La tarde de ayer anunciaba ya la entrada del buen tiempo. Bajando por la cañada del Casar uno podía oír, además de las conversaciones de los caminantes, a las primeras golondrinas de la temporada. Incluso cuando la sombra se hubiese hecho en la umbría, la temperatura era suave y se podía pasear estupendamente. Y el GP pensó que tal vez había llegado el momento de investigar las primeras flores primaverales. Un día antes había estado en Elvas, donde los lírios azules irrumpían ya con fuerza y pensó que tal vez podía probar suerte buscando las primeras orquídeas primaverales. Cuando llegamos a la cañada, todo estaba quieto. No había rastro de flores de primavera (ni siquiera vimos los narcisos de temporada) y tan solo las incondicionales de invierno daban un mínimo de color al campo. Lo que nos encontramos para nuestra sorpresa fue con una auténtica marea de diminutas setas frikis, las estrellas de tierra, que poblaban por decenas uno de los encinares de la zona. Y es que, a pesar de estar fuera de la temporada -no había rastro de otras setas, excepto aquellas que conservan su apariencia externa, como las esclerodermas polyrhizum-, esta pequeña seta merece nuestra atención.
segunda-feira, 16 de fevereiro de 2015
ESTRELLAS DE TIERRA EN EL CERRO OTERO
La tarde de ayer anunciaba ya la entrada del buen tiempo. Bajando por la cañada del Casar uno podía oír, además de las conversaciones de los caminantes, a las primeras golondrinas de la temporada. Incluso cuando la sombra se hubiese hecho en la umbría, la temperatura era suave y se podía pasear estupendamente. Y el GP pensó que tal vez había llegado el momento de investigar las primeras flores primaverales. Un día antes había estado en Elvas, donde los lírios azules irrumpían ya con fuerza y pensó que tal vez podía probar suerte buscando las primeras orquídeas primaverales. Cuando llegamos a la cañada, todo estaba quieto. No había rastro de flores de primavera (ni siquiera vimos los narcisos de temporada) y tan solo las incondicionales de invierno daban un mínimo de color al campo. Lo que nos encontramos para nuestra sorpresa fue con una auténtica marea de diminutas setas frikis, las estrellas de tierra, que poblaban por decenas uno de los encinares de la zona. Y es que, a pesar de estar fuera de la temporada -no había rastro de otras setas, excepto aquellas que conservan su apariencia externa, como las esclerodermas polyrhizum-, esta pequeña seta merece nuestra atención.
Subscrever:
Enviar feedback (Atom)
Sem comentários:
Enviar um comentário