En los dos últimos años hemos recogido instantáneas de aviones en todas sus posibilidades: recogiendo barro para sus nidos, posando en el agujero de su casa o en alguna cornisa... Este verano nos encontramos en Piornal un gran número de ellos recién salidos del nido, y con necesidades alimentarias sin cubrir: los padres se estaban dando la gran paliza todavía para alimentarlos. Estaba yo con Juan en el momento de tirar estas fotos, y recordé entonces lo que algún antropólogo sostuvo como la gran diferencia entre los seres humanos y los pájaros: si un avión con tres meses se hace adulto, al hombre le cuesta ese proceso... treinta años.
bonitas fotos de esos pájaros tan curiosos,y acertado paralelismo con el ser humano,y aún parece poco "volar del nido" a los 30...
ResponderEliminarsaludos, Angelillo.
Gracias, Filo: el encuentro fue del todo casual, y suerte que llevaba por ahí la cámara para sacar las fotos...
ResponderEliminarUn saludo!