PIZARRA MOTEADA


 La pizarra o esquisto moteado son pizarras del Precámbrico que han sido sometidas a un mayor grado de metamorfismo regional, producidos fundamentalmente por la irrupción de batolitos graníticos como el batolito de Cabeza de Araya, al oeste de la ciudad de Cáceres en lo que se conoce como aureola de contacto. Es muy fácil distinguirlas precisamente por ser pizarras marcadas por la presencia de granos, motas  o “moscas” en su superficie, que son minerales que han crecido de tamaño precisamente por la mayor presión y temperatura a la que ha sido sometida la roca. Esto los convierte técnicamente en esquistos. Las motas suelen ser minerales típicamente metamórficos como la cordierita de color oscuro o la andalucita y su variedad de quiastolita. Los filones de cuarzo que les acompañan suelen estar afectados también por el metamorfismo de contacto y eso les da el carácter “ahumado”, negruzco. 

LUGARES DE INTERÉS: Estas pizarras no están tan extendidas como las anteriores y están más localizadas a las zonas de contacto con los batolitos graníticos, y por lo tanto, serán fáciles de observar al sur de Cáceres, en lugares como el río Salor a su paso por Hijadilla, o en las zanjas de El Junquillo. Es interesante desplazarse a  zonas como la ribera de Araya, donde nos podremos encontrar con interesantes ejemplares de distintos tipos, con cristales considerables de cordierita. Más cerca de la ciudad, pueden encontrarse pizarras mosqueadas con quiastolita en la trinchera del vía del tren a su paso por la urbanización Macondo. Fuera de Cáceres, las pizarras moteadas son fáciles de ver a lo largo de toda la falla Alentejo-Plasencia y en los alrededores de los batolitos graníticos.  




Pizarra moteada plegada por metamorfismo de contacto. Ctra. de Badajoz en el cruce con la autovía.

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