quarta-feira, 30 de dezembro de 2015

2015, AÑO POBRE EN ORQUÍDEAS Y SETAS

Paneolos alucinógenos a finales de diciembre (llanos del Casar).
     Siendo fin de año, podemos hacer una breve descripción de lo que ha sido el 2015 para el GP, en términos micológicos y botánicos: bastante pobre. Sin necesidad de mencionar toda cuestión relacionada con el cambio climático -que también aporta su influencia-, las irregularidades propias del clima mediterráneo han jugado sus cartas contra muchas de las especies más dependientes de la cantidad de lluvia precisa y en el momento justo. Así, después de un otoño de 2014 extremadamente húmedo, le siguió un invierno muy seco y una primavera muy justita e irregular en precipitaciones. En consecuencia, nuestras orquídeas encontraron muy pocos recursos para alimentar sus tubérculos durante los meses fríos y permitir la floración en los meses de marzo y abril. Con la excepción de la Orchis Champagneuxii, siempre relativamente abundante, y alguna Ophrys tenthredifinera, en casi todas las ocasiones agostada por el calor, apenas hemos visto nada relevante durante este año. Cierto que las salidas del GP no se pueden comparar con las de otros años, pero no han faltado nuestras visitas primaverales a los puntos clave que ya conocemos, con resultados bastante negativos.
    Pero si la campaña de primavera fue escasa, aún más sería el otoño. Este último otoño ha sido francamente caótico e impredecible para los recolectores de setas. Algunos de los micólogos tenían grandes esperanzas con las lluvias de octubre, y sin embargo, a pesar de la lluvia caída, se vio que esta precipitación llegó completamente a destiempo.  Peor aún: la irregularidad de noviembre acabó por hacer desaparecer las setas de nuestros campos a finales de ese mes y principios de diciembre. El carácter seco y caluroso de la parte central del otoño ha imposibilitado cualquier resurrección mágica de última hora. Frente a un año extremadamente rico, variado y prolongado de 2014, el pasado otoño ha sido terriblemente escaso. Sin contar con las setas de parques, que evidentemente no cuentan, las únicas especies realmente variadas han sido las setas de prados (pequeñas lepiotas, bejines, clitocibes, volvarias y senderuelas), mientras que la gran mayoría de las setas de tamaño medio o grande que forman micorrizas con las especies de nuestro entorno (encinas, alcornoques, pinos, chopos...) apenas han aparecido. El paseo por las dehesas más cercanas a Cáceres ha sido decepcionante, sin macrolepiotas, amanitas, boletus o níscalos. La Amanita phalloides y la Amanita Cesarea, típica de los septiembres lluviosos, han estado completamente ausentes. Tan solo las pequeñas estrellas de tierra y algunos champiñones silvestres hacían su aparición. Únicamente una seta más tardía de buen porte como la Lepista nuda ha conseguido desarrollarse bien en algunos encinares.
 
El desequilibrio precipitacional se ve en el mes de septiembre (sin apenas precipitación), y a partir de la segunda mitad de noviembre.
    En consecuencia, resulta importante, más que la precipitación global estacional, su reparto equilibrado. En los hongos, las lluvias puntuales de septiembre permiten reactivar los micelios del estío y comenzar su crecimiento; incluso sin necesidad de que estas precipitaciones sean demasiado abundantes, se hacen fundamentales. Si esas lluvias se retrasan en exceso, como ha ocurrido este último año, los micelios no lograrán el punto óptimo de crecimiento. Incluso cuando esto pudo producirse, el brusco parón de precipitaciones de noviembre, ocasionado por el irregular comportamiento de las altas presiones sobre la península, acabó con toda posibilidad. Los micelios necesitan una vez que se reactivan una lluvia generosa dos semanas después, que permita desarrollar adecuadamente el carpóforo. 
      En definitiva, vemos las consecuencias de la irregularidad de nuestro clima en nuestro entorno. Uno no quiere pensar si a esa irregularidad le añadimos cualquier condicionamiento climático extraordinario, como el desvío del frente polar hacia latitudes más septentrionales o la presencia continuada de altas presiones sobre la península, como parece que ha ocurrido este año y lleva sucediendo casi un lustro en otra región del mundo climáticamente parecida a la nuestra, como California. Pobres setas y orquídeas. No saben lo que les espera...   
    

domingo, 6 de dezembro de 2015

LA COLINA DE LOS ALACRANES EN ALDEA MORET

    
 Un último intento en localizar setas esta temporada terminó convertido en fracaso. La dehesa del Junquillo, que en otras ocasiones y por estas mismas fechas aparecente rebosante de pie azul y macrolepiotas, estaba ahora completamente esquilmada y pelada, con el suelo seco por la falta de lluvia -más parecido a mayo que al mes de diciembre-, y con bastante basura acumulada, suponemos que por el día de las castañas y otros domingueros. Y es que el tiempo acompañaba a domingueros desaprensivos: el sol y el calor eran bastante considerables: el granito parlanchín iba en camiseta a las cinco de la tarde, en las laderas de solana. Y puesto que no había setas, nos pusimos a buscar piedras.
     Las colinas que cierran la dehesa del Junquillo tienen, igual que en otras muchas partes de la cara sur de Cáceres, hondonadas y restos de trincheras de la guerra civil. Hay grandes bloques de roca removida en toda la zona y dejan ver bien la petrología del lugar: cuarcitas sometidas a metamorfismo de contacto, arenizadas y en paulatino proceso de formación de esquistos muy ricos en mica. Pero lo de menos fueron las piedras; lo más relevante era lo que había debajo de ellas: un considerable número de alacranes. De seis o siete grandes piedras removidas, encontramos cuatro escorpiones bien hermosos y algo dormidos, ciertamente. Y es normal, si lo pensamos bien: una ladera bien soleada, arenosa y con grandes pedruscos que se pueden convertir en guaridas perfectas para estos bichejos. El GP llegó a tal punto que dejó de remover las piedras, por si acaso -los alacranes no hacen nada, siempre y cuando no se les moleste o se les toque con las manos, lógicamente-. Así que dejamos los alacranes y empezamos a recrearnos en los herrerillos, bastante menos peligrosos que estos singulares artrópodos. 




Todas las veces que hemos visitado la dehesa del Junquillo siempre nos hemos encontrado con estos dicharacheros pajarillos, escalando cabeza arriba o abajo las ramas y troncos de las encinas de la dehesa.

sábado, 28 de novembro de 2015

CORTINARIOS TRIVIALIS EN LA SIERRA DE AGUAS VIVAS

    

    La temporada de setas ha transcurrido ya en su mayor parte y ni por asomo vemos ninguna de nuestros grandes hongos de años pasados. El GP deseaba agotar ya uno de sus últimos cartuchos con la esperanza de recoger algo de interés: la cañada del Casar, poblada habitualmente de gran cantidad de amanitas, lactarios y boletus. Pero no ha habido nada que hacer. Los habituales boletos se han reducido a un par de ejemplares y este año no hay ni rastro de amanitas por la zona; quizás algún ejemplar viejo y comido por las larvas. Sin embargo, a fuerza de buscar, nos hemos topado con una especie que pasa más desapercibida cuando tiene a estos gigantones a su lado y que en esta temporada se convierten en las setas más representativas de la dehesa. Se trata de un tipo de cortinario, cree el GP que el Cortinarius trivialis, dadas sus características generales y el hábitat en el que aparece. 
       Esta seta de tamaño mediano es el primer cortinario con el que se topa el GP, aunque seguro que habría en abundancia y no los veíamos. En efecto, aunque en este paraje arbustivo y de encina aparecía por todas partes, muchos de ellos estaban enterrados y no se reconocían fácilmente: hay que remover en muchas ocasiones la hojarasca y nos damos cuenta que no es un solo hongo, sino varios, y a veces creciendo dos de un mismo pie. Como otros cortinarios, la forma más sencilla de identificarlos es buscando restos de la cortina en su pie. En el caso de esta especie, el alargado pie está rodeado de jirones de la cortina. Ocasionalmente, se puede observar la cortina en el sombrero en los ejemplares jóvenes. En fin, a falta de otra cosa, buenos son estos cortinarios escondidos bajo las encinas.

segunda-feira, 16 de novembro de 2015

LAS CAUSAS PROFUNDAS DEL TERROR

     
Quería hablar de setas, de estas volvarias y estrofarias unidas en el pastizal de Malpartida, pero hoy el GP no puede. Va en su  bicicleta pensando en París. Pero no solo. También Beirut. Y el Sinaí. Mas de cuatrocientos muertos en apenas una semana. Y estoy cansado de escuchar el mismo diagnóstico de la situación terrorista. Se culpa al Islam, al carácter hermético de su religión, a las circunstancias psicológicas de cada individuo que se inmola en nombre de una idea desgarradadora que convierte en meros objetos a sus semejantes... Y como filósofo que soy y que me traiciona, acabo pensando que confundimos la causa y la consecuencia, como hace ochenta años. Y no sé hasta qué punto todo esta maraña de argumentos no nos hace caer en la cuenta del verdadero problema: nuestra sociedad, la victoriosa sociedad global, cosmopolita y capitalista se vuelve inhóspita, inhabitable. Cada día es más fría, desoladora e inhumana para una parte nada insignificante de sus moradores. Las palabras igualdad, fraternidad y libertad no tienen sentido alguno cuando muchos de los que viven dentro de ella no tienen ninguna seguridad vital a la que agarrarse, ni económica, ni social, cultural ni psicológica. Una religión entendida en su forma más arcaica posible se convierte entonces el último recurso, como lo fue la utopía racial de Hitler para muchos alemanes. En ese sentido, hemos aprendido muy poco del fascismo y comunismo de los años treinta. Seguimos produciendo indivíduos potencialmente totalitarios, desorientados y desilusionados, y escasamente educados en nuestros valores democráticos, vacíos y formales para ellos. El nazi antidemócrata y racista no era tan distinto de los jóvenes europeos y magrebíes que viajan a Siria en busca de un paraíso inexistente. La diferencia estriba en una distinta reacción entre los hijos viejos de occidente y los hijos adoptivos ante los gigantescos desafíos de la modernidad líquida, como llaman muchos sociólogos a nuestra cultura. 
      Aquellos primeros desorientados, europeos viejos de occidente (blancos, hijos de la democracia y nietos de cristianos)  viven su esquizofrenia dentro de los valores occidentales. El lado bueno de nuestra cultura es nuestro profundo respeto hacia nuestros semejantes, en forma de considerar la vida ajena como algo sagrado en sí mismo. Pero esto se hace a costa de reducir nuestra sociedad a una suma de individuos, dejados a su suerte. La tragedia que viven los inadaptados es personal, individual y la sufren en un silencio absoluto que acaba en un suicidio en vida, sin necesidad de apretar un gatillo. Saben que no hay redención posible o se les ha educado para que piensen así. Se les dice que su fracaso es personal, fruto de decisiones particulares tomadas con libertad, en las que en última instancia ellos son los últimos responsables. En el fondo esta mala conciencia es un lavado de cerebro que no dista mucho del que sufre un yihadista islámico. La diferencia fundamental es que nosotros creemos que ese es un proceso de inculturación neutral y natural, y no lo percibimos como lo que es, algo artificial y que no tiene que ser necesariamente verdadero.
     Sin embargo, para aquellos desorientados recién llegados, hijos adoptivos de la vieja Europa, la situación se les hace más complicada. No hay un individualismo metafísico de base; para ellos la cultura ocidental solo produce pérdidas. No les resulta fácil asumir que su fracaso puede ser un fracaso personal. Es un fracaso colectivo, último, radical, que acumula un inmenso resentimiento pero que necesita ser redimido de alguna manera tangible hacia el exterior. En ese exterior buscamos responsables, víctimas que dejan de ser humanos y se convierten en encarnaciones del mal, y al mismo tiempo buscan un paraíso redentor en la propia muerte. Los musulmanes desarraigados han encontrado la salvación en una religión entendida en su sentido más feudal y medieval, donde no hay limites entre la fe y el estado y se desarrolla una conciencia identitaria máxima; al igual que hicieron muchos europeos hace ochenta años en el totalitarismo, o se está con ellos o contra ellos. No hay medias tintas. 
       La solución la desconozco. El panorama, para estos descarriados con mala suerte (y en conjunto para la sociedad), pinta mal. En Europa unos pocos fanáticos descarriados fueron capaces de arrastrar a una sociedad entera hacia el abismo y la guerra mundial. Y aunque en el siglo XXI, esto no se hace tan fácil, la esquizofrenia tenderá a perpetuarse entre nosotros y a veces estalla con sangre inocente.  En fin. Ruego que disculpen la parrafada.

quinta-feira, 12 de novembro de 2015

MÁS SETAS DE DEHESA: BARBUDAS POR ALDEA MORET

     Inexplicablemente, todavía no tenemos campos inundados de setas, y tal vez no los tengamos ya. Nos comentaba Alfredo Anega, hombre de muchos campos, que la falta de lluvia en septiembre ha imposibilitado un otoño abundante, como fue el del 2014. Menos mal que por lo menos nos ha quedado esta magnífica barbuda (Coprinus comatus), posando bien alta sobre la hierba, en las dehesas próximas a Aldea Moret. 
     Esta es una seta que siempre nos encontramos todos los años pero no puede decirse que la veamos de forma abundante. El año pasado hablamos de ella junto al señor Monago en plena crisis de viajes sentimentales a Canarias (por supuesto la pobre barbuda no tenía ninguna culpa de todo aquello). Ahora hablamos de sí misma con todo merecimiento. Aunque nuestra seta aparezca habitualmente también en parques espaciosos como el del Príncipe, lo normal es encontrarla en dehesas abiertas como esta, en la zona de Aldea Moret (de hecho, en el Junquillo también nos la hemos encontrado más veces, quizás prefiera suelos arenosos y algo ácidos). Además la podemos ver siempre con otros congéneres, por lo general naciendo en parejas. En nuestra foto, teníamos unas setas ya pasadas, con el sombrero literalmente desaparecido, y otras naciendo al lado del ejemplar maduro. El proceso de delicuescencia se ha iniciado ya en la seta madura -las láminas del interior ennegrecen y se convierten en tinta negra, como se atisba ya en la parte inferior del sombrero- y por lo tanto resulta ya inútil para el consumo humano. Y mientras se desarrollaba ese proceso, el sombrero nos mostraba un brillante color entre blanco y dorado atractivo para los fotógrafos campestres como el GP...

 
Aquí vemos el significativo porte de la barbuda sobre el terreno. Era una seta que veíamos desde lejos y que el GP confundió originariamente con una macrolepiota sin abrir...
Cerca del lugar, hicimos una parada en la resbaladera de Aldea Moret. La pradera otoñal le da un toque más bonito que en el verano.  Nunca habíamos reparado en el pozo que aparece en primer plano, siguiendo la vaguada que empieza desde la zona de la depuradora, y que sin duda, debe tener bastante agua durante buena parte del año.

sábado, 7 de novembro de 2015

SETAS DE DEHESA: FOLIOTAS DEL ALCORNOQUE

Esta bonita seta anaranjada crece solo sobre la madera de alcornoque o encina, permitiendo distinguirse así de cualquier otra foliota.
Los ejemplares de foliota emergiendo del tronco. En las grietas del mismo asomaban unas cuantas más. Sus micelios se extienden por la madera muerta favoreciendo su descomposición.
 
      Dentro de las dehesas nos encontramos con muy distintos hongos cuya función ecológica varía ampliamente. Por ejemplo, las setas más conocidas -las amanitas y boletos- suelen actuar de micorrizas con los principales árboles y arbustos de este entorno, ayudando con sus micelios a procurar nutrientes a sus compañeros mayores. Luego tenemos otra categoria, los lignícolas, que actúan como los carroñeros vegetales de nuestro entorno. Las foliotas del alcornoque, o los  Gymnopirus suberis son una de estas setas que ejecutan esa función, actuando de lentas y diminutas trituradoras de la madera muerta de nuestras dehesas. Un ejemplo lo tenemos arriba. El GP vio con deleite como no solo aparecían estas bonitas setas en uno de los extremos del árbol muerto, sino que otras muchas se asomaban por las fisuras de la corteza, acelerando la descomposición. En consecuencia: nunca desechemos investigar un viejo tronco para reconocer más hongos curiosos para nuestra colección.
     Aunque esta seta puede llegar a ser abundante, siempre dependerá de los restos leñosos que podamos encontrar. tampoco la hemos visto demasiadas veces, puesto que muchas dehesas se limpian cada cierto tiempo de la madera muerta. En nuestro campo de Sierra de Fuentes, unas foliotas suberis emergieron sobre un suelo que durante mucho tiempo había estado ocupado por restos de alcornoque muertos. Aunque bien podría tratarse de otras foliotas, el lugar y el tamaño con el que aparecen nos pueden dar serias pistas sobre la especie que tratamos: la otra foliota abundante en nuestro entorno, la anaranjada (Pholiota spectabilis) suelen presentar un mayor tamaño de sus sombreros y presentan un hábitat más extenso, pero su gran parecido no aleja del todo posibles confusiones...   
 
Precioso ramillete de foliotas de alcornoque en Sierra de Fuentes
Sorpresa post-publicación. Otro ramillete abundante de estas foliotas dentro del invernadero del parque del Príncipe, creciendo naturalmente sobre la corteza de un alcornoque. Estas son de tamaño algo más pequeño.

sexta-feira, 30 de outubro de 2015

SETAS DE LOS PRADOS: BEJINES

Bejines: las setas favoritas de los niños. No por sus cualidades culinarias -ramplonas-, sino por ser la la família de las típicas setas bomba que explotan cuando se secan. Juan y el GP se lo pasan en grande reventándolas cuando son adultas.
 
No acaban de arrancar las setas este año; a pesar de la lluvia, las grandes estrellas perseguidas por micólogos (descontando los champiñones) no acaban de parecer, al menos cerca de Cáceres. Un paseo en bicicleta por los prados y dehesas de las  Capellanías nos ofrecen sin embargo las setas típicas de la zona. En los pastizales cacereños lo normal es encontrarse con bejínes, a veces formando buenos corros de brujas, y esos bejínes pueden llegar a ser grandes como nuestros puños. Son habitualmente las setas más tempraneras en estos parajes. Aparte de los champiñones silvestres, es fácil encontrarse con tres géneros más por estas zonas: las volvarias (Volvariella speciosa), los clitocibes blancos y las senderuelas. Si el ganado suele pastar por la zona, añadimos también paneolos y estrofarias.
     Un bejín peculiar que halló el GP es el que presentamos con forma de pelota de fútbol, y con ese peculiar enrejado pentagonal oscuro. Por más que estuvimos investigando, no hallamos una relación adecuada con alguna especie, sin embargo, ahora optamos por tratarse de un ejemplar algo pasado de la muy común Bovista plumbea. Esta seta, cuando es joven, presenta la carne blanca, al igual que el resto de los bejines: es un buen dato para distinguir el género frente a las esclerodermas, de carne parda u oscura. Los pedos de lobo suelen presentar, además de carne blanca un pie algo más alargado. Nuestros bejines presentan un aspecto más redondeado.
    En cualquier caso, como decimos arriba, los pedos de lobo y bejines son las setas favoritas de los niños: son unos "petardos" o "bombas" naturales de lo más divertidas para estallarlas y llenar de "humo" el ambiente. Y encima estas setas se pueden encontrar desde el principio del otoño hasta el comienzo de la primavera... diversión garantizada.
 
Ya en terreno de dehesa (Santo Toribio), nos encontramos con muy pocas setas. Sin embargo, como apuntábamos la semana pasada, las estrellas de tierra y los marasmios aparecen por todas partes, y algunas de ellas con una espectacular belleza, gracias a la humedad del terreno.  
 

sexta-feira, 23 de outubro de 2015

DESPERTAR DEL CAMPO: MARASMIUS, ESTRELLAS Y CROCUS...

 
Diminutos Marasmius pueblan en gran número la sombra de las encinas. Si no fuese por su cantidad, estas pequeñas setas pasarían completamente desapercibidas.
 Entre la hierba seca del verano, van despuntando los crocus, primeras flores del otoño. Las snowdrops y los narcisos pálidos también han hecho ya su aparición.
Estrellas de tierra en todas sus fases: en el momento de eclosión del huevo, todavía en tierra, con sus brazos abiertos (posición de contacto con la humedad) y con los cerrados (posición para moverse).
 
    La impaciencia del GP fue mayor que la lógica y los ritmos de la naturaleza. Uno iba con la esperanza de que el último fin de semana, bien repleto de agua, permitiría un momentazo de setas recién eclosionadas. Pero las setas son caprichosas, y nos encontramos la cañada del Casar y el cerro Otero (lugar predilecto del GP para buscar hongos) prácticamente vacía de ellas. Tan solo una legión de diminutos marasmios rueda hizo que desenfundáramos la cámara y echásemos unas cuantas fotos a estas peculiares setas. Estas sí son agradecidas y bien tempraneras: las primeras de la temporada silvestre. Y junto a ellas, crocus y campanillas como flores acompañantes...
    Tres días después, el GP repite escapada. Outra vez, la esperanza fundada de un sol agradable que habrá hecho levantar las primeras amanitas, boletos o lepiotas, quién sabe. Tampoco hubo suerte; habrá que esperar un poco más. Eso sí, ahora sí teníamos un nuevo compañero que fotografíar: innumerables estrelas de tierra que en unos rincones determinados del encinar habían germinado abundantemente recogiéndose por decenas. Un descubrimiento curioso, puesto que la otra ocasión en la que habíamos visto semejante eclosión fue a finales del invierno pasado, rozando ya la primavera...       
 
De tanto buscar crocus y setas, acabamos encontrando esta magnífica mantis. Este bichito en cuestión todavía lleva el uniforme estival. El mimetismo se hace imprescindible para este cazador experimentado si quiere tener éxito con sus escurridizas presas.
Grupos de piruétanos junto a la cañada del Casar. Estos frutales desarrollan un peculiar sistema de defensa contra el calor estival peculiar: se deshacen de las hojas y adoptan ya la posición invernal, en un imprescindible ahorro de agua, similar al que desarrollan especies esteparias.

quarta-feira, 14 de outubro de 2015

MÁS SETAS DEL PARQUE: LACTARIOS DIVERSOS

     Un grupo de lactários crece entre el césped en compañía de chopos y negrillos. Las láminas son blanquecinas, pero con cierta tonalidad rosada. 

     El lactario del chopo con su típica leche blanca, muy picante, según entendidos...
    
     Ya huele por fin a otoño por el parque. Notas la humedad metiéndose en el cuerpo, las zapatillas mojándose al pisar la hierba, los niños perdidos de barro hasta las orejas... y por supuesto (para alegría de los micósofos), más setas que contemplar... Por cierto que la palabra "micósofo" acaba de acuñarla el GP, para designar la sabiduría de las setas que necesariamente no pasa por comerlas... Y una de estas setas que bien podrían ser tema de micosofía (pero no de gastronomia de micófagos) corresponde al lactario de los chopos, o Lactarius controversus, un magnífico hongo de considerable tamaño -puede llegar a los veinte centímetros-, de la familia de los níscalos y que como buena parte de los lactarios, tienen una carne tan picante que los hacen incomestibles. Sin embargo, estos lactarios son bien llamativos: su tamaño y su elegante porte los hacen visibles desde lejos junto a sus árboles acompañantes, los abedules, chopos y alisos. Además, es raro ver a estos hongos aisladamente: suelen crecer formando grupos lo que les hace todavía más visibles, como los buenos ejemplares que vemos arriba, en esa ocasión, más cerca de los olmos negrillos -se puede ver la hoja- que de los propios chopos, aunque siempre en un área cercana.
     El otro lactario que vimos estos días corresponde al lactario alcanforado(Lactarius camphoratus) creciendo bajo los piñoneros, en el lugar donde acostumbran hacerlo las rúsulas acres y los champiñones amarillentos. Comparado con el anterior es mucho más diminuto, aunque su porte también tiene cierta elegancia con un pie relativamente largo frente al sombrero. Los entendidos aseguran el olor fuerte de achicoria; el GP, resfriado como está, apenas percibe algo de ese aroma... Al igual que el anterior, tampoco resulta comestible.  
Un grupito de estas setas: a diferencia de otros lactarios, su leche no es demasiado abundante.

 Lactario alcanforado creciendo entre la acícula de los piñoneros. Este lactario sin embargo, puede crecer en otros muchos entornos.
 
Juan haciendo de Peppa pig, saltando en los charcos de lluvia. Acabó tirado en uno de ellos, con  la cabeza cubierta de barro.

segunda-feira, 12 de outubro de 2015

GLADIADORES ALADOS: LAS HORMIGAS TOMAN EL ESPACIO AÉREO DE LA CIUDAD

   En estos primeros días de octubre se imagina el GP que todo el mundo se ha quejado alguna vez de estas molestas hormigas voladoras que como cada otoño, levantan el vuelo tras la primera lluvia fuerte e inundan la ciudad con su vuelo torpe y atontado. 
Más allá de las molestias de tragarse uno de estos bichos o descubrirlo subiendo por el cuello, el GP quiere ver el lado heroico del asunto, y si siguiésemos un rato a estas hormiguillas seguro que nos encontraríamos algo fascinante detrás de su fugaz vuelo, como lo que ocurrió en nuestra visita por el parque del Príncipe, en el desfiladero -para las hormigas- del estanque circular.Así es la historia:

1. Dos hormiguillas muy chulas con sus alas en alto van por el parque en busca de un nuevo hormiguero. Pero tienen la mala suerte de cruzarse en el camino.  Mal ambiente...
2. "Como no te apartes aquí hay leches", dice la más presuntuosa y arrogante de las dos. Mientras, las alas y antenas han atraido la atención de otros colegas de vuelo y se acercan a trancas y barrancas -como las hormigas de la tele- al lugar del espectáculo.

3. Bing bang! Aquí las hormiguillas están ya a antenazo limpio, mientras que sus compañeras parecen estar diciendo "pe-le-a, pe-le-a", como colegiales, preparándose para saber quién es la siguiente en sacudirse.

 Al final, la cosa acaba mal para las pobres hormigas y quienes terminan contentos son los peces del estanque, que se meten un banquetazo de proteínas literalmente caído del cielo... Cosas de la vida. 

quinta-feira, 8 de outubro de 2015

BIOTITAS EN LA CARRETERA DE GARGANTA LA OLLA-PIORNAL


Cristales hexagonales y rectangulares de biotita bien formados, de carácter centimétrico, sobre pegmatitas de feldespato.

La mica biotita es un mineral bastante común en nuestro entorno. Presente en muchos de nuestros granitos, da a estas rocas su componente moteado oscuro. Sin embargo, encontrar buenos cristales de esta mica es algo que resulta un poco más complicado. Es fácil ver agregados de pequeños cristales en determinados puntos de nuestros batolitos (muchas veces en zonas de contacto con otras rocas y en el metamorfismo ocasionado por el mismo, en enclaves migmatíticos o en xenolitos), pero nos faltaba por ver algún lugar en el que pudiésemos encontrarnos auténticos buenos cristales del mineral. Por fin tuvimos una buena ocasión al final del verano en una excursión en bicicleta por la carretera infernal y maravillosa que comunica Garganta la Olla con Piornal.   
     Para los ciclistas poco duchos en materia, como el GP, los kilómetros de esta carretera se hacen interminables y las paradas obligatorias. Aunque el robledal cobija del sol, las moscas te comen literalmente la cara y hay que ahuyentarlas con manotazos mientras que uno parece llorar de los goterones de sudor que caen por las mejillas. Pero el lugar merece indiscutiblemente la pena, el tráfico es escasísimo y las oportunidades de ver milanos y águilas pasando a tu lado son numerosas. Y luego, por supuesto, está nuestra geología. El sinuoso trazado de la carretera tiene la suerte de atravesar más de una vez un importante filón pegmatítico que nos permite contemplar y recoger algunas biotitas y moscovitas (si no recordamos mal, entre el kilómetro 17-19). Las biotitas aparecen bien formadas, con cristales hexagonales o tabulares, y que destacan precisamente por aparecer en las masas feldespáticas de la pegmatita. Los paquetes no son demasiado gruesos, pero dejan ver buenos cristales, ocasionalmente metamorfizados o modificados a moscovita o pinita. Aunque nos podemos encontrar ocasionalmente cristales bien formados en otras formaciones graníticas de la zona, aqui aparecen indudablemente con más belleza y más llamativos que en otros lugares. Tendremos que acudir más veces al lugar para investigar más, pero ya tendrá que ser el próximo verano, y con una bicicleta nueva, of course.  
 
Granitos "engordados" y descascarillados por distintos procesos de meteorización, entre ellos la hidratación de la biotita, que hace aumentar el volumen de la roca y procede a su descascarillamiento, como si de una cebolla se tratase.

segunda-feira, 5 de outubro de 2015

SETA PIPA... Y OTRAS MARAVILLAS DEL PARQUE

      Setas pipas nuevas junto a los carpóforos muertos de años anteriores. Se puede observar el característico pie irregular y alargado de este hongo en uno de estos ejemplares muertos, arrancado de la madera sobre la que nace.
Una ventaja que tienen algunas setas es que una vez que la has localizado en un sitio, es fácil que vuelvan a surgir en la próxima temporada en el mismo lugar. Esto ocurre casi inevitablemente con algunas setas parasitas, y la seta pipa no es una excepción. Esta es una seta que disfrutamos, un año tras otro, en el mismo lugar: la base de un alcornoque cortado en la entrada sur del parque del Príncipe. Ya la fotografiamos hace un par de años, y los carpóforos se van sustituyendo cada temporada -al lado de los ejemplares jóvenes de este verano-otoño se acumulan las setas de otros años, como Juan nos señala con el palo. Seguramente que hay muchos más sitios donde poder disfrutar de esta estética seta, pero no los hemos encontrado cerca, y nos tenemos que conformar con estos del Príncipe. 
     Los glotones de las setas no van a llenar sus cestos con estas setas... estos bonitos hongos no tienen interés culinario en nuestra cultura -con lo duros que están, no creo que sean del agrado de nadie- pero sí parece ser que los orientales los usan profusamente como infusión y que además, tiene efectos medicinales muy positivos. En cualquier caso, la elaboración de la infusión es tan laboriosa que el GP no conoce a nadie que se haya dedicado a ella. Más allá de este dato curioso, la gama de colores vistosos que muestra la seta pipa hace que haya sido recolectada más de una vez por su función estética.


En esta época ya tenemos más hongos curiosos. Quedan los rezagados de la primavera, como este enorme boleto estival (creemos) que suelen crecer entre mayo y junio en el cauce del arroyo del parque y que en el comienzo del otoño vuelve a resurgir con fuerza. También hay los últimos del verano, como el Phalus rubicundus, tan común durante julio y agosto entre el césped de los pinos. Pero realmente los hongos del otoño aparecen ya por doquier. Desde mediados de septiembre, y tras la primera lluvia, el parque se ha llenado de corros de brujas de champiñones y las primeras rúsulas emergen ya entre la acícula de los piñoneros, como acostumbran  hacer. Falta por comprobar si los mirostomas del año pasado vuelven a hacer su aparición.

sábado, 26 de setembro de 2015

FLORES DEL VERANO: PEPINOS DEL DIABLO

 
Las flores del pepino del diablo se asemejan remotamente a las de las calabazas. No dejan de ser parte de la misma família, en el mundo de la botánica.
 
Esta singular flor forma parte de las salidas veraniegas que no pudimos publicar en julio, y ahora nos permiten cerrar el verano: el pepino del diablo. No es una flor que se prodigue demasiado, aunque cuando aparece puede ser abundante. Su predilección por los suelos arenosos hace que sea ese entorno en el que es posible encontrarla, y el GP la ha visto muchas veces en los bancos de arena de los cauces secos de arroyuelos. Aqui nos la encontramos en las vías del tren a su paso por el aliviadero de mina Esmeralda. Como suele ocurrir, andaba el GP buscando otra cosa (rocas de origen volcânico)  a los pies de las colinas de las minas de Aldea Moret, cuando se topó con esta preciosidad. No solo las flores son muy dignas de ser contempladas, sino que lo más peculiar de la planta son sus frutos, esos pepinos peludos tan característicos. Cuando están los suficientemente maduros, les basta un mero roce con algún objeto para dar un petardazo y lanzar sus semillas a más de dos metros de distancia. Si no bastase esta técnica de supervivência reproductora, el pepino del diablo tiene una última particularidade: sus jugos constituyen un potente purgante. Tan sumamente potente, que una dosis demasiado elevada puede producirnos la muerte. Ahora el GP entiende su carácter diabólico. Por lo demás, nunca está de más toparse con esta botánica estival.   
 

domingo, 13 de setembro de 2015

VISITANTES VERANIEGOS DEL BALCÓN


 Bajo las raíces de la orquídea tropical se escondia una diminuta salamanquesa, invisble para los ojos del GP, pero no para los de Inma y Juan.
 


   A veces no hace falta irse demasiado lejos para encontrarse bichitos interesantes cerca de nosotros. En el verano, son ellos los que nos visitan a nosotros, y lo que para algunos es una molestia desagradable, para otros son motivo de sorpresa. Acostumbrados como estamos a ver los estorninos y gorriones en los tejados de enfrente durante el invierno, el GP ve la fauna veraniega visitando brevemente sus macetas y muros. Así, no solo aparecen los fugaces herrerillos y carboneros que de cuando en cuando investigan entre los geranios algo que llevarse a la boca, sino también libélulas y una diminuta salamanquesa común que se han aventurado a subir a un quinto piso en mitad de la jungla de asfalto. Esta diminuta salamanquesa aprovechó nuestras semanas en Galicia y el Jerte para acomodarse en la maceta de una orquídea, y no dudó en quedarse allí, entre sus raíces, aprovechando la gran cantidad de bichos que acudían a la planta (estuvo todo el verano con agua, así que garantizaba la afluencia de pequeños insectos). Con este entorno, parecia más un gekónido tropical que nuestros habituales trepamuros.  Sorprendentemente, la salamanquesa aguantó nuestras miradas y las de Juan varios días, antes de sentirse realmente incómoda y abandonarnos un buen día para no aparecer más. Seguro que anda por otra maceta, menos expuesta a nuestras miradas curiosas... o que ya se ha "occidentalizado" y vuelto a las grietas de muros.