Viendo en vivo plantas como estas, uno entiende perfectamente por qué los antiguos filósofos buscaban un orden matemático en la naturaleza, encontrando maravillas de este tipo, tan precisas y perfectas. Debía haber una explicación inteligente a este diseño, y si unos lo encontraron en la religión y un amable ser creador, otros lo encontrarían en la ciencia y las proporciones numéricas. El G.P. en este blog se contenta con admirarl estas cosas, y maravillarse por el privilegio de contemplar la belleza en la naturaleza la belleza.
Este es una voluminosa flor de un cardo muy común en el final de la primavera -onopordum nervosum o illiricum, si no fallan las fuentes- , y que mi amigo Juan fotografió en nuestra breve visita a las minas de El Salvador en Aldea Moret. En la cima de la colina, estos cardos son sumamente abundantes. Su contemplación es un deleite y su fotografía un reto.
Escombreras de las minas de Aldea Moret, con el sol de la tarde.
Buenas escapadas haces, Ángel. Qué pena que el día no tenga 24 horas más para poder disfrutar el doble de todas estas cosas que muestras.
ResponderEliminarPor cierto, si los filósofos antiguos buscaban un orden matemático en la naturaleza, ¿qué buscan los jóvenes filósofos?
Un abrazo.
Buena pregunta esa que haces tú. Supongo que los jóvenes filósofos estaban demasiado atareados como para detenerse a contemplar un cardo... O puede ser que busquen la belleza en otros sitios bien distintos. Quién sabe...
ResponderEliminar