Desearía decir muchas cosas sobre este considerable caserón rural que se levanta tras la vía férrea, antes de alcanzar las Capellanías, pero lo cierto es que no sabemos mucho más que su nombre. En muchas ocasiones hemos pasado delante de la casa abandonada, pero el estúpido respeto que siente el G.P. hacia la propiedad privada siempre le robó la oportunidad de saltar el muro de piedras semiderruido que rodeaba el contorno y husmear un rato. Como en los últimos tiempos la climatología no acompaña y no podemos ir demasiado lejos con la bicicleta, la tentación se fue haciendo demasiado suculenta, y decidimos romper las reglas e inspeccionar el caserón. Tras saltar el muro con trabajo, el G.P. se daría cuenta que había una puerta de madera... abierta.
Entre las muchas cosas que encontramos en nuestra fugaz visita, llamaba la atención la gran cantidad de viejos pilones de granito usadas en otros tiempos para dar de beber el ganado. Cuántos años llevan esos pilones abandonados allí, es difícil saberlo. Lo cierto es que son testigos mudos de otros tiempos que hoy nos parecen alejados de nosotros como una auténtica eternidad. Y es que, como decía un amigo del Granito Parlanchín, los últimos treinta años han sembrado tantos cambios en nuestro país que parecen separar la novedad y el presente de la larga mano de la historia: hay más parecido entre unos muros medievales y esta casa derruida, que entre esta última y otras construcciones del presente.
Entre las muchas cosas que encontramos en nuestra fugaz visita, llamaba la atención la gran cantidad de viejos pilones de granito usadas en otros tiempos para dar de beber el ganado. Cuántos años llevan esos pilones abandonados allí, es difícil saberlo. Lo cierto es que son testigos mudos de otros tiempos que hoy nos parecen alejados de nosotros como una auténtica eternidad. Y es que, como decía un amigo del Granito Parlanchín, los últimos treinta años han sembrado tantos cambios en nuestro país que parecen separar la novedad y el presente de la larga mano de la historia: hay más parecido entre unos muros medievales y esta casa derruida, que entre esta última y otras construcciones del presente.
Arcadas que se mantienen todavía en pie, entre los escombros. Una hermosa geometría de tiempos no tan lejanos. |
¡Qué pena que se esté cayendo! Esa arquería es preciosa.
ResponderEliminar¡ Qué sitio más bonito!. Es una verdadera lástima que lugares como este se estén perdiendo.
ResponderEliminarEs cierto que es una pena verlos caerse sin remedio, pero me pregunto cuántas y cuántas casas estarán en estas condiciones por toda la geografía extremeña, por no hablar de toda España y Portugal.
ResponderEliminarsupongo que también el aspecto ruinoso proporciona una belleza que no tendría una completa restauración... no sé.
saludos!
soy de caceres y e esta en ese sitio y estava mejor que ahora tengo un video que documente de este sitiotan rustico historico y fascinante me encanta descubrir casas abandonadas y saber su historio y respetar su naturaleza
ResponderEliminarmi nombre es sergio y el video no lo e colgado por retoque no terminado
djshernant@gmail.com