Agaricus Xanthoderma Vs. Agaricus augustus
En la fotografía de arriba, aspecto del champiñón amarilleante desde su pie. Como se ve, este amarillea rápidamente en cuanto rasquemos mínimamente con la uña. Tiende a amarillear también en el borde del sombrero. Si frotamos con cierta intensidad, otras partes del sombrero quedarán amarilleadas, pero la prueba fundamental parte del pie del hongo.
Al lado, tenemos champiñones silvestres que no amarillean y cuyo pie no está tan abultado como en el champiñón amarilleante. El color amarillo determina además la presencia de metales pesados que se acumulan en estas especies más que en otros hongos. Si a esto le añadimos las posibles consecuencias de fructificar en los parques podemos deducir el carácter escasamente saludable que puede suponer su consumo.
Las láminas por otro lado, no nos dan una información determinante al respecto. Rosadas o pálidas a principio, tienden en casi todos los agáricos a oscurecerse en su fase de maduración. El sombrero sí puede ser interesante de cara a distinguir el Agaricus augustus, con bellas tonalidades marrones, frente al color blanco del resto de las especies.
El hábitat también puede ofrecernos alguna ayuda. Así, el Agaricus augustus se verá casi exclusivamente a la sombra de las coníferas, en terrenos con bastante acícula (en los pinos de la parte colindante con Aguas Vivas, por ejemplo). El Agaricus xanthoderma, por el contrario, puede aparecer en prácticamente cualquier parte y además, se desarrolla con abundantes poblaciones. Es fácil encontrar anillos muy densos de estos esbeltos champiñones, en los que incluso la grama y hierba colindante se desarrolla con más intensidad y tiene un color más oscuro.
Al lado, tenemos champiñones silvestres que no amarillean y cuyo pie no está tan abultado como en el champiñón amarilleante. El color amarillo determina además la presencia de metales pesados que se acumulan en estas especies más que en otros hongos. Si a esto le añadimos las posibles consecuencias de fructificar en los parques podemos deducir el carácter escasamente saludable que puede suponer su consumo.
Más champiñones silvestres sin rastro del color amarillento en el pie. El consumo de estos champiñones se recomienda cuando sus láminas conservan todavía este color chocolate. Cuando ennegrecen su calidad baja considerablemente.
Las láminas por otro lado, no nos dan una información determinante al respecto. Rosadas o pálidas a principio, tienden en casi todos los agáricos a oscurecerse en su fase de maduración. El sombrero sí puede ser interesante de cara a distinguir el Agaricus augustus, con bellas tonalidades marrones, frente al color blanco del resto de las especies.
El hábitat también puede ofrecernos alguna ayuda. Así, el Agaricus augustus se verá casi exclusivamente a la sombra de las coníferas, en terrenos con bastante acícula (en los pinos de la parte colindante con Aguas Vivas, por ejemplo). El Agaricus xanthoderma, por el contrario, puede aparecer en prácticamente cualquier parte y además, se desarrolla con abundantes poblaciones. Es fácil encontrar anillos muy densos de estos esbeltos champiñones, en los que incluso la grama y hierba colindante se desarrolla con más intensidad y tiene un color más oscuro.
Agaricus xantoderma Vs. Agaricus agustus, con cierta tendencia a enrojecer.
Me ha gustado su heterogéneo perfil. De hombre de mundo. Otras entradas sobre setas, como ésta suya de los champiñones, no suelen tener tanta calidad. Debo felicitarle.
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