Ha bastado una tormenta fuerte para que el campo se tome un respiro al verano. En cuanto se hizo la mañana el GP ha cogido la bicicleta, se ha ido a la Sierra de la Mosca, y albricias! Los primeros charcos de lluvia ya estaban en los caminos y el olor a tierra mojada impregnaba el ambiente. Los musgos, desaparecidos durante el verano, se han abierto y aparecen como si fuera pleno otoño. Las plantas que permanecían amarillentas y ennegrecidas vuelvan a sus colores verdes. La imagen del musgo bien podrían ser del invierno, y sin embargo se tomaron unas pocas horas después de la lluvia.
Daba gusto por fin encontrar estos nuevos signos: pronto, los anfibios y algunos mamíferos se despertarán del obligado letargo estival y volveremos a verlos en el campo, mientras que en unos pocos días las hormigas voladoras de todos los años se meterán en todos los rincones de la ciudad.
También las hojas de la estepa blanca reverdecen con las primeras lluvias.
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