quarta-feira, 2 de julho de 2014

UN ÚLTIMO ENCUENTRO CON EL MACAÓN

Para nuestra sorpresa, a pesar de tener el objetivo a unos pocos centímetros, la mariposa apenas se inmutaba.
La pobre mariposa ya no podía ni con sus alas. Apenas tenía fuerzas para girar su cuerpo hacia otro lado.
Las alas desgastadas hacían intuir al GP que esta era la misma mariposa fotografiada y vista de las últimas semanas... sorprendentemente.

      El primer día de vacaciones lo celebramos haciendo paseos (algo muy sano y para lo que no siempre hay tiempo), y el GP subió de nuevo el cerro de los pinos, para probar suerte con las mariposas. Si la última vez que fuimos, tuvimos la gran suerte de ver numerosas especies, en esta ocasión no había un insecto que levantara su vuelo, excepto alguna mosca. Eso fue así hasta que un lugar de la ladera, nos topamos de nuevo con el macaón. Quieto, con las alas en reposo, simulando descansar. Nuevamente, empezamos a fotografiar, cada vez más cerca, hasta que la cámara casi rozaba a la mariposa. Fue cuando nos dimos cuenta que efectivamente, nuestro ilustre macaón estaba realmente en las últimas. Incapaz de ningún movimiento con las alas, el viento las batía de un lugar para otro, como una veleta. Tan solo, la mariposa se ocultaba de nuestra vista, moviendo torpemente su cuerpo hacia otro lado. Finalmente la cogimos con la mano, y mansamente, se aferró a nuestro dedo. La contemplamos pausadamente, sabiendo que no siempre se tiene la oportunidad de tener una mariposa tan magnífica sobre la mano y fue cuando el GP reconoció que muy posiblemente se tratase del mismo ejemplar de semanas pasadas. Dimos un último adiós y una última foto antes de dejarla cogida a una flor seca.

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