Como ya hicimos el año pasado, el GP ha estado muy pendiente de su pequeña cosecha de níscalos en el campo familiar. La presencia de tantas especies de árboles y arbustos hace que en un sitio muy pequeño como es el campo de la familia aparezcan especies tan diversas como boletus, setas de olivo, parasoles, champiñones, rúsulas y por supuesto los níscalos, junto a los pinos gallegos. Naturalmente no todas aparececen siempre (caprichos de las setas) y este año nos faltaron los parasoles, pero no los níscalos. Y aparecieron este otoño, como una auténtica plaga, setas de olivo en todos los nuevos arbustos que mi señor padre había plantado el invierno pasado (está claro que los invernaderos son una fuente de primer orden en la propagación de hongos). Aparecían por todas partes, atacando y parasitando los nuevos arbustos (de una especie semejante a las tuyas, familia de los cipreses), ya sea directamente atacando el tronco del árbol o parasitando las raíces más cercanas a la superficie. Pensemos que esta especie no es micorriza, a pesar de verla en ocasiones sobre el suelo (al igual que la seta de chopo). Como ya hemos dicho en alguna ocasión, la seta de olivo (Omphalina olearius) es una seta bastante venenosa, aunque no mortal. Aunque las diferencias son enormes, colocamos la Omphalina olearius junto al níscalo o Lactarius deliciosus, para que no haya dudas:
sábado, 23 de novembro de 2013
SETAS DE OLIVO, NÍSCALOS Y ACEITUNAS EN SIERRA DE FUENTES...
Como ya hicimos el año pasado, el GP ha estado muy pendiente de su pequeña cosecha de níscalos en el campo familiar. La presencia de tantas especies de árboles y arbustos hace que en un sitio muy pequeño como es el campo de la familia aparezcan especies tan diversas como boletus, setas de olivo, parasoles, champiñones, rúsulas y por supuesto los níscalos, junto a los pinos gallegos. Naturalmente no todas aparececen siempre (caprichos de las setas) y este año nos faltaron los parasoles, pero no los níscalos. Y aparecieron este otoño, como una auténtica plaga, setas de olivo en todos los nuevos arbustos que mi señor padre había plantado el invierno pasado (está claro que los invernaderos son una fuente de primer orden en la propagación de hongos). Aparecían por todas partes, atacando y parasitando los nuevos arbustos (de una especie semejante a las tuyas, familia de los cipreses), ya sea directamente atacando el tronco del árbol o parasitando las raíces más cercanas a la superficie. Pensemos que esta especie no es micorriza, a pesar de verla en ocasiones sobre el suelo (al igual que la seta de chopo). Como ya hemos dicho en alguna ocasión, la seta de olivo (Omphalina olearius) es una seta bastante venenosa, aunque no mortal. Aunque las diferencias son enormes, colocamos la Omphalina olearius junto al níscalo o Lactarius deliciosus, para que no haya dudas:
quinta-feira, 14 de novembro de 2013
UNA PEQUEÑA FALLA ENTRE LOS DEDOS
Estamos acostumbrados a observar las fallas y accidentes tectónicos como elementos de gran envergadura, asociados además a grandes catástrofes. A nadie se le ocurre pensar que la muestra de una falla podría estar en la palma de nuestra mano. El G.P. tuvo la inmensa suerte en el pasado verano de recoger este pequeño canto rodado -posiblemente anfibolita-, en las playas de Foz (Porto). El canto está atravesado por vetas de cuarzo o feldespato, pero mostrando una ruptura clara de la veta, y cuya explicación más verosímil es que haya sido provocada por un desplazamiento del terreno hace millones de años (muy posiblemente, remontándose al Carbonífero y la orogenia hercínica, al menos). Desde entonces este pequeño canto se ha convertido en un talismán para el G.P. y no es para menos... Pocas veces en una piedra tienes el ejemplo de una roca metamórfica, modificada por la actividad tectónica, y que después la erosión del mar acabe de moldearla así.
Esta otra roca sí es más cercana a nuestra geografía: el G.P. la recogió en el Portanchito y es un fragmento de cuarcita que muy posiblemente refleje lo que se denomina "espejo de falla". Es decir, las estrías que muestra la cuarcita fueron producidos nuevamente por un movimiento de tierra que literalmente limó la roca hasta dejarla con un corte tan limpio. Quizás también pueda ser el punto de contacto de la cuarcita con sedimentos más blandos, como las pizarras, pero nuevamente, el G.P. se decanta por la primera posibilidad.
domingo, 10 de novembro de 2013
AMANITA MUSCARIA EN LA CAÑADA DEL CERRO OTERO
Cabe decir que el entorno -en la foto de abajo- mostraba una riqueza micológica interesante: boletos, rúsulas, lactarios, y macrolepiotas, ágaricos y otras muchas en las dehesas y prados más próximos de la zona. Pero hoy creo que merecía la pena detenerse en la matamoscas.
quinta-feira, 7 de novembro de 2013
AMANITA EQUINOCEPHALA EN LA PLAZA DE ITALIA
La (supuesta) amanita en una fase de desarrollo no demasiado avanzada. Puede llegar a tener una altura considerable, pero en los parques es difícil su pleno desarrollo.
A veces en los parques podemos encontrarnos grandes sorpresas del reino Funghi. La particular forma de reproducción de los hongos hace que especies muy extrañas puedan aparecer en lugares poco imaginables. Y así nos ha ocurrido con este tipo relativamente raro de amanita, que hemos encontrado en mitad de los jardines de la plaza de Italia, luchando por salir entre la grama. La seta en cuestión, con reservas, es la Amanita equinocephala, amanita solitaria, o alguna especie similar.
Aspecto del sombrero con esas motas tan peculiares propias de estas amanitas.
el lugar donde aparecen estos hongos micorrizos. La punta blanca que está en mitad de la foto, es la amanita.
El G.P. no se resiste a echar una rápida foto al torreón de la plaza de Italia. La construcción del barrio es de los años 30, en una de las primeras ampliaciones de la ciudad que tuvo por nombre las casas baratas de Cáceres. De esa época queda fundamentalmente el trazado urbanístico, muy geométrico y la propia torre tan característica de Peña Redonda. Enclavada sobre un resalte de cuarcitas la torre compite en altura con el resto de iglesias y palacios de la parte vieja de la ciudad.
domingo, 3 de novembro de 2013
PERIDOTITAS EN EL FUERTE DE SANTA LUCÍA (ELVAS)
Baluartes mirando hacia España, el enemigo natural.
Interrumpimos nuestros post destinados a las setas otoñales para hablar de una excursión del GP y su familia al fuerte de Santa Lucía, en Elvas. Harto de pasar veces y veces por el lugar y no encontrar un hueco para visitarlo, decidimos ir a Portugal expresamente para visitar la fortaleza. La ocasión por otro lado, la merecía. Van quedando lejos los buenos tiempos del comercio, y la zona poco a poco se reconvierte y deja descubrir cada vez más su patrimonio cultural, en un despectivo segundo plano desde siempre (nos podemos preguntar cuántos extremeños han ido a comer a Elvas y conocen en realidad la ciudad). Afortunadamente, desde que Elvas aspira a la categoría de Patrimonio de la humanidad, su legado histórico no deja de revalorizarse y francamente, creemos que no es para menos. El mismo fuerte de Santa Lucía es un buen ejemplo de ello: una magnífica construcción de 1641-1648 (justo tras independizarse de España), la primera del estilo en la península y con fuerte influencia holandesa, caracterizado por la forma en estrella (a prueba de bombas). Sus muros presenciaron sitios y batallas durante ese siglo, en guerras que ponían en cuestión la propia independencia del país, y también naturalmente durante las guerras napoleónicas.
Independientemente de estas artimañas arquitectónicas, el visitante actual puede ver buenos ejemplares de esas rocas con un mínimo de observación. Al igual que la fortaleza, el mapa geológico de Elvas, enmarcado en la zona de Ossa Morena, es un pequeño islote de rocas ultrabásicas, rodeados de otros muchos materiales. Lo más interesante sería ir zanja por zanja investigando la riqueza petrológica de la zona, pero a falta de esto, buenas son las piedras de la fortaleza. Algunas de ellas indudablemente merecen la pena detenerse y contemplarlas por un momento, antes de seguir disfrutando de la historia común de España y Portugal.
A veces resulta difícil precisar la peridotita, en la medida que es una roca que tiende a transformarse en contacto con la atmósfera, transformándose en serpentinita. Dada la vejez de las rocas -remontándose al Paleozóico, al encontrarnos en la zona de Ossa Morena-, esa transformación se hace más evidente. Este pedrusco se lo quería llevar el GP a casa, pero desgraciadamente la idea no fructificó.
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