CAOLINITA
Una
forma sencilla de descubrir si estamos sobre un terreno granítico, calcáreo o
pizarroso es observando el color del suelo que pisamos. Mientras que las
arcillas que forman el suelo en las pizarras y calizas son pardos o de un vivo
color rojo (en el caso de las calizas cacereñas), las graníticas son
típicamente blanquecinas. La descomposición y erosión del granito, permite la
formación de suelos arenosos ricos en feldespato y cuarzo (conocido como lehm)
y que cubre buena parte de los batolitos graníticos. En ocasiones esos procesos
provocan que el feldespato se convierta en una arcilla blanquecina denominada
caolín. La caolinita es por ello una roca sedimentaria provocada por dicho
proceso de descomposición bajo ciertas circunstancias. Como habitualmente ocurre
en estos procesos, las rocas no son siempre puras ni se encuentran al final de
su desarrollo de formación, sino que hablamos más bien de granitos o aplitas en
fase de caolinización, por lo que su aspecto habitual se altera provocando
rocas más terrosas y menos compactas.
Las
arcillas ricas en caolín también son un componente secundario habitual y visible en algunos estratos del sinclinal, acompañando a cuarcitas y pizarras y
rellenando diaclasas y fracturas. Es fácil encontrarse con una fina capa arcillosa
blanquecina que corresponde a la illita-caolinita.
USOS: Las arcillas caoliníticas son muy usadas y apreciadas
en la cerámica. En Cáceres los afloramientos son muy pequeños y hablamos más
bien de rocas caolinizadas en lugar de caolín puro.
LUGARES
DE INTERÉS: Los afloramientos de rocas y arcillas caolinizadas se dan
fundamentalmente en el batolito de Cabeza de Araya y en ocasiones son procesos
acelerados por la acción del hombre sobre el medio. El arrasamiento de zonas
enteras como Los Arenales, explotadas para la extracción de casiterita de la
arena del suelo, ha provocado que la roca madre haya quedado al descubierto y
se hayan hecho visibles estos procesos. Igualmente visible se hacen estos
procesos de caolinización en la trinchera del tren en la urbanización Macondo (oeste de la ciudad), en el que un
filón aplítico que aflora queda caolinizado en su base por la acción de cursos
de agua subterránea que afloran en la trinchera (ver foto). También hay un registro de una pequeña explotación de caolín en la antigua cantera del Portanchito, junto a las cuarcitas, pizarras y areniscas silúricas.
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