segunda-feira, 22 de julho de 2013

DE VISITA A... EL ARCO Y EL SILLETA

Olmo seco en la antigua plaza de la aldea.
La grafiosis no perdonó a este gigante hace pocos años.

Caminos de tapias en pizarra.
Gran pilón en granito en un manantial al pie de la sierra.
Conglomerados comprimidos y sometidos a presión metamórfica.
Cuarcita armoricana en la cumbre de la sierra.
bloque de cuarcita en el silleta.


Bloques de conglomerados en las laderas.
Pinos de repoblación
El embalse del Tajo al fondo.

Artículo perdido por la ineptitud del GP.




































































































































































segunda-feira, 8 de julho de 2013

SOBRE ALACRANES Y DIABASAS EN "LA ALBERQUILLA"

 Aquí tenemos un señor alacrán manduncándose la cabeza de una pobre hormiga. Y eso que el alacrán no debe estar en su mejor día: le falta una de las pinzas. 
Otro señor alacrán despertado de su siesta, con evidente mal humor y mostrando su aguijón al público distinguido. Y el GP que iba buscando ranas y tritones... Quién iba a pensar que a estos alacranes les gustase tanto el fresquito.
Otro animalito más frecuente en este paisaje húmedo: un gallipato aprovechaba la oscuridad de las piedras para pasar el tórrido día.
      Cáceres puede ser un lugar bastante atractivo para un alacrán. Y sin embargo, es una especie bastante selectiva en lo que a sus hábitats se refieren. Resultan algo raros de encontrar en la sierra de la mosca, poco arenosa y demasiado arcillosa y pedregosa para construir sus madrigueras bajo las piedras. Veinte años removiendo piedras en las cercanías de Sierra de Fuentes y apenas nos encontramos con cuatro o cinco ejemplares en todo ese tiempo. Los alacranes sin embargo se extienden más en la penillanura, y especialmente en las zonas de suelo más suelto y fácil de mover. Así que cuando estuvimos visitando el valle de los Hornos, granítico y con partes extremadamente arenosas, no nos sorprendió tanto encontrarnos con un par de alacranes nada más levantar un par de pedruscos. Lo llamativo del caso era la gran humedad de la zona donde los encontramos.
La primera reacción del alacrán fue hacerse "el muerto".
      A un kilómetro y medio de los Hornos en dirección Cáceres, nos topamos con una especie de "mancha húmeda" en mitad del estiaje enclavada en lo que se conoce como "La alberquilla". Bajo la presa de una charca para el ganado se mantenían algunos pastos, florecían compuestas fuera de temporada y los asfódelos eran abundantes. Fue el único lugar verde que encontramos en toda la dehesa del valle, aprovechando la humedad de una charca, y tal vez un emplazamiento geológico particular de diabasas (la primera vez que las veo en el sinclinal) y filones de cuarzo cuarteando la zona, que permitía retener la humedad más que el resto del terreno. Fue cuando empezamos ingenuamente a buscar piedras y aprovechar para intentar ver algún anfibio, alguna ranita meridional, algún sapo y cosas así. El primer pedrusco que levantamos nos dio como premio un gallipato, típico de la zona. Las siguientes nos dieron la "sorpresa" de los alacranes. Para alguien que no está acostumbrado a verlos en los alrededores asusta un poco (sobre todo cuando apuntan el aguijón hacia el cielo), pero con las debidas precauciones y un buen palo, se hacen inofensivos (más bien, los que molestamos somos nosotros, al despertarles de su descanso). Así que después de alguna foto, les tapamos de nuevo y les dejamos en paz.  
      El otro descubrimiento de interés fue el filón de diabasas que cruzaba esa misma zona, en mitad de la intrusión granítica del sinclinal de Cáceres. Investigando después, el cuaderno del IGME que acompaña a la hoja geológica de Cáceres sostiene que existen diabasas esporádicas y poco alteradas en el interior del sinclinal, y hace una relación más directa a una encontrada en las cercanías de la casa de Lagartera, bastante cercana al lugar de nuestro hallazgo y vinculada también a los granitos tectonizados de la zona. Ya no hace falta irse a la falla de Plasencia para ver los "bolos" tan característicos de estas rocas... 
Rocas diabásicas encontradas en "la alberquilla"

quinta-feira, 4 de julho de 2013

FLORES DE VERANO EN EL MARCO: MENTAS, CARDOS Y PUERROS.


Resulta difícil a estas alturas encontrarnos con lugares todavía verdes y florecidos, y en las praderas primaverales hay poco más que los cardos corredores, visnagas, achicorias y demás congéneres estivales. Pero hay lugares -pocos- donde se mantiene el fresquito y pueden florecer a su gusto flores de la temporada de San Juan. En nuestros alrededores nos quedamos con la rivera del Marco, donde el fabuloso manto de cardos borriqueros de mayo se ha secado en buena medida y cede el testigo a otras flores de temporada. Aquí solo incluímos tres especies que naturalmente se pueden encontrar en otras partes, pero que aparecen reunidas en el trayecto : la menta (vaya usted a saber la especie, con las que hay), el Cirsium vulgare (lo llaman cardo negro en algunos lugares) y el puerro silvestre o Allium ampeloprasum. La primera necesita humedad, mientras que los otros dos los podemos encontrar fácilmente en otros sitios de la ciudad.
 

Cardo negro, planta bianual que desarrolla una preciosa flor oronda y firme y que todavía se puede contemplar en muchos sitios.
Ya en el parque del Rodeo, el G.P. fue a sentarse justo encima de un hormiguero en pleno proceso de expansión. Aunque esta imagen sea más típica del otoño, es fácil verla también desde principios del verano.




Los puerros silvestres no necesitan nacer en zonas especialmente húmedas. Si cuentan con un bulbo bien formado, son relativamente inmunes al calor, y se hacen especialmente llamativos en eriales de gramíneas secos.