Y ciertamente, aquí hay para el disfrute. Desde la carretera que une la N630 con Garrovillas, a unos 26 km. de Cáceres, nos encontramos con zanjas y trincheras que ya desvelan la sucesión de pizarras metamórficas y granitos. Igualmente, al pasar el puente sobre Araya, atravesamos también el dique de diabasas (del que hablamos hace un par de semanas, y lo volveremos a hacer). Lo mejor es bajarse del coche y seguir los caminos que bordean la ribera, hasta llegar al cauce del Araya. Allí la roca desprovista de toda vegetación, -excepto praderas de gramíneas, que adornan el ambiente-, nos permite recrearnos en las caprichosas formas de las rocas. Son interesantes el bandeado de las pizarras mosqueadas y sobre todo, el punto de contacto nítido de los filones e intrusiones del batolito sobre dichas pizarras. En ocasiones, un contacto sin transformación, y en otras dando lugar a mezclas rocosas muy particulares, como intentamos reflejar en las fotografías de abajo...
Un pequeño filón granítico atraviesa las pizarras mosqueadas de la Ribera de Araya.
Punto de contacto, sin modificación alguna, entre la pizarra moteada y la masa granítica.
Otro dique granítico, de mayores dimensiones, se introduce en los estratos pizarrosos. La fracturación casi vertical afecta a ambos conjuntos litológicos. En la base de la fotografía discurre el arroyo Araya.
En esta ocasión, la masa granítica llega deformada y los cristales de feldespato, cuarzo acaban "flotando" en el esquisto pizarroso.
Una de estas rocas "de transición", en las que los componentes del granito se esparcen entre sí y comienzan a transformarse. Supongo que habrá algún nombre más científico para las mismas, pero el G.P. desconoce su descripción...
Una de estas rocas "de transición", en las que los componentes del granito se esparcen entre sí y comienzan a transformarse. Supongo que habrá algún nombre más científico para las mismas, pero el G.P. desconoce su descripción...
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