segunda-feira, 14 de julho de 2014

CRESTONES CUARCITICOS EN LA ESTACIÓN METEOROLÓGICA DE SIERRA DE FUENTES

   
     El Risco es el resalte topográfico más relevante de la Sierra de la Mosca (664 metros), y aunque se trate de una altura modesta, se hace llamativa frente al punto de partida (350-400 metros en la penillanura de Sierra de Fuentes). Es también el lugar donde podemos encontrar el mejor crestón cuarcítico de toda la pequeña sierra del sinclinal de Cáceres. Y aunque no estemos hablando de las Villuercas, merece una visita para ser contemplado. El flanco este del Sinclinal tiene varias curiosidades geológicas y paisajísticas que hacen aconsejable perder un par de horas en una pequeña ruta para ser visitadas todas ellas. 

     Algunas de ellas ya las hemos comentado; hoy vamos a hablar de ese crestón que  emerge junto a la estación metereológica y que aparentemente se convierte en el punto más alto del Risco. Desde la ladera del pueblo no se reconoce bien su formación, pero si accedemos por detrás de Sierra de Fuentes por caminos (mal trazados y peor señalizados) podemos contemplar estupendamente el resalte. Este sorprende porque el caminante no se lo espera: la ladera de la cara suroeste es mucho menos abrupta que la del lado nordeste, por la propia formación del sinclinal. Así que de repente parece que el camino se acaba y se inicia un descenso vertiginoso por los peñascos. A nivel petrológico, aunque la unidad pertenece a la cuarcita armoricana, observamos dos tipos de rocas que se superponen en los estratos y que dan lugar a un relieve diferenciado: en el crestón aparece cuarcita armoricana típica, de tonos blanquecinos, grises y también verdosos. Por debajo de ella, y siendo el techo del sinclinal, aparecen una unidad de naturaleza arcósica, con grano menos fino, de carácter más esquistosa por cierto metamorfismo y con estratos menos gruesos y más definidos que la cuarcita armoricana, mucho más fracturada y homogénea. Esta misma unidad es la dominante en las rocas visibles en Los Hornos, en la otra parte de la sierra del Risco. El GP se arriesga a aventurar que esta es la misma unidad que aflora de forma intermitente en la sierra de Aguas Vivas, y con una edad que podría remontarse al cámbrico.
      Dicen los de Sierra de Fuentes que es fácil ver buitres en esta parte del Risco y efectivamente algún rincón del crestón está cubierto de manchas blancas (la caca de estos gráciles pajarillos). Nosotros nos contentamos con los vuelos y acrobacias de los vencejos y los aviones. La vegetación por otro lado, es escasa en esta época del año, aparte del gran número de palitroques de las cañanejas secas que atraviesan la carretera del radar. Necesita ser visitada en otro momento para apreciar su belleza.


Detalle de las estructuras plegadas de los estratos arcósicos. 

Las rocas dominantes en la cima son cuarcitas típicas, más fracturadas y diaclasadas y con estratos más gruesos.
 Refugio natural en la parte sur de la ermita del Risco, causado por el desplome de algunos estratos plegados de cuarcita.
Detalle de los plegamientos en la cuarcita armoricana, justo en la base de la foto anterior.

terça-feira, 8 de julho de 2014

LA CULEBRA DE AGUA, ANIMAL CONDENADO... POR IGNORANCIA

La desgraciada culebra de agua, con el vientre hinchado y muerta. Se nota cómo la parte anterior a la cabeza ha sufrido un aplastamiento, que le ha provocado la muerte. 
    No es nada nuevo: determinados animales sufren la animadversión humana sin merecerlo. Condenados por cadenas culturales arbitrarias, tradiciones sin fundamento, prejuicios eternos... los pobres animales que sufran este sambenito, desconocen que el encuentro con el hombre puede resultar fatal. Algún psicólogo evolutivo asegura que está registrado en nuestros genes esa aversión ancestral hacia ciertos animales tenidos por peligrosos, pero los genes no determinan nuestro comportamiento, por mucho que se empeñen. Esto ocurre, en nuestro entorno más cercano, con las inofensivas culebras de agua. Encarnación diabólica desde tiempos remotos, nos da exactamente igual que estas pobres especies (Natrix maura) sean absolutamente inofensivas para el hombre. Todavía la abuela gallega del GP le contaba a su nieto con total convencimiento cómo las culebras iban a los pechos de las madres para robarles la leche por la noche. Quizás la gran desgracia de esta especie sea su parecido lejano con las víboras y lo que le vale para determinados depredadores, se convierte en un handicap terrible con el hombre. 
     Desgraciadamente así sigue ocurriendo: hace escasos días tuvimos el gran placer de encontrarnos una pareja de culebras viperinas subiendo el canal del parque del Príncipe, y al acecho de ranas. Como otras veces, resultaba fascinante cómo las ranas sentían el peligro y salían huyendo fuera del agua, independientemente si pasaban personas o no. Una persecución dentro del agua era una lucha perdida para el anfibio.
         Dos días después del encuentro, nos encontramos en otra parte del canal con una de las culebras (suponemos que quizás sean las mismas), flotando en el agua, hinchada y muerta. Cuando Juan y yo decidimos sacarla para hacerle la "autopsia", descubrimos que una parte de su cuerpo, cercana a la cabeza había sido aplastada. Era poco probable una muerte natural en este caso, y la hipótesis más probable es que la culebra hubiese sido golpeada con algún palo. En el fondo, el palo o lo que haya sido es lo menos, la culebra murió de ignorancia y la repugnancia humana. Tiendo a pensar que evitar este tipo de cosas resulta tarea casi imposible, pero ¿por qué en lugar de sentir asco, no ejercitamos nuestra fascinación hacia estos particulares animales? Ante un sentimiento profundo de aversión, echemos mano de otros sentimientos más pacíficos y menos violentos para estos pobres animales, que además, cumplen su función propia en el ecosistema.  

Culebra                          Víbora.

   Aunque la imagen no sea del GP, que no quede cierta explicación para aquellos que no distinguen entre las culebras con las víboras. A la derecha tenemos la cabeza de una culebra, redondeada, con su pupila circular, y un orifico nasal más o menos chato. Además en las culebras de agua la piel forma  placas más grandes alrededor de la boca. En cambio, la víbora tiene una cabeza triangular, una piel más escamosa, pupilas verticales y su orificio nasal es más picudo, aunque depende de las especies. El cuerpo de la víbora es panzudo y grueso, mientras que la culebra de agua es mucho más estilizada y su cola más larga. 
    Quizás algunos puedan escudarse en el viejo argumento de: "no tengo tiempo para saber si es culebra o víbora, y ante la duda, obramos como si fuera venenosa". Esta eterna canción se ha escuchado siempre y ciertamente la culebra viperina, como su nombre indica es capaz de simular a las víboras como mecanismo de defnesa. Pero si encuentran un ofidio dentro del agua, tengan por seguro que difícilmente será una víbora. Sí conviene saber, sin embargo, que algunas víboras les gustan mucho los terrenos húmedos y cercanos a fuentes, aunque no se dan en Cáceres capital ni en sus comarcas más próximas. Por último, escuchamos el "por si acaso". El ser humano aplica la guerra preventiva contra todo animal potencialmente peligroso pero que en sí mismos pueden se pacíficos y huidizos. Ninguna culebra ni víbora atacará en nuestra región si ella misma no se siente atacada, y cuando no tiene escapatoria. A ver si vamos aprendiendo cierta educación animal.
       Si alguien quiere una información más detallada del asunto en nuestra región, pueden consultar el blog de anfibios y reptiles de Extremadura de Pedro Pérez Francés: www.reptilesextremadura.blogspot.com
  

domingo, 6 de julho de 2014

FLORES DEL VERANO: EL VERBASCO O GORDOLOBO


  Ante la falta de flores, el verbasco suele ser muy visitado por laboriosas abejas.
.

      No creo que nadie discuta que el gordolobo o verbasco para los amigos
(Verbascum pulverulentum, en presentaciones más formales) es una de las flores más vistosas que podemos contemplar en el verano mediterráneo. Cuando todas las demás callan o duermen, esta alza sus vistosas flores amarillas, y a veces con un tamaño bien considerable. Esta planta ha dado durante años quebraderos de cabeza al G.P., incapaz de identificarla y además ¡pensando que eran plantas distintas dependiendo de la época del año!  Durante el fin del invierno y en su etapa de crecimiento, el gordolobo aparece en nuestros prados con sus amplias hojas bien extendidas por el suelo, planas y peludas, dando la sensación a veces que acaban de ser aplastadas. Después te encuentras al gordolobo en junio con un buen tallo recto bien desarrollado, y desarrollando sus hermosas flores como si de una espiga se tratara. Por último, el otoño suele mantener los tallos duros y muertos de las plantas, de tal forma que es imposible reconocerlas. De esta manera, el pardillo del G.P., en sus primeras salidas, pensaba que había hasta tres plantas distintas por no encontrar continuidad en ellas  (y esto le recuerda esos viejos engaños de los paleontólogos, de Gould, el anomalocaris y los enigmas del Burguess Shale). Hasta que por fin, gracias a que esta planta es en muchas ocasiones bianual, pudimos encontrarnos a las tres plantas juntas en una sola. 
      Según el libro de Alfonso Pizarro Plantas medicinales en la provincia de Cáceres (el primer libro de plantas que tuvo el GP en su vida) estas plantas tienen valiosos usos medicinales: las hojas, las flores y las semillas, tienen propiedades expectorantes y es buena para catarros y tos. Machacadas, o cocidas coon agua o leche, las hojas se usan también de forma externa para cicatrices, quemaduras, sabañones. Vamos, una auténtica planta multiusos para los amantes de la medicina natural.
 
Detalle de esas hojas lanceoladas y peludas, que podemos encontrar desde marzo en muchos lugares de Cáceres.

quarta-feira, 2 de julho de 2014

UN ÚLTIMO ENCUENTRO CON EL MACAÓN

Para nuestra sorpresa, a pesar de tener el objetivo a unos pocos centímetros, la mariposa apenas se inmutaba.
La pobre mariposa ya no podía ni con sus alas. Apenas tenía fuerzas para girar su cuerpo hacia otro lado.
Las alas desgastadas hacían intuir al GP que esta era la misma mariposa fotografiada y vista de las últimas semanas... sorprendentemente.

      El primer día de vacaciones lo celebramos haciendo paseos (algo muy sano y para lo que no siempre hay tiempo), y el GP subió de nuevo el cerro de los pinos, para probar suerte con las mariposas. Si la última vez que fuimos, tuvimos la gran suerte de ver numerosas especies, en esta ocasión no había un insecto que levantara su vuelo, excepto alguna mosca. Eso fue así hasta que un lugar de la ladera, nos topamos de nuevo con el macaón. Quieto, con las alas en reposo, simulando descansar. Nuevamente, empezamos a fotografiar, cada vez más cerca, hasta que la cámara casi rozaba a la mariposa. Fue cuando nos dimos cuenta que efectivamente, nuestro ilustre macaón estaba realmente en las últimas. Incapaz de ningún movimiento con las alas, el viento las batía de un lugar para otro, como una veleta. Tan solo, la mariposa se ocultaba de nuestra vista, moviendo torpemente su cuerpo hacia otro lado. Finalmente la cogimos con la mano, y mansamente, se aferró a nuestro dedo. La contemplamos pausadamente, sabiendo que no siempre se tiene la oportunidad de tener una mariposa tan magnífica sobre la mano y fue cuando el GP reconoció que muy posiblemente se tratase del mismo ejemplar de semanas pasadas. Dimos un último adiós y una última foto antes de dejarla cogida a una flor seca.