¿Quieren saber cuánto tiempo lleva un edificio antiguo -o nuevo- sin una mano de limpieza? Busquen las plantas que lo pueblan y lo sabrán. Es la parietaria una de las amigas que pueden encontrarse con más fácilidad en ese entorno urbano un poco ruinoso. Basta un pequeño agujero o una grieta en un muro, y nuestra planta lo coloniza con rapidez. No en vano, su nombre hace referencia a ese medio humano, y en Cáceres tenemos un ámbito perfecto para esta planta: el casco antiguo es el paraíso de las grietas y las plantas todoterreno. En este caso, estuvimos en la plaza del Socorro, junto a los restos romanos de la antigua muralla, y mientras Juan se entretenía tirando una y otra vez la pelota sobre los viejos muros (nadie de sus constructores pensaría que la muralla acabaría teniendo ese pacífico uso), el G.P. contemplaba las maravillas históricas y botánicas del rincón. No fue la única la parietaria: encontramos los típicos arroces y ombligos de Venus que este año, por la lluvia escasa, son mucho menos frecuentes que en otras ocasiones.
Sillares romanos de granito. Si la construcción es realimente romana, o reutilizada es otra cuestión. Muy posiblemente, las hileras más bajas, construidas a hueso -sin argamasa entre ellas-, podrían tener origen romano. Las superiores son quizás más recientes, de época medieval. En cualquier caso, un estupendo frontón para Juan...
Los mejores ejemplares habitualmente nos lo hemos encontrado en la plaza de San Jorge, pero en la práctica aparecen por cualquier edificio algo abandonado de la ciudad moderna o en cualquier tapia de piedra. La parietaria tiene propiedades medicinales muy apreciadas desde antiguo.
Formas curiosas sobre las superficies de las cuarcitas. Aquí se alternan bandas rojizas (óxidos de hierro) con cuidadosas formaciones de dendritas. Esta nos la encontramos en el palacio de Carvajal, en nuestra visita primaveral a la Gran Higuera, para celebrar su anual vuelta a la vida.
Banda del Cristo del Humilladero en plena acción. Detrás y en un segundo plano, las plantas que se
ven sobre los muros de San Jorge, son nuestras parietarias.