El otoño se va adentrando y nuestras queridas amigas las ranas tienden a desaparecer de nuestras charcas. Toca ya hibernar durante unos meses hasta el final de invierno, escondiéndose en algún sitio seguro y más caliente que el agua helada. Aún así, todavía es posible ver algunos anfibios en actividad. Las ranas más pequeñas todavía se pueden observar en las horas centrales del día y en las orillas más soleadas. Los tritones y gallipatos se avistan en ocasiones a lo largo de todo el invierno. Las fotos que aquí muestro fueron recogidas hace una semana en las antiguas fuentes del parque del Príncipe.
Nuestra querida rana asomando su cabeza entre las lentejas de agua.
El lamentable estado de la fuente donde vive esta rana común es un patético ejemplo de lo mucho que falta todavía para proteger todo nuestro patrimonio histórico y también natural. Los antiguos lavaderos son hoy en día una ciénaga llena de basura. Aún así, la rana común es un todoterreno adaptado a cualquier tipo de ambiente húmedo por degradado que esté.
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