Hoy, con cierto retraso ya, dedicamos algunas fotos a algunas de las pocas notas de color que podemos encontrarnos en enero por nuestros campos. En un año como este, benigno hasta ahora y bastante seco, hemos podido encontrar distintas flores de plantas bianuales, como escobillas, malvas, viboreras o borrajas. Pero realmente hay bastante pocas que podamos decir exclusivamente que son "de temporada". Entre las especies que rompen la monotonía invernal destacan los madroños (Arbustus unedo). Arbusto típicamente mediterráneo, nos lo hemos encontrado con frecuencia en nuestras salidas por la sierra del Portanchito. Luce en invierno sus típicas florecillas blancas en ramilletes colgantes (panículas, para los más entendidos en el mundo desconocido de la botánica), y en gran número por todo el árbol, haciendo las delicias de los insectos más golosos. Es normal encontrarse un montón de atareadas abejas en estas flores, dada la carencia de otras flores en la temporada. Nosotros dejamos trabajar a las abejas y ellas a la cámara de Ana G. y la mía... y todos contentos.
El madroño también es extremadamente fácil de encontrar en los parques de la ciudad. Aquí, un madroño en el parque del Príncipe.
Muy buenas fotografias,me gusta mucho tu blog y lo seguire mas de cerca.Felicidades.
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Muchas gracias por el cumplido! Se hace lo que se puede... y lo que nos permite la cámara.
ResponderEliminarUn saludo