sexta-feira, 25 de março de 2011

¡POBRES RANAS!


Cuando las presas se convierten en cazadores...

        Con el buen tiempo, nuestras amigas las ranas comunes vuelven a verse surcando cualquier rincón húmedo en los parques y arroyos de Cáceres. Así ocurría la semana pasada en el parque del Príncipe, y a pesar de tener cientos de imágenes de esta especie (a veces me pregunto si no repetiré la misma rana de estación en estación) no me resistía a la tentación primaveral. Unas cuantas ranas quietas a unos pocos centímetros de la cámara se convertían de nuevo en fotografías para el album. Entre ellas, había una que se mostrab excesivamente quieta, sin temor alguno ante el objetivo amenazante. Ignoro si estaría aletargada con el sol de la tarde, pero no cabía duda que debía llevar mucho tiempo allí. Cuando vi las fotos más tranquilamente, me encontraba que la pobre rana, efectivamente, debía estar en un descanso tan plácido que ni siquiera se había percatado que estaba siendo chupada por todos los mosquitos de los alrededores... Un montón de pequeños bultos panzudos y rojos aparecían en el dorso del animal, que aparentemente, yacía indiferente a lo que sucedía por detrás. Menos mal que la pobre saltó en el último momento. Y es ya lo decían, las siestas, cuanto más cortas, mejor. Y más todavía, en compañía de mosquitos.

sábado, 19 de março de 2011

OMBLIGOS DE VENUS POR LA CIUDAD

Las flores, todavía sin mostrar el típico color rojizo que les caracteriza.

Acacia al lado del colegio de las Carmelitas, cubierto por el Umbilicus rupestris 

        Entre las escasas plantas urbanas que se ven durante el invierno, una de las plantas favoritas del G.P. sin duda lo forman los ombligos de Venus. Tal es nuestra debilidad por esta pequeña que aparece en la fotografía del título del blog... Allí donde todo parece paralizado por los fríos del invierno, estas plantas ponen su pequeña nota verde en los troncos desnudos o en los muros vacíos... Sus hojas redondeadas y carnosas Ahora que parece que empieza de una vez el buen tiempo, estas serán las últimas semanas que podremos ver estos pequeños bosques en miniatura antes de ser eclipsados por la primavera. Para verlos por la ciudad, sugerimos siempre mirar hacia los árboles de corteza rugosa: acacias y negrillos especialmente. En ocasiones nos podremos encontrar auténticas matas poblando alguna zona más plana del tronco que permita su expansión con facilidad, como la acacia de la imagen, aunque hay muchos más por la ciudad, tan solo hay que descubrirlos.
      Al salir al campo, basta algún muro desgastado o alguna hoquedad rocosa para tenerlo localizado, aunque ahí también nos podremos encontrar con los sombrerillos, el Umbilicus horizontalis. Habitualmente, este último presenta muchas más hojas partiendo del tallo y son más carnosas. Sin embargo, en la mayoría de los casos preferimos suspender el juicio y contentarnos con llamarlos a todos sombrerillos u ombligos. Quién supiera más de botánica urbana...

   Este ejemplar de sombrerillo lo encontramos en un talud calizo, en las zanjas de la vía del tren.

Más plantas en la acacia de las Carmelitas. La gente se quedaba mirando el árbol cuando se percataban de que lo estaba fotografiando. Creo que pocos llegaron a reconocer lo que fotografiaba, aunque un viejo profesor mío de dibujo que por allí pasaba me sugirió que me subiera al edificio para verlos mejor. Me temo que por "plantas urbanas", entendió otra cosa... 

quarta-feira, 2 de março de 2011

PEDRUSCOS EN UNA EXPOSICIÓN

Una vista general del laboratorio de químicas convertido en un pequeño museo de geología.

Una de las joyas de la colección del G.P.: una aguamarina del Brasil, comprada en Salvador de Bahía en su luna de miel.

 La sección de minerales de Cáceres, con pirofilitas, amalgatolitas, fosforitas, cuarzos y publicaciones del tema al fondo.

Un volcán construido por los chavales de 1º de la E.S.O., y rodeado, lógicamente, de rocas volcánicas.
         
     En las últimas semanas el G.P. ha andado bastante liado desfaziendo entuertos aquí y allá. El principal de ellos, una exposición que ha desarrollado en el colegio donde trabaja, y que va desde libros antiguos hasta una breve historia de la geología a través de una cantidad de pedruscos que me parecía infinita. La colección de pedruscos tenía varios apartados: rocas, minerales, fósiles y un apartado especial destinado a los minerales de la comarca de Cáceres, uno de los cometidos fundamentales de nuestro blog. Aunque las imperfecciones han sido muchas, esperemos que el esfuerzo haya valido para que un puñado de chavales sienta algo más que mera indiferencia ante las maravillas que nos ofrece la tierra.
    El trabajo no ha sido pequeño para todos los que hemos estado metidos en el desaguisado, aunque por fin lo tuvimos listo para el pasado 18 de febrero. Fruto de estos jaleos, el G.P. salió al campo ese fin de semana para descansar, se pilló un resfriado de aúpa y ahora toda su familia se resiente del mismo hasta el día de hoy. Por eso el tiempo para publicar e indagar en esta incipiente primavera que se avecina ha sido casi nulo. Y lo que es peor, no vemos el fin a esta cadena de imfortunios, oh desgracia. Quiera la diosa Gea aliviar el destino de este pobre vástago mortal en las próximas calendas...
  
El G.P., con cara de pachucho, posando en la exposición. 

Algunos ejemplares más grandes de calcita, dahlita, drusas de cuarzo y pirofilita, en una de las mesas.

Una vértebra de ballena (suponemos) que encontramos por casualidad en el laboratorio y que añadimos a la exposición.