Vista general.
Escribimos ahora una entrada en la que hace bastante tiempo el G.P. estaba pensando, y ahora que ha retomado su veta geológica, está dispuesto a ampliar. Dentro de las pequeñas explotaciones mineras cercanas a la ciudad de Cáceres, figura la vieja explotación a cielo abierto de Las Arenas, a unos cinco kms. de la ciudad en dirección oeste. Este lugar lo descubrí de forma casual en mis pequeñas andanzas con la bicicleta hace ya más de dos años, y desde entonces, de cuando en cuando me dejo caer por allí a ver qué se cuece.
La explotación originariamente estaba vinculada con la extracción del suelo arenoso que contenían casiterita (óxido de estaño), mineral bastante conocido en otras minas de los alrededores (El Trasquilón y Valdeflórez), aunque el G.P. no ha podido ver ni rastro del mineral, y después se ha utilizado para áridos. Las Arenas es un ejemplo de las consecuencias negativas y el impacto medioambiental que supone una explotación de este tipo, con una erosión del suelo tal que apenas permite crecer la vegetación. Por otro lado, al quedar al descubierto la roca granítica, bastante impermeable, aparecen varias charcas por todo el entorno.
A nivel geológico, la explotación está en el batolito de Cabeza de Araya, y aparece la paragénesis típica de este emplazamiento. La desaparición del suelo nos permite muchas veces rastrear los filones de cuarzo y feldespato y también las formaciones de pegmatitas. La turmalina se da preferentemente en las pegmatitas, con cristales en ocasiones bien formados, en forma acicular o radial, o en masa más compacta acompañando a los filones cuarcíferos. El cuarzo aparece en múltiples formas: criptocristalino -precipitados en los filones que crean calcedonia en bandas-, o bien formando agregados típicos de cristales bien formados (este es un lugar idóneo para recoger cuarzos decorativos). Sus colores van del blanco puro, al cuarzo ahumado y también pasando por variedades naranjas en el cuarzo más compacto. Se pueden encontrar también cristales grandes de moscovita en las pegmatitas, aunque nunca he visto ningún ejemplar lo suficientemente vistoso para llevarlo a casa.
Uno de los pocos restos que quedan de la explotación. Los arenales que aparecen en su entorno son el mejor lugar para buscar hermosos cuarzos.
Filones de cuarzo con feldespato fuertemente alterado y caolinizado. En ocasiones cuando recogíamos muestras de feldespato humedecido con agua, se convertían en arcilla. Esto es lo que origina el "lemh".
La presencia de charcas en Las Arenas y sus cercanías, permiten la presencia de muchas aves, tanto en invierno como en verano. Aquí tenemos ya las cigueñuelas, aves estivales, merodeando por el agua en busca de comida. De la misma manera, los anfibios y los reptiles son frecuentes por estos lugares. Hace un año el G.P. presenció carreras locas de lagartos ocelados en su época de celo, pero por desgracia, no había cámara en aquel momento.
Vestigio de otro de los pájaros representativos del lugar: colonias de abejarucos. Aquí sus nidos todavía no están ocupados después del invierno. La presencia de grandes montoneras de arena bien compacta convierten este lugar en un sitio perfecto para estos bonitos pájaros estivales.
También existen aves rapaces en las cercanías, pero el G.P., en su tremenda ignorancia del asunto, se abstiene de dar algún nombre. Ruego a maese Carlos, maese Valentín o cualquier otro que desfagan el entuerto si es que saben.
Las formaciones típicas de los berrocales también están presentes. De pequeño me decían que estas piedras eran setas malignas que un mago las había convertido en granito para no envenenar a los pobres cacereños.