Detalle de cubo completamente seudomorfizado de pirita sobre una pizarra en las cercanías de "Los Castellanos"
Doble cubo de pirita sobre roca granítica (extraído de las zanjas de la autovía al oeste de Aldea Moret), aumentada con el microscopio electrónico (x40)
He aquí una entrada que el G.P. se debía así mismo hace muchísimo tiempo, y es una entrada destinada a los amantes de pedruscos más pequeños -si hay alguno al que llegara este blog-. En cualquier época, encontrar una pirita era la tarea fundamental de cualquier coleccionista que se preciara y para mí, cuando empecé a cultivar mi amor por los pedruscos era un auténtico reto. La pirita, por su brillo metálico, su color dorado y su cristalización cúbica, y tambien por su relativa frecuencia, es desde siempre una de las reinas de cualquier colección de minerales amateur. Pero yo no tuve suerte con mi ciudad: Cáceres no tenía ni por asomo ninguna pirita que se preciara (y eso que en la región no faltan buenos ejemplares) y yo pasé algún año de mi infancia rompiendo piedras solo para ver si contenían el preciado mineral. Tan solo una vez, en el parque del Príncipe y cuando este vivía sus horas más bajas a mediados de los ochenta, me encontré una pizca de pirita dorada en mitad de un cuarzo. Durante años guardé esa pieza como si de auténtico oro se tratara.
Pasó el tiempo, y transcurrieron trece años fuera de Cáceres en los que naturalmente aquella pieza se perdió. Cuando volví, jamás se me ocurrió ya salir a buscar piritas, pero ahora han ido apareciendo en cantidades mínimas por distintas partes de la ciudad en nuestras salidas. Y dada la popularidad que tienen, las comentamos brevemente. Piritas frescas como tales, tan solo hemos encontrado en los granitos al este de Aldea Moret, salpicando rocas graníticas de aspecto verdoso, y formando pequeños cubos dorados de un par de milímetros, reconocibles a simple vista. Piritas sometidas a seudomorfismo y oxidación aparecen sin embargo en número más apreciable en distintas partes de nuestros alrededores. Son relativamente frecuentes en algunos estratos pizarrosos y cuarcíticos silúricos en Los Castellanos, al oeste del sinclinal, y también en algunos filones de cuarzo del parque del Príncipe. Hemos comentado también la presencia de pizarras piritiferas en plena parte antigua. Y por último, en los estratos de cuarcitas y areniscas oscuras ferruginosas del Portanchito podemos encontrar también cubos oscurecidos y transformados en limonita o hematites. Todo esto son hallazgos pequeños, pero que al coleccionista primerizo le pueden saber a auténtica gloria: ¡Tener piritas cacereñas!
Cubo de pirita en una arenisca ferruginosa de las antiguas canteras del Portanchito.
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