Hablaba de nostalgias y recuerdos en la última entrada y voy a seguir haciéndolo. En nuestra salida al poblado minero, sus casas abandonadas eran una tentación irresistible de visita. Una de ellas conducía directamente a un antiguo jardín y allí fueron nuestros pasos. El terreno mostraba un romántico abandono, el retorno de una naturaleza antes dominada por la mano del hombre y que ahora se tomaba la revancha. Pasando por arbustos sin podar desde hace años, zarzas y troncos podridos, cada pisada mostraba una pequeña sorpresa.
Nuestros amigos los estorninos, únicos testigos que rompían el silencio del lugar, refugiados en las ramas más altas de los árboles del jardín.
El G.P. no podía dejar de evocar, como hace Azul en su blog de palabras, la mano que había plantado un narciso, el niño que había jugado al escondite entre los árboles, los ojos que habrían visto crecer este pequeño paraíso durante años. O quizás todo esto sea una idealización que consiguen hacer las malas hierbas del jardín. Seguro que sus espíritus erráticos en estos días de lluvia, retornan al jardín para contemplar la que quizás sea su última primavera.
Las primeras flores de la primavera: jacintos "Blue Delft" (así se catalogaban en Holanda) completamente naturalizados, después de años de abandono. Si bien las plantas pierden el espesor de su flor, estas se hacen más resistentes.
Nuestros amigos los estorninos, únicos testigos que rompían el silencio del lugar, refugiados en las ramas más altas de los árboles del jardín.
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Nuestros zapatos se hundían en el suelo cuajado de humus. Las maderas podridas se convierten en lugar por excelencia para encontrar multitud de hongos como los de la imagen.La cancilla se mantenía inutilmente cerrada. Lo que antes mantenía el abandono al margen, ahora lo guardaba ante las miradas del exterior.
Muito belas as fotografias. É verdade que não percebo nada de Geologia e pouco de Filosofia, mas aprecio o facto de num blog se procurar transmitir informação rigorosa e interessante.
ResponderEliminarCumpriomentos.
Bien se puede aplicar aquí eso de que "la arruga es bella".
ResponderEliminarUn abrazo
Obrigado pela sua critica, mais o seu blogue é ainda melhor!!! tenho que escribir algo lá.
ResponderEliminarY carlos, te quería preguntar en tu blog algún comentario del vuelo del cernícalo, pero no me deja escribir!! está bloqueado?
Saludos...
Vaya, creo que ya está solucionado. Toqué "algo" la última vez para deshacerme de un spam que aparecía de vez en cuando y se me pasó comprobarlo de nuevo... sorry.
ResponderEliminarPor cierto, que lo del cernícalo es algo de relleno, porque la calidad es de pena, jejeje.
Un saludo.
¡Cuánta poesía Angelillo! ¡Qué emoción leerte! Hace tiempo no lo hacía.
ResponderEliminarQué admirable capacidad de transformar visiones, que una madera podrida motive a imaginar y ver cosas tan hermosas, es maravilloso.
Gracias por dejarnos ingresar a ese mágico jardín.
El jardín abandonado revivió con tus palabras.
ResponderEliminarSí, la verdad es que pensaba que este sitio a ti te encantaría, je je. Sobre todo, la última foto, daba una sensación de nostalgia estremecedora. Luego, hasta investigas y sabes de quién era la casa: el ingeniero de minas vivía allí durante la explotación de la obra. El jardín tenía por lo menos cien años.
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