La fuerza del agua llegó a tumbar por completo las verjas que separaban las pistas del parque.
Este era el ´lamentable aspecto del banco donde yo solía desayunar
mis manzanas en los meses del verano con Juan.
Cuando el asfalto se convierte en mantequilla. Da miedo. |
Iba a dedicar para Valentín una pequeña entrada sobre la fuente de Aguas Vivas y el parque que le rodea. Pero la tormenta de hace un par de días hizo que mi rincón favorito de las mañanas de verano se haya transformado por completo. Siendo un lugar donde la vaguada del parque del Príncipe se estrecha considerablemente, los desperfectos fueron mucho mayores que en cualquier otro sitio. Y otra vez, el asombro hacia una naturaleza que suele estar domesticada rápidamente se convierte en miedo. Según el testimonio de los vecinos, nadie había visto nada igual en el barrio en toda su vida.
Los damnificados en la naturaleza: una paloma turca se mantenía inmóvil delante del G.P. sin poder levantar el vuelo. Las heridas provocadas por el granizo la habían debilitado hasta el punto de ser incapaz de moverse ante nuestra presencia. |
Otros muchos pájaros no han tenido la suerte de sobrevivir. Estos días es fácil encontrarse gorriones, aviones, mirlos, verderones y otros tipos de pájaros abatidos por la tormenta en cualquier lugar de la ciudad. Otro colectivo que ha perdido efectivos. De las aguas turbias volvían a aparecer las ranas del parque: muchos ejemplares jóvenes han desaparecido con la corriente. Y los que han sobrevivido indemnes: esta pareja de mirlos se dedican a perseguirse entre los cables de la luz como si nada hubiera pasado un par de días antes. |
Me cogió fuera el desastre, pero el toque de atención me ha llegado también... uff.
ResponderEliminarBrrr, Terrible. Ya te habrán contado, supongo.
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