Panorámica del valle del riachuleo Villoluengo desde la N-630.
Respecto a la conservación del lugar, está en un término extraño entre lo inaccesible y lo degradado. Numerosas escombreras de las obras cercanas de la carretera, el AVE o la antigua vía del tren han ido a parar al valle, aunque afortunadamente son la inmensa mayoría rocas graníticas y arenas. Por otro lado, apenas hay caminos -o el GP todavía no los conoce- para acceder a aquellos lugares más interesantes -marmitas, fallas o rupturas del granito etc...-, y a veces hay que contentarse con verse un poco a la distancia, especialmente en invierno (las rocas son sumamente traicioneras en esta época por el musgo y GP estuvo a punto de despeñarse). Prometemos volver en verano o primavera.
Sobre qué podemos encontrarnos allí: para el aficionado a los minerales podrá encontrar enclaves pegmatíticos muy ricos en mica moscovita, así como los otros típicos: cuarzo y turmalina. La vegetación está marcada por algunas especies típicas de las riberas, como mencionamos abajo. Por último, es muy fácil divisar martines pescadores o mirlos acuáticos. El primero, basta detenernos un poco para ver cómo su sombra azul atraviesa el entorno como una flecha y desaparece con la misma rapidez con la que ha aparecido.
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Las fallas en la masa granítica provocan pequeños saltos de agua y la aparición de las típicas marmitas creadas por la erosión de los materiales.
La vegetación de ribera está también presente, aunque de forma discreta. En un lugar especialmente húmedo de la ladera, en el que manaba agua hasta la superficie, nos encontramos una auténtica alfombra de "pamplinas" o "maruxas"; una excelente planta consumida en el norte que nos vale para deliciosas ensaladas y que el GP nunca había visto por los alrededores.
A nivel geológico, el área forma parte del batolito de Cabeza de Araya, pero litológicamente presenta curiosidades que hacen la erosión del terreno todavía más compleja. Las masas graníticas están atravesadas por filones de granito muy fino y ocasionalmente también por enclaves pizarrosos, , cornubianitas, filones pegmatíticos o cuarcíticos, de diferente resistencia al terreno y que permite crear formas curiosas como este enorme bloque de granito erosionado por dentro por la presencia de un granito de grano fino que no aguanta tan bien el impacto de las condiciones climatológicas. Eso a su vez ha provocado la creación de taffonis y otras marcas en el granito superior.
Sólo conozco parte del tramo que va del puente de la N-630 al embalse. Una visita de primavera y, como bien dices, la zona era una olla. Lo del Mirlo acuático es muy interesante.
ResponderEliminarFeliz año.
Este año va bien lleno de agua y merece la pena ver el arroyo sorteando las rocas. Y lo del mirlo, a mí me llamó la atención, pero no encontraba otro pájaro con el que identificarlo. Un saludo!
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