Los frutos de los aros, auténticos "semáforos" naturales.
Lo malo de ir por los caminos es que si llevas mucho sin transcurrir por ellos, te puedes encontrar con cualquier cosa. En esta ocasión, iba yo muy contento camino de la mina de Valdeflores (sitio donde no iba hacía más de un año) y para evitar carretera decidí coger un estrecho sendero que arranca del cerro de la Butrera y bordea las laderas de la Montaña. Allí el GP se encontró al poco rato rodeado de zarzas y cardos secos, que amenazaban brazos, piernas y neumáticos de la bicicleta. Acabé maldiciendo mi fabulosa idea de ir por el camino más "natural" y "corto".
Menos mal que en el campo no todos son desgracias, y en un mínimo claro del camino me topé con todos estos Arum maculatum, en vulgo "aros" y según la Santa Wikipedia, con cincuenta nombres más en castellano, desde "candiles" a "comida de culebras". En realidad de la planta no quedaba nada, tan solo sus frutos en diferentes fases de maduración, verdes, amarillos y rojos: un semáforo viviente. Por lo tanto rectifico: no es una flor de verano, sino de primavera y en esta época solo podemos ver los bastones que se levantan del suelo cuajados de bayas. Por cierto, que no hace falta ser muy sabio para desconfiar un poco de esos frutos aparentemente apetitosos: estas bajas rojas son tóxicas y producen vómitos y dolores de estómago. Eso no quita, según el libro verde de Alfonso Pizarro, que tenga valores medicinales de interés.
¿Por qué en este lugar? Era la primera vez que el GP se encuentra con el aro por la zona. Recordaba ahora que la parte del sendero por donde yo transitaba estaba anegado en el invierno y se convertía en un mínimo arroyuelo. La humedad es abundante durante buena parte del año y el resguardo de los muros permitían florecer estas plantas de forma natural. No esperemos por tanto verla por los secarrales cacereños.
El sendero de donde emergen los aros. De la bicicleta apenas se ve un manillar y de los aros una manchita amarilla y roja. La silueta de la izquierda es el fantasma del GP.
No los he visto nunca, ni en La Montaña ni en otros campos.
ResponderEliminarSon raros en zonas de secano, y yo también es la primera vez que los localizo en esta zona. De hecho, ignoro si no habrán llegado allí por alguna planta ornamental que tengan en los huertos de la zona...
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