sexta-feira, 29 de outubro de 2010

UN VISITANTE DESCONOCIDO

No parece importarle mucho a nuestro amigo que se esté mojando bien la cola... 

Nuestros paseos nos permiten encontrar de cuando en cuando con nuevos inquilinos por el parque del Príncipe a los que no estamos acostumbrados. Solo mucho después y tras algunas consultas el G.P. permite identificarlo aquí con un nombre a este pajarillo de la fotografía (curioso, el poder de los nombres, que nos permiten controlar las cosas que vemos). Aquí nos encontramos con el papamoscas cerrojillo, alias Ficedula hypoleuca (si mis datos son fiables), dándose un pequeño baño en el sol de octubre y después acudiendo al árbol  más cercano... Parece ser que estos pajarillos se dan únicamente en el centro de la península y que gustan de las coníferas para encontrar un buen alojamiento para su progenie. En el caso de nuestro papamoscas, pinos no le faltan dentro del parque.

sexta-feira, 15 de outubro de 2010

CARRETERA PERDIDA


Las zarzas y un pequeño estanque amenazan la carretera.

La naturaleza devora poco a poco el terreno que originariamente le pertenecía:
 proceso lento pero imparable.
Iba yo deambulando un rato con la bicicleta cuando de pronto me crucé con la vieja carretera abandonada del Casar de Cáceres. En ese momento se levantaron en mi mente recuerdos de la niñez que me pedían a gritos parar allí. Y pasó lo de siempre: el poder evocador de lo viejo pudo sobre la pobre cabeza del G.P. Di un pequeño paseo por esa carretera con el asfalto levantado y la grava suelta, deseando convertirse en suelo. La hierba otoñal devoraba lentamente los límites de la carretera. De las cunetas abandonabas se acumulaban balsas de agua ocultas por las zarzas. Levantaba de cuando en cuando la vista hacia las poderosas nubes del momento y recordaba aquellos dulces momentos de pequeño en los que descubría por primera vez, en aquella vieja carretera y acompañado de mi familia, las siluetas de las avefrías, los chorlitos y las garcillas bueyeras. Pero es demasiado temprano para las avefrías, y yo tampoco soy aquel pequeñajo de entonces. Y es que todo fluye, como decía el filósofo, pero lo importante es seguir disfrutando del presente. 
Una imagen que siempre busco en cada otoño: las lentejas de agua vuelven a poblar
los regatos reanimados con las lluvias de octubre.

Y detrás de un cercado, una abubilla picoteaba el suelo en busca de insectos. El levantamiento de la tierra para los sembrados propicia la presencia de estos bellos animales en nuestro entorno más próximo.

De vuelta, fantásticos cúmulo-nimbos se elevaban sobre la ciudad de Cáceres.
Un paisaje apropiado para irse a un lugar despejado y disfrutar del cielo.

sexta-feira, 8 de outubro de 2010

GORRIONES ALBINOS EN CÁNOVAS



Nunca se sabe dónde la diosa naturaleza va a hacernos un guiño a nuestra curiosidad con alguna de sus maravillas. Por eso acostumbro a llevar la cámara a todas partes, a la espera de una ocasión interesante, incluso entre lo más cotidiano, y en esta ocasión la perseverancia ha dado su pequeña recompensa... En mi paseo vespertino por Cánovas con Juan me crucé con este peculiar gorriato albino. No es nada raro encontrarse con casos de albinismo entre los gorriones o los mirlos y muchas veces nos puede llamar la atención alguna pluma completamente blanca entre su plumaje de tonos marrones y grises. En esta ocasión sin embargo el blanco era tan llamativo que indujo al G.P. a fotografiar al joven gorrioncillo, y él colaboró amablemente con nuestra cámara.

domingo, 3 de outubro de 2010

EN LA TRINCHERA DEL TREN

Este último verano el G.P. ha visto muy limitada sus salidas geológicas, y ha tenido que conformarse con descubrimientos más de andar por casa. No obstante, ha tenido también su merecida recompensa: nos faltaba por investigar el cierre del sinclinal de Cáceres en su lado más occidental, en contacto ya con los granitos del batolito de Cabeza de Araya, y después de varias visitas ya podemos ofrecer algunos resultados.  Para investigarlo tenemos la suerte de disponer de una enorme trinchera provocada por la vía del tren y que corta unos terrenos interesantes, pues nos permiten observar en piedra viva el paso de un nivel geológico a otro. Es de los pocos sitios de Cáceres donde podemos encontrar, prácticamente juntos, rocas ígneas, metamórficas y sedimentarias, y todo esto en menos de 500 metros... El paraíso del G.P., vamos.

Este es el análisis petrológico y la paragénesis mineral:
Rocas ígneas, procedentes del batolito.
- Granitos biotíticos y porfídicos, que se hacen de grano fino y con más biotita más cerca del sinclinal.
- Granitos alterados de grano fino, que presentan fuerte caolinización.
- Filones aplíticos, con aspecto de areniscas, que se adentran en las rocas del sinclinal.
- Gabros y dioritas: estos no son propios de la trinchera, sino que provienen de la grava utilizada en la vía del tren y no son de aquí. A veces tienen vistosos cristales de hornblenda verde, e intrusiones de pirita.
- Vetas de cuarzo, acompañado en ocasiones de cristales de apatito. 
Rocas metamórficas, provocadas por la aureola de contacto:
- Pizarras moteadas con  clastos de andalucita -quiastolita- visibles a simple vista. En otras ocasiones se trata de cordierita.
- Esquistos de turmalina, oscuros y cercanos al batolito.
Rocas sedimentarias, con muy bajo nivel de metamorfismo:
- Cuarcita armoricana.
- Areniscas de grano muy fino.     
- Caolinita (de los granitos)
- Vetas de fosforita, en forma de dahlita, y acompañado de geodas de cuarzo.
- Calizas y dolomías, que también forman parte de la vía del tren y que originariamente provienen de las canteras cacereñas.

Imagen de finas dendritas sobre aplitas, los "pseudofósiles" más comunes de nuestros alrededores, por su parecido con helechos o musgos. Su fácil rotura nos ha permitido hacernos con algunos ejemplares realmente hermosos. 

Afloramientos graníticos dentro de la cuarcita del sinclinal. El encuentro de vías de agua con rocas más impermeables ha provocado la aparición de un acuífero en mitad de la vía del tren, que permite toda esa vegetación en pleno mes de julio (contrasten la parte inferior de la foto con la superior). Al mismo tiempo, la presencia del agua y la exposición al exterior ha hecho que el granito esté completamente caolinizado y prácticamente se desmigaje al  golpearlo.

Ejemplar de caolinita, con disposición laminar. Prácticamente toda la mica se ha convertido en feldespato y del granito originario tan solo se mantienen los cristales de cuarzo (el mineral más resistente) como el único inalterado en el proceso de caolinización.

Antes de entrar en la propia trinchera del tren desde el lado sur, nos encontramos con un pequeño hallazgo geológico. Por la discontinuidad de las vetas de cuarzo que vemos en la imagen podemos distinguir una pequeña falla:  una curiosidad geológica que no siempre es habitual de ver.

Pizarras "mosqueadas" (nombre divertido para una pizarra) o moteadas. Suelen ser muy comunes en el metamorfismo de contacto, aunque aquí la aureola está tan reducida que ni siquiera aparece en los mapas geológicos. En los granos se podían apreciar cristales de quiastolita (andalucita), un mineral típico del metamorfismo, y reconocible por ser un cuadrado blanco con centro negro en forma de cruz. En Cáceres hay que irse a Mrabel para conseguir especímenes de gran tamaño.
El acuífero del que hablábamos antes nos permite hablar también de una peculiar fauna fluvial en los alrededores, incluso hablando del verano. Aparte de los anfibios de turno -ranas comunes- las aguas estancadas se convierten en un lugar de privilegio para los caracoles de charca. En este caso, sin embargo la especie dominante pertenecía a los planorbis, caracoles de superficie plana, que nada tienen que ver con los caracoles en espiral que solemos encontrarnos en estos casos. En esta ocasión, para el G.P. fue un gran descubrimiento, puesto que los únicos planorbis que había visto en su vida tenían más de sesenta millones de años... y desconocía que existieran en la actualidad. Ignorante que es uno.