sábado, 23 de janeiro de 2016

EXPLOSIÓN DE PIE AZUL PARA EL FINAL DE LA TEMPORADA


       La pasada temporada de setas sucedió sin pena ni gloria. Llama la atención ahora la gran cantidad de Lepista nuda (pie azul) que nos encontramos por los alrededores de Cáceres, como si nuestros queridos hongos se hubiesen desquitado de tan penoso año setero. Y es que este enero templado y muy húmedo (otra vez, relativamente anormal) ha permitido que la Lepista nuda y otras setas tardías intenten hacer algo de bulto para paliar el desastre del otoño. 
En el parque del Príncipe, el pie azul ha poblado todos sus hábitats típicos: zonas de humus de encina y alcornoque y lugares poblados con la acícula de los pinos piñoneros, creciendo en gran número y con los preciosos colores violáceos que la caracterizan. Acompañando al pie azul, los champiñones, algunos lactarios y también rúsulas y carboneras, han vuelto a reaparecer. Esto nos demuestra una vez más que el invierno no es una gran época para recolectar setas, pero que siguen con nosotros.  
Como curiosidad para el pie azul, se puede observar en las tres fotografías su evolución a lo largo de su ciclo de desarrollo. En un primer momento la seta tiene un impresionante color violeta. Esta tonalidad se va perdiendo conforme el sombrero va incrementando su tamaño, pasando a un color crema amarronado, y con una forma más aplanada. 

Hermosos champiñones silvestres: fáciles de ver en estos días bajo las encinas y alcornoques. Dehesas del cordel del Casar, algo más allá del Cuartillo (25 de enero).

quarta-feira, 6 de janeiro de 2016

CIZALLAMIENTO Y GRIETAS DE TENSIÓN EN LAS CUARCITAS CACEREÑAS

 Vetas de cuarzo sigmoidal ocasionado por cizallamiento sobre la cuarcita (cercanía mina de Valdeflores), en forma de caprichosas curvas.

En numerosas ocasiones nos hemos encontrado por las cercanías de Cáceres típicas vetas de cuarzo atravesando las cuarcitas de nuestras sierras, algunas de ellas muy vistosas, con cristalizaciones llamativas. Otras de ellas tienen orientaciones peculiares que resultan incluso misteriosas y extrañas para aquella gente observadora como el GP: pequeñas vetas en paralelo, haciendo formas curvas o de luna, que a veces resaltan mucho si la cuarcita es algo más oscura. Muchas veces nos acabamos preguntando por qué ocurren estas curiosidades geológicas.
Estas vetillas de cuarzo se corresponden con movimientos tectónicos, que sin llegar a provocar abiertamente fallas, sí producen desgarros en la roca, producto del cizallamiento.    
    Habitualmente, siempre nos enseñaban en la geología de clase a distinguir las fallas y los pliegues (el GP explica esto en sus clases de sociales de primero de la ESO), pero naturalmente las cosas son mucho más complejas. Partamos en primer lugar, por cual es el origen físico del proceso. Las placas se mueven, y eso provoca tensión en las rocas. Los geólogos llaman esfuerzo a la fuerza depositada sobre un lugar determinado. Este esfuerzo puede tener distintas direcciones, una mayor amplitud o una mayor fuerza (dependiendo también de la superficie sobre la que se concentra ese esfuerzo), lo que generará un impacto distinto sobre las rocas (dependiendo también de su composición y su ductilidad).
     Dependiendo de la dirección en la que se orienten estos esfuerzos sobre la roca, nos podremos encontrar mecanismos de comprensión, distensión o de cizalladura, como vemos en la imagen prestada de Internet. La cizalla se produce cuando dos fuerzas se oponen en paralelo, provocando el desgarramiento de la roca.
    Las consecuencias visibles en las rocas pueden variar mucho. El GP se va a centrar fundamentalmente en las cuarcitas de Cáceres, que son las que él ha visto mejor. Con el proceso de cizalla, estos desgarramientos o grietas son después rellenados generalmente con cuarzo, dejando esa particular geometría en las rocas, con apariencia "sigmoidal" (esta palabreja viene de la grafía de la letra sigma griega), en paralelo o curvado. Las vetas alineadas en paralelo parecen puntos de sutura sobre la roca abierta en canal. Estas peculiares formas pueden aparecer por todo el sinclinal de Cáceres, pero básicamente en la cuarcita. 
subida a la sierilla, vetas de cuarzo sigmoidales. 
Afloramiento original de las cuarcitas con cizalla.
     Si nos preguntamos por cuándo ocurrieron estas peculiaridades, aquí nos callamos prudentemente. Siguiendo los estudios de otros autores expertos en la materia, estas tensiones tectónicas posiblemente siguieron a la formación de la falla Alentejo-Plasencia, al periodo jurásico. Esa es al menos la explicación que se da para los sinclinales de Mofrague y Cañaveral. Cuando esta falla se creó, provocó una importante actividad tectónica en las cercanías de la falla, originando importantes procesos de comprensión y deformación plástica de las rocas circundantes. Habitualmente, los hallazgos de estas rocas por el sinclinal aparecen en ejemplares aislados y separados de su ubicación original, lo que no permite explicar adecuadamente su origen, y tan solo intuir lo que pudo ocurrir en tiempos tan remotos. 
Venas oblicuas de cizalla y en paralelo. Subida a la sierrilla, a la altura del club de tenis Cabezarrubia.