El embalse de Sierra Brava, early in the morning. Aún abundan en el agua restos de árboles, buenos posaderos para aves acuáticas, sempre que no haya demasiados pescadores.
Bandadas de grullas posando en los llanos cercanos al embalse. Desde ahí vimos el aterrizaje de bandadas enteras.
Un pobre lagarto ocelado despertado de su letargo. Los ocelos azules, y sus grandes escamas en la cabeza le delatan. Nunca el GP lo contempló con tanta tranquilidad...
El embalse de Sierra Brava está ubicado en las cercanías de Zorita, en la carretera en dirección de Madrigalejo. Es un embalse construido en 1996 y se ha convertido en un interesante centro para la observación de aves y para la pesca. El G.P. no tenía ni idea de su existencia, pero su primo Carlos (ornitólogo entusiasta y amante de la fauna silvestre) ya hizo sus investigaciones particulares y se convirtió en el perfecto guía de la excursión. Nuestro objetivo principal era el avistamiento de grullas, unos bichos que el GP no había visto nunca antes (sí, carencias que tiene uno).
Y lo cierto es que el comienzo de nuestra visita no fue nada esperanzador. Conforme nos íbamos acercando al embalse, atravesando dehesas, algunas bandadas de grullas levantaban el vuelo, pero no encontramos nada más. Al llegar al observatorio de aves, en la misma orilla, un pescador había puesto su coche justo delante, con lo que tampoco logramos ver nada allí. Tan solo una solitaria garceta se había atrevido a posarse sobre las ramas muertas de las encinas cubiertas por el pantano.
Un poco más de fortuna tuvimos dando una vuelta por la dehesa del lugar: un sapo corredor y un lagarto ocelado compartían sueño bajo un madero muerto que el GP no pudo evitar la tentación de levantar. Cogujadas, herrerillos, carboneros, petirrojos, lavanderas y colirrojos iban de una encina a otra en la dehesa. Carlos, que andaba estrenando cámara nueva, no dejaba de disparar fotos en medio de insultos y amenazas a sus amados bichos: "no te muevas, cabrona", grandísima hija de puta" etc etc; una extraña forma de manifestar nuestro amor por estos pajarillos (en cualquier caso, siempre es mejor disparar una cámara que una escopeta). Las fotos que aquí mostramos, por cierto, son gentileza de nuestro primo. El GP ha perdido pericia con estos bichos... Sí se entretuvo más con un fantástico corro de setas formado por pie azul, la única seta invernal que encontramos en la dehesa.
Cuando decidimos ir a la presa del embalse, nuestra suerte cambió por completo. Camino del mismo tuvimos la suerte de ver grandes bandadas de grullas en búsqueda de comida por la dehesa, junto a las siempre presentes avefrías. Y ya en la presa, nos aguardaba el espectáculo de ver miles de anades en el centro del pântano: lo que eran esos bichos es algo que dejo de la mano de Carlos. Aunque esto es un espectáculo habitual para los lugareños y otros muchas personas escasamente interesadas en el mundo de las aves, teníamos la sensación de colarnos por un momento en un documental de naturaleza y ser sus protagonistas. Y todo esto en una mañana... la visita bien que había merecido la pena.
Típicas formaciones de "dientes de perro". Enclavado en el alodomo extremeço, las grauwakas y en menor medida las pizarras hacían su aparición con este relieve residual.
Miles de patos congregados en el embalse, con la sierra de Logrosán al fondo.
Un sapo corredor incordiado por el GP al levantar un tronco. Tenía la sensación segura que algo habría debajo. Lamentamos la faena para el pobre bicho...
Que conste que todos los insultos eran con amor :P
ResponderEliminarNo sé si te pudiste bajar las fotos, cuando vuelva a Cáceres te las acerco en un pen.
Analizando las fotos en casa pude encontrar cuchara común (Anas clypeata), porrón moñudo (Aythya fuligula) y cerceta común (Anas crecca), aunque había más especies seguro.
Cualquiera lo diría com nuestro vocabulário :)
ResponderEliminarInma me dijo lo de las fotos tarde, ya me las pasarás cuando puedas.
Y lo de los "patos" tendré que cambiarlo en el post...