sexta-feira, 28 de dezembro de 2012

AMANITA CITRINA EN EL RISCO

       Este otoño lluvioso y templado ha sido sumamente prolífico en setas, aunque con algunas ausencias (como las macrolepiotas). Hemos recolectado tal cantidad de fotografías que no tenemos tiempo para analizarlas ni comentarlas debidamente, así que posiblemente haremos una macroentrada al comenzar el año de todos los hallazgos que no hemos podido ir explicando con tranquilidad. Sin embargo, vamos a hablar de una última especie, antes de cerrar todo este episodio. Y es que a pesar de tocar ya el invierno, seguimos encontrándonos más ejemplares en nuestras escapadas navideñas. En este caso, la subida al Risco en Sierra de Fuentes nos permitió toparnos con unos ejemplares de Amanita Citrina (pensamos en un primer momento que era junquillea, pero no es así), una preciosa amanita de color amarillento y pintas blancas en su sombrero que cumple con las tradicionales representaciones que se hacen de gran parte de las amanitas: "huevo" original, volva desarrollada, esporada blanca, sombrero convexo... Y también, al igual que muchas de su familia, la amanita junquillea es tóxica, aunque su veneno afortunadamente no es comparable a la fuerza de la oronja verde o la verna
    Por un momento llegamos a pensar que tal vez estuviésemos delante de la temible phalloides, pero esta última no tiene nunca trazas blancas en su sombrero, como si presentan la junquillea o la muscaria. Sin embargo, no las tenemos todas consigo, puesto que la junquillea habita fundamentalmente los pinares, y no tanto el alcornocal en el que nos la encontramos. Por otra parte, el fuerte olor a patata o rábano nos sirvió para salir de dudas y pensar que era la citrina la que teníamos delante.  Si queremos sacar consecuencias de todo este embolado de dudas, lo mejor sería no arriesgarnos a recoger nunca setas de este tipo, dado su polimorfismo...  

El lugar del hallazgo, un alcornocal camino del Risco.

segunda-feira, 24 de dezembro de 2012

TORMENTA NAVIDEÑA

    
 
     Las tormentas han dejado de ser cosa del verano. Y si hace un par de años la nieve invadía nuestas calles por estas mismas fechas, ahora lo hace el granizo, como nunca lo ha visto el GP en Cáceres. La cosa ya pintaba algo extraña cuando ayer por la noche, volviendo de la cena de Nochebuena, un termómetro marcaba 12 grados a la una de la mañana. A eso de las seis empecé a escuchar los primeros truenos, y ya me quitaron del todo el sueño ligero de la cerveza y la cena. Así que me puse a leer y preparar un mate, cuando un ruido infernal se levantó en la calle. Unas bolas de granizo de medio centímetro caían golpeando con fuerza todo lo que encontraban a su paso. Al par de minutos, una capa blanca cubría ya toda la calle, los coches y las terrazas. El agua que acompañaba la tormenta trazaba después formas sinuosas sobre la calle, arrastrando el granizo consigo. Mientras el GP, cámara en mano, disfrutaba del extraño espectáculo, entusiasmado por el fenómeno y preguntándose qué diantres pasaba.   
      En definitiva, un hecho extraño: de este día recordamos fuertes heladas, días de niebla perpetua, cielos azules, lluvia, e incluso nieve. Pero nunca la tormenta más fuerte y espectacular de todo el año. Tan solo en Holanda le había ocurrido algo similar con una tormenta con nieve... Si esto era el fin del mundo que preconizaban los mayas, habrá que esperar algo más. Quizás no mucho, dado lo loco que está el tiempo y lo poco que hacemos para remediarlo.
       Por cierto, la fecha obliga: feliz Navidad y próspero año nuevo, aunque esto último sea solo un propósito bienintencionado...
 
 
 Interesante gráfica: a una noche extremadamente calurosa para la época del año, le sigue un descenso de temperaturas.

sexta-feira, 21 de dezembro de 2012

PIZARRAS PLEGADAS EN EL GUADILOBA


Bancos de cantos rodados en una de las zonas cubiertas con el desembalse de agua del pantano., Los cantos provienen habitualmente de cuarzos, pizarras y grauwacas de los alrededores.
Estratificación de las pizarras ligeramente plegadas. En ocasiones, estas estructuras de apariencia metamórfica pueden estar causadas por las propias características de sedimentación.

       A principios de diciembre, presenciamos  sufrimos en nuestro cuerpo) la primera helada de la temporada, visitando el embalse del Guadiloba. Y aunque el GP no iba con la ropa adecuada para enfrentarse al grado bajo cero que imperaba bajo la alargada sombra del embalse, la visita fue sumamente agradable. El G.P. nunca había estado paseando por aquel lugar adehesado y se sorprendin con la abundante vegetación de ribera que aparecía en el mismo comienzo del valle del ríachuelo. Y a pesar de no encontramos ya con casi ninguna seta (salvo Amanita vaginata), sí pudimos observar lechuzas, carboneros y colirrojos, junto con alguna zancuda que no pudimos reconocer entre los juncos del río. Desgraciadamente nuestra cámara no está para dar cuenta de los descubrimientos ornitológicos. Pero sin duda en lo que más nos recreamos fueron en las curiosas pizarras que quedaban al descubierto en el cauce del río, como nos ha pasado en otras ocasiones.
    Como ya hemos mencionado aquí más de una vez, toda esta zona está geológicamente hablando vinculada con el Alodomo extremeño o CEG, o el antiguo conjunto esquisto-grauváquico. Esto hace que toda esta zona sea una sucesión interminable de pizarras y grauwacas que solo quedan al descubierto en los riberos de los ríos o en las trincheras de las carreteras. La peculiaridad del lugar es la posibilidad de observar diversos plegamientos sobre las pizarras, que habitualmente no han sido afectadas por un metamorfismo excesivamente riguroso. Esto hace que las pizarras tengan curiosos aspectos de concha de ostra, provocado por los continuos pliegues sobre los primitivos sedimentos. Junto a estas fotogénicas pizarras, también nos encontramos filones de cuarzo desgarrados de la roca originaria pero en los que se observa perfectamente el encaje antiguo sobre la pizarra. Esto hace que los cuarzos tengan formas llamativas de enrejado o forjado, que no tienen nada que ver con su cristalización típica, sino con el mencionado encaje sobre la pizarra. Comparado con otros lugares del Guadialoba, merece la pena desplazarse hasta aquí y contemplar estas pequeñas delicias geológicas.

 Dientes de perro típicos en las cercanías del cauce.

quinta-feira, 13 de dezembro de 2012

RANITAS POCO DORMILONAS



      Presentamos aquí a unos animalitos poco deseosos de irse a dormir la larga siesta invernal. Aunque ya no es frecuente encontrarlas en esta época fría y de primeras heladas, aún quedan rondando por el campo las últimas ranitas meridionales, rezagadas si el tiempo no es demasiado frío y hay comida. Y todavía se pueden ver nadar a las ranas comunes por algún estanque más o menos protegido. Esto nos lleva otra vez al campo de mi señor padre en Sierra de Fuentes -donde a 10 de diciembre, todavía recogíamos los últimos níscalos-. Él ha sido el afortunado que vio la rana meridional (Hyla meridionalis) entre unos arbustos, hace ya un par de semanas; aseguraba que hacía años que no las veía en la parcela. Como siempre decimos, haberlas las hay, pero son necesarios unos ojos agudos para identificarlas por su perfecto mimetismo (aunque más de uno me ha asegurado que no es tan difícil como parece).  La otra especie que encontramos es la omnipresente rana común (Rana perezi). Había un grupo de ellas nadando plácidamente y pensamos que quizás querían salir del estanque para poder invernar.
 
 

segunda-feira, 3 de dezembro de 2012

NÍSCALOS Y MEMBRILLOS EN SIERRA DE FUENTES


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El níscalo es bastante fácil de reconocer: formas circulares anaranjadas en el sombrero, esporada anaranjadas y tronco con pequeños agujeros del mismo color. Las láminas verdean rápidamente con el roce y es conveniente no tocarlas en la recogida ni tampoco aplastarlas en nuestra cesta o bolsa.
La recogida del GP, esta vez no solo para las fotos del blog, sino para su degustación. Se puede notar que al ser cortado, el níscalo suele estar hueco en el interior del pie. La recogida corresponde al 20 de noviembre, pero diez días más tarde aún se podía encontrar alguno digno de consumirse.

      Apuramos estos días para terminar nuestra selección de setas del otoño del aciago 2012 (que no será el fin del mundo porque el 2013 será aún peor, según anuncian los agoreros). Por eso, el GP ha decidido poner tantas setas en su vida, para alegrar el desastroso ambiente que se masca este mes de diciembre. Y qué mejor manera que con unos cuantos níscalos recogidos en Sierra de Fuentes y servidos en un plato preparado por los suegros. El GP nunca había visto níscalos en el campo de su señor padre, en las cercanías de Sierra de Fuentes, ni en ningún sitio de los alrededores. Quizás sea un hallazgo poco común en nuestro entorno y por eso vamos a dar una pequeña explicación. Hace veinte años el padre del GP plantó un puñado de pinos carrascos, traídos de Orense. Distinto a los típicos piñoneros mediterráneos, mi padre echaría pestes de las procesionarias que traían estos pinos consigo y siempre amenaza con cortarlos al final de cada invierno. Pero por fin, después de tantos años de juramentos y amenazas incumplidas, vemos que estos pinos gallegos han permitido crecer otros seres más benignos y suculentos para el estómago como estas setas. Los níscalos, efectivamente, crecen en los pinares (por eso las Hurdes es productora de primer orden de este hongo), pero no todos: el suelo de los piñoneros no contaba con ninguno de ellos. Quizás la falta de musgo o de humedad, o que su acícula no es tan agradable para el señor Niscalo, vayan ustedes a saber. El caso es que este otoño, los níscalos han acabado en la barriga del G.P. y de sus suegros. Mi padre, tan buen jardinero como micófobo, desistió en probarlos, al igual que las macrolepiotas que crecen todos los años al principio del otoño casi en el mismo lugar.   
Membrillos y zamboas: tan abundantes que el GP se llevó un par de bolsas enteras para repartir entre los parientes.