Los primeros fríos van entrando en nuestra región, y la época de las setas también llega poco a poco a su fin. Pero aún quedan muchos ejemplares por cubrir y prueba de ello son esta particular seta que el G.P. descubrió la semana pasada en la dehesa de Conejeros: el paneolo alucinógeno. Sobran comentarios con semejante nombre. Nuestra particular y largirucha seta tiene propiedades que van más allá de los gustos culinarios o de un mero dolor de barriga. Hace pocos años, la familia de los paneolos eran fáciles de encontrar entre las sustancias que ofrecían las smart shops en nuestro país y hoy en día es una seta interesante para aquellos que quieren experimentar en el campo de las percepciones sensoriales. Al igual que otros tipos de setas o el cannabis, estos paneolos tienen la capacidad de producir trastornos en la experiencia espacial o temporal, creando distorsiones en la percepción del espacio (curvaturas de líneas, pérdida de perspectiva, colores...), aunque lo de ver marcianitos verdes todavía es algo que no les ha ocurrido a los que han degustado esta seta.
Para aquellos interesados en este tipo de consumo, hay que advertirles que los paneolos no aparecen en todos los sitios: crecen con frecuencia sobre los excrementos de las vacas (lo cual no lo hacen muy atractivo para comerlos, la verdad) o sobre praderas muy abonadas y húmedas. En cualquier caso, es necesario buscarlos en lugares frecuentados por el ganado vacuno, donde podemos encontrar también otras setas interesantes (aunque no alucinógenas). La dehesa de Conejeros, que es donde los hemos localizado, cumplía bien los requisitos: sus praderas son atravesadas por riachuelos y fuentes en esta época y los excrementos vacunos son abundantes. El paraíso para este tipo de setas, que crecían por puñados en cada punto oscuro del suelo. La figura del paneolo por otro lado es inconfundible. Suelen ser habitualmente muy esbeltos y largos, con un sombrero esférico y cerrado. Para distinguir el paneolo alucinógeno de otros tipos como el anillado, deben reconocerse pequeños girones en el límite de su sombrero. El paneolo anillado, por otra parte, se le reconoce un anillo en mitad del pie, mientras que en el paneolo alucinógeno suele estar ausente. De cualquier forma, la confusión entre ambas especies puede ser frecuente, dadas sus costumbres a crecer en los mismos sitios...
Dehesa de Conejeros: un lugar apropiado para encontrar este tipo de hongos.