DISTANCIA: 14/15 km.
Al menos tres horas si queremos parar y buscar un poco algún pedrusco o visitar alguna curiosidad. Presenta relativamente baja dificultad, al tratarse de un recorrido casi llano, aunque no hay que olvidar que con la bicicleta la vuelta a Cáceres siempre pica hacia arriba. Las áreas de los círculos rojos corresponden a zonas geológicas de interés. Los cuadrados azul claro son fuentes tradicionales (son para ver, y no beber). los cuadrados azules oscuros corresponden a restos arqueológicos y arquitectura tradicional.
Al menos tres horas si queremos parar y buscar un poco algún pedrusco o visitar alguna curiosidad. Presenta relativamente baja dificultad, al tratarse de un recorrido casi llano, aunque no hay que olvidar que con la bicicleta la vuelta a Cáceres siempre pica hacia arriba. Las áreas de los círculos rojos corresponden a zonas geológicas de interés. Los cuadrados azul claro son fuentes tradicionales (son para ver, y no beber). los cuadrados azules oscuros corresponden a restos arqueológicos y arquitectura tradicional.
Arrancamos desde la rotonda de entrada a Cáceres, donde empieza la Ronda Norte, y vamos por el camino que se abre a la derecha, una vez hemos tomado la salida que va hacia los Castellanos. Vamos desde allí a la casa de Conejeros, y seguimos el camino que
transcurre paralelo a la vía del tren siempre recto y sin desviarnos,
hasta que atravesamos todo el área del polígono Capellanías. A
continuación el camino agrícola empieza a desviarse hacia la izquierda,
hasta que finalmente llegamos a la autovía. Allí tenemos la posibilidad
de atravesar un pasadizo donde aparecen nidos de golondrina dáurica. En
todo ese entorno nos encontramos pastizales interesantes durante la
primavera y completamete arrasados en el verano. En invierno es fácil
encontrarnos con muchas aves migratorias (avefrías, chorlitos...) y en
las cercanías de las charcas siempre podemos toparnos en verano con
anfibios (rana común) y reptiles (culebra de agua Natrix natrix y galápago leproso).
Siguiendo el camino principal -aunque por aquí también hay atajos-,
llegamos a un cruce desde el que podemos divisar ya las explotaciones de
las canteras: lugares donde podremos encontrar toda la paragénesis
típica del batolito de Cabeza de Araya. Turmalinas, puntas de cuarzo, mica
moscovita, feldespatos..., dependiendo del lugar, podremos encontrarnos
con filones de cuarzo o de pegmatitas. Es más que posible que junto a
estos minerales nos encontremos con algún alacrán al levantar alguna
piedra en el área más próxima a la autovía. Allí también podremos
disfrutar de la vista de un original bujío en la finca más próxima.
Al llegar a la propia cantera, tomamos el camino que se abre a la
izquierda, bordeando una dehesa donde es fácil encontrar parasoles y
boletos en el otoño. Todo recto, y después de atravesar un arroyo de
aguas depuradas (donde hay galápagos, amantes de la guarrería) llegamos a
terrenos arrasados por explotaciones mineras - Las Arenas-. Aquí hemos
encontrado buenos ejemplares de cuarzo, calcedonia, turmalina,
feldespato y caolinita. todas estas explotaciones cuentan con charcas
que son frecuentadas por aves -ánades, cigueñuelas y cigueña-.
Finalmente tomamos el camino de vuelta con Cáceres de fondo hacia la
izquierda. Y nos falta una última parada obligatoria: una necrópolis tardorromana tallada sobre bolos de granito y conservada cerca del palacio de los
Arenales, al lado de una cochiquera abandonada. La única lástima es
tener que hacer la última parte del recorrido por carretera, pero la
ruta merece la pena.
Vista de la cantera "El Ovni", donde se explotan granitos claros, y lugar en el que podemos encontrar magníficas puntas de cuarzo con poco que busquemos.
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