Aunque nos resulte aventurado, el G.P. opta por vincular este sapillo a la especie del sapo corredor, especialmente porque parece que una raya amarillenta recorre su espalda, y el iris de sus ojos es horizontal sobre cristalino verdoso. En cualquier caso, es sorprendente de estos animalillos su capacidad de supervivencia en un entorno tan duro como una escombrera.
sábado, 20 de fevereiro de 2010
EL SUEÑO DE UN SAPO CORREDOR.
segunda-feira, 15 de fevereiro de 2010
UN JARDÍN ABANDONADO...
El G.P. no podía dejar de evocar, como hace Azul en su blog de palabras, la mano que había plantado un narciso, el niño que había jugado al escondite entre los árboles, los ojos que habrían visto crecer este pequeño paraíso durante años. O quizás todo esto sea una idealización que consiguen hacer las malas hierbas del jardín. Seguro que sus espíritus erráticos en estos días de lluvia, retornan al jardín para contemplar la que quizás sea su última primavera.
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Nuestros zapatos se hundían en el suelo cuajado de humus. Las maderas podridas se convierten en lugar por excelencia para encontrar multitud de hongos como los de la imagen.La cancilla se mantenía inutilmente cerrada. Lo que antes mantenía el abandono al margen, ahora lo guardaba ante las miradas del exterior.
sábado, 13 de fevereiro de 2010
ARQUEOLOGÍA INDUSTRIAL, NATURALEZA MUERTA
Como este fin de semana vino mi amigo Juan, estaba convencido que tendríamos algún safari fotográfico por los alrededores. Y aunque nuestro cometido inicial era un paseo por el cerro de los Romanos, el paso obligado por el poblado minero de Aldea Moret hizo que paráramos el coche en seco (esta vez no tengo a mi compañera bici) y pasáramos allí la tarde investigando las ruinas industriales del poblado minero (o lo que queda de ellas). Un auténtico paraíso y desafío para el fotógrafo novato...
Ir a estos sitios, naturalmente, te permite recuperar la infancia, y disfrutarla de otra forma. El deseo de subir un piso más, picados por la curiosidad, el miedo a dar un paso en falso (haciendo fotos esto es peligroso), el buscar el encuadre perfecto, jugar con la luz, el recuperar un detalle olvidado por el paso de los años, el conservarlo en la memoria digital... Y el sentir pena por la falta de interés en conservar edificios como estos, así, al desnudo, en su estructura básica.
Tienen que pasar muchos años para que la sociedad se mueva para conservar nuestros vestigios mineros, y eso hace, también, que sientas prisa por retener en imágenes un viejo mundo que se desmorona. Nunca se sabe cómo van a quedar las restauraciones -en estos edificios, suelen perder todo su encanto, toda su historia-, o si sencillamente el edificio se sacrifica en nombre del progreso y los planes de urbanismo.
FESTIVAL ORNITOLÓGICO EN EL PARQUE DEL PRÍNCIPE
Un problema técnico ha tenido mi cámara fuera de combate unos cuantos días, pero el G.P. vuelve al ataque con la última salida que hizo al parque del Príncipe, acompañado de su abuela. Vimos tal cantidad de pequeños pájaros, que una selección de fotos se ha hecho necesaria ante tal aluvión.
En el parque hemos encontrado últimamente:
- Tórtola turca, en la parte sur del parque.
- Lavandera boyera, en las cercanías del agua.
- Lavandera blanca (las dos en invierno)
- Petirrojo, sobre todo en la parte sur.
- Urraca.
- Cogujada común.
- Abubilla (en verano, cerca de la Ronda Norte).
- Carboneros, habituales en los chopos.
- Jilgueros.
- Luganos (en invierno)
- Papamoscas cerrojillo
- Luganos (en invierno)
- Papamoscas cerrojillo
- Verderones.
- Mirlo común.
- Gorrión común, presentes en cualquier parte.
Y de estas especies, es fácil toparte con la mayoría en un solo paseo. Uno de los mejores parques de la ciudad, sin duda, para estos gratos encuentros.
quarta-feira, 3 de fevereiro de 2010
LAVANDERAS BOYERAS EN EL PARQUE DEL PRÍNCIPE
La lavandera boyera (creo que es esta especie) es un pájaro peculiar. Le gusta merodear cerca del agua, y a pesar de haber visitado muchos arroyos este invierno, el G.P. ha ido a encontrarsela al lado de la ciudad, en los estanques del parque del Príncipe. Su color amarillo la hace bastante vistosa, y presenta como curiosidad una auténtica subdivisión de especies en toda Europa: hay variedad ibérica, italiana, británica... como si cada población en su país correspondiente hubiera firmado sus papeles de pasaporte nacional. Casi peor que los famosos pinzones de Darwin en las Galápagos... 
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