En nuestras correrías por los muros calizos de las minas, nos encontramos otras especies que llamaron nuestra atención. Aquí les presentamos la doradilla (Cetrerach officinarum), un pequeño helecho bastante común en estos sitios resguardados, y que como otras muchas plantas, se recupera del estío. La forma de las "frondes" (es decir, las hojas en terminología helechuna) nos pudieran despistar con otras plantas, pero basta ver por detrás sus típicas esporas. Parece ser que este helecho, siguiendo el libro de Alonso Pizarro, "tiene propiedades medicinales contra la tos y las afecciones pulmonares, practicando decocciones endulzadas con miel". Así mismo, también tiene propiedades contra las dolencias del bazo y los riñones. Una maravilla de planta, oiga. Nosotros optamos solo por obsevarla, por ahora.
Una de las muchas cristalizaciones de calcita que pueden verse por estos lares,
acompañando a estos helechos en su belleza.
El lugar del hallazgo: las paredes naturales de caliza que hacen de refugio de estas especies.
Es impresionante como la doradilla puede crecer en condiciones tan adversas y una tierra tan dura, sin duda una maravilla la naturaleza de esta planta.
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