Siempre se ha dicho que la cigüeña es el ave más representativa de la ciudad de Cáceres y por supuesto de su parte vieja. Permítanme que discrepe algo de esta típica postura. Al menos en invierno, sus posiciones en los puntos más altos de la ciudad son tomado por intrusos mucho más pequeños y menos distinguidos, pero no menos interesantes. Estos invasores son los conocidos "grajos", y cualquiera que pasee por el casco antiguo de la ciudad acabará sintiendo su presencia con sus amenazadores ruidos, sus vuelos en grandes bandadas y si centramos nuestra vista entre tanto monumento, con su abultada presencia en todos los agujeros de los edificios.
Aunque las bandadas pueden ser vistas en cualquier lugar de Cáceres, sus lugares predilectos son los muros agujereados de las torres y palacios cacereños: cuanto más altos mejor, porque cada vez abundan más las palomas. De hecho, el G.P. de pequeño solía observarlos desde la plaza de San Jorge, instalados cómodamente en los muros del antiguo colegio de los jesuitas de la Preciosa Sangre. Las fotografías que mostramos aquí no son de ese lugar, sino de la torre de Sande y San Mateo, otro lugar también muy apreciado por estos córvidos, y que pueblan numerosamente en estas tardes de invierno.
El nombre corriente de "grajos" no es el más apropiado, aunque el lenguaje coloquial siempre mande sobre el científico. Nuestra especie en cuestión corresponde a las grajillas (Corvus monedula), y en realidad es el miembro pequeño de toda la familia de grajas y cuervos, y su distintivo más sencillo para los que no somos expertos en pájaros lo constituye el color gris de sus ojos (el resto de sus parientes lo tienen negro). Además es característico también el color grisáceo del cogote, tal y como se distingue en la fotografía.
La torre de Sande, desmochada como la mayor parte de las torres señoriales de la ciudad. Si alguien se pregunta por la presencia de tantos agujeros en la torre, tan solo tiene que pensar cómo podrían sostenerse muchos de los andamios que se utilizaban entonces para construir estos edificios. Los pájaros que se distinguen volando y ocupando los agujeros son nuestros queridos córvidos, unos bichos, en mi opinión, muy medievales y románticos.
Se llaman chovas, cacho iznorante.
ResponderEliminarPerdone vuecencia! También las llaman chovas, aunque en mi casa siempre hayamos usado el nombre de grajos.
ResponderEliminarPues mal llamadas chovas o grajos. Son, como reza el título del post, grajillas.
ResponderEliminarPor cierto, peligrosas competidoras de otros habitantes de la zona: los cernícalos primillas.
Saludos.
Este es el típico bicho comodín. Yo he escuchado cuarenta nombres para estos bichos... desde un mirlo grande hasta un cuervo pequeño! Los pájaros negros no tienen fortuna en este sentido...
ResponderEliminarY por desgracia no he visto cernícalos por allí. Haberlos los tiene que haber, digo yo...
Un saludo!