segunda-feira, 11 de fevereiro de 2013

NARCISOS PÁLIDOS EN LA SIERRILLA


       El 17 de febrero es el cumpleaños del G.P., y para celebrar semejante acontecimiento, algunos bulbos adelantan su floración a los meses del invierno. Bueno, eso es algo que me decían de pequeño para alegrarme un poco y sentirme importante, pero de tanto repetirlo uno casi se lo cree. Tal vez por eso al G.P. le encanta buscar cualquier hallazgo primaveral que se remonte al mes de febrero. Y la verdad es que uno se puede encontrar muchos por el campo extremeño. Entre ellos, estos narcisos pálidos, una especie con la que tengo el gusto de toparme por primera vez en la Sierrilla, aunque haya conocido a todos sus familiares allá en Holanda, cuando uno se ganaba la vida trabajando en las flores y sus bulbos.
      Aunque el narciso pálido empequeñece al lado de sus congéneres gigantes (como el narciso trompetero, por no hablar de la especie Dutch Master, el príncipe de los narcisos y daffodils), su presencia alegra los prados verdes del invierno, y en lugares que no suelen ser frecuentados en esta época del año por otras flores, como por ejemplo los prados sombreados de los alcornocales. El de abajo fue tomado en la Sierrilla: las diminutas flores aparecían por doquier y llenaban de puntos amarillos el paisaje. Como todos los jardineros saben, los narcisos son bulbáceas que no son necesarios reponer cada año  si se adaptan al terreno. Si esto vale para las especies cultivadas, no hace falta imaginar que cada año lluvioso este pequeño regalo invernal está garantizado en algunas partes de nuestros alrededores, como muchos sitios de la Sierra de la Mosca...


2 comentários:

  1. Para mi gusto ningún otro narsiso iguala a este en belleza. Un día nos tendrás que contar tu experiencia holandesa, debe ser interesante trabajar en la Meca de la floricultura. Saludos.

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  2. A mí me gustan más los trompeteros o "algaritones", como parece que los llaman en el Jerte, y también porque en Holanda eran los más comunes. De la experiencia holandesa, la verdad es que aprendí a reconocer las flores más por el bulbo que por la propia flor!! Siendo mero operador de fábrica, nos enseñaban a reconocer todo tipo de tulipanes, dalias, calas, lilies, daffodils, iris, crocus, jacintos etc... y también las enfermedades que les afectaban. Fue una experiencia muy interesante, pero quizás hoy en día le habría sacado mucho más partido botánico... en fin, un día tendré que hablar de ello.

    Un saludo

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