Aguilera.
Un proyecto como el que nos embarcamos implicaba una serie de distintas metodologías aplicables a distintas fases del proyecto. Aprendizaje por experimentación directa, constructivismo y aprendizaje vicario están dentro del marco más general, que se traducen en las siguientes metodologías. 
Ø     Aprendizaje significativo. En el marco teórico, intentamos integrar al alumno dentro de su propio aprendizaje. Así alternábamos explicaciones teóricas basadas en un aprendizaje significativo y constructivista, partiendo de aplicación de técnicas TBL –aprendizaje basado en el pensamiento- (destreza de comparar y contrastar, todo y las partes, explicación causal), aplicación del método hipótetico-deductivo (formulación del problema -¿por qué Cáceres fue el fondo del mar hace miles de años?-, brainstorming que permitan lanzar hipótesis para que puedan después ser corroboradas bajo evidencia empírica).
Explicando fotografías del taller.
Ø     Utilización de recursos digitales. Mediante el empleo de cámaras fotográficas y móviles, los alumnos tenían que trabajar con fotografías que sirviesen de evidencia empírica de las muestras y eventos geológicos y geográficos que pudiéramos encontrar. Igualmente, los alumnos debían realizar búsquedas en Internet en mapas de geología y geografía especializadas, como el MAGNA50, SIGPAC, GoogleEarth o páginas dedicadas a la geología local (blogs de naturaleza).
Chicos de 1ºESO explicando fósiles a los de primaria.
Ø     Aprendizaje cooperativo. El desarrollo de la actividad iban más allá del necesario trabajo por grupos. Las labores explicativas de los alumnos hacían necesarias un adecuado reparto de las tareas, la organización del espacio, la gestión del tiempo y la división del trabajo de cara a desarrollar sus propias explicaciones a los cursos más pequeños. La exposición se debía explicar por secciones y eso implicaba que cada parte debía comprometerse a hacer un buen trabajo para un correcto desarrollo de la actividad. Utilizando el aprendizaje vicario, o aprendizaje por imitación, impulsábamos a los alumnos a convertirse después en guías a partir de la observación de las explicaciones de los propios profesores en las primeras fases del proyecto. Incidimos en que no eran tanto los contenidos desarrollados por el profesor, como las formas y maneras de comunicación, en lo que tenían que centrarse, de cara a convertirse ellos mismos en guías de sus compañeros más pequeños. 
5.              Ampliación del proyecto: la exposición permanente.
Día de puertas abiertas para los padres.

Dado el éxito entre los alumnos, los profesores del área estudiamos una posible ampliación del mismo proyecto. Entre las actividades de ampliación se desarrolló la exposición guiada a los padres del centro en el día de puertas abiertas, así como establecer una colección geológica permanente en el centro, pública y visitable, que pueda ser incrementada año tras año con las sucesivas aportaciones de los alumnos en distintos trabajos de campo recorriendo distintas áreas del sinclinal de Cáceres. Un esfuerzo en este sentido ha sido la creación de carteles de geología por Francisco Aguilera, usando el texto y algunas imagenes propias del G.P.
Igualmente, hemos decidido por otro lado no ampliar la explicación guiada a otros niveles del centro para poder garantizar su viabilidad para los años siguientes, de manera que el próximo curso pueda desarrollar la misma actividad hacia alumnos distintos.